Luego de una lamentable y posiblemente suicida decisión de nacionalizar las actividades de hidrocarburos en Bolivia, el presidente Evo Morales está demostrando su patente desconocimiento de las leyes económicas más básicas, su pobre concepto del pragmatismo y su evidente contaminación ideológica (en la línea del autócrata venezolano Hugo Chávez y de su niño mimado peruano, el zigzagueante y populista Ollanta Humala).
Pero, si aquella decisión ya resulta nociva para sus compatriotas, hay otras que, aún siendo nocivas, resultan aún más patéticas. El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) nos envía algunos datos que son escalofriantes que demuestran la estupidez económica de su gobierno, la misma que podría llevar en el corto plazo al descalabro del país altiplánico.
Bolivia, desde el ex mandatario Carlos Mesa, pero más aún con Evo Morales, ha señalado que desechará cualquier un tratado económico con otros países mucho más importantes en cuanto a intercambio comercial con países como Estados Unidos se refiere. Pero acaba de firmar un pretendido “Tratado Comercial de los Pueblos” (TCP), con Cuba y Venezuela, al cual se podría adherir Nicaragua si retornara al poder el ex guerrillero sandinista Daniel Ortega.
Detrás de esta rimbombante y muy “progre” denominación, el TCP toma como bases de intercambio algunos acuerdos anteriormente firmado. En el caso de Cuba, la dictadura moribunda de Fidel Castro, se ha revalorizado el llamado Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica No. 47. (AAP.CE 47) entre Bolivia y Cuba, vigente desde el 25 de abril de 1997 (en época, irónicamente, donde gobernaba Gonzalo Sánchez de Lozada, Goñi, acusado constantemente de “pro-imperialista” y “pro-norteamericano” por los sectores izquierdistas y sindicalistas bolivianos) tiene menos de 100 rebajas arancelarias del 100% para cada país.
Según el IBCE, este Acuerdo es eminentemente político y en la práctica no reporta comercio preferencial (obviamente tampoco ventajas) para ninguno de los dos países. Pese a ser el comercio con Cuba marginal, Bolivia también detenta un saldo deficitario con este país. Para darnos cuenta de este déficit, en el año 2005, Bolivia exportó bienes hacia Cuba por un valor de ¡¡¡¡¡¡5 mil dólares americanos!!!!!!, e importó productos cubanos por un poco más de un millón de dólares; lo cual generó un déficit comercial superior al millón de dólares americanos.
La exportación de bienes no era siquiera equivalente al sueldo mensual de un congresista. Bolivia exportó en la gestión 2005, los siguientes bienes: juegos de viaje para el aseo personal, abrigos de lana, conjuntos para mujeres o niñas, de fibras sintéticas, “T-shirts” y camisetas de algodón, cajas de cartón. Con eso no alcanza ni para almacenar un supermercado de extensión media de provincias. El ridículo y falso “acuerdo comercial” de países gobernados por líderes demagógicos y autoritarios puede generar estos episodios en donde lo que menos prima es la sensatez y el beneficio nacional.
La absoluta incapacidad económica de un gobierno como el de Evo Morales no debe ser soslayada de antemano. Esa es la Bolivia que le espera a sus ciudadanos (una invitación futurista a la miseria que no debe ser emulada en nuestro país).
Pero, si aquella decisión ya resulta nociva para sus compatriotas, hay otras que, aún siendo nocivas, resultan aún más patéticas. El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) nos envía algunos datos que son escalofriantes que demuestran la estupidez económica de su gobierno, la misma que podría llevar en el corto plazo al descalabro del país altiplánico.
Bolivia, desde el ex mandatario Carlos Mesa, pero más aún con Evo Morales, ha señalado que desechará cualquier un tratado económico con otros países mucho más importantes en cuanto a intercambio comercial con países como Estados Unidos se refiere. Pero acaba de firmar un pretendido “Tratado Comercial de los Pueblos” (TCP), con Cuba y Venezuela, al cual se podría adherir Nicaragua si retornara al poder el ex guerrillero sandinista Daniel Ortega.
Detrás de esta rimbombante y muy “progre” denominación, el TCP toma como bases de intercambio algunos acuerdos anteriormente firmado. En el caso de Cuba, la dictadura moribunda de Fidel Castro, se ha revalorizado el llamado Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica No. 47. (AAP.CE 47) entre Bolivia y Cuba, vigente desde el 25 de abril de 1997 (en época, irónicamente, donde gobernaba Gonzalo Sánchez de Lozada, Goñi, acusado constantemente de “pro-imperialista” y “pro-norteamericano” por los sectores izquierdistas y sindicalistas bolivianos) tiene menos de 100 rebajas arancelarias del 100% para cada país.
Según el IBCE, este Acuerdo es eminentemente político y en la práctica no reporta comercio preferencial (obviamente tampoco ventajas) para ninguno de los dos países. Pese a ser el comercio con Cuba marginal, Bolivia también detenta un saldo deficitario con este país. Para darnos cuenta de este déficit, en el año 2005, Bolivia exportó bienes hacia Cuba por un valor de ¡¡¡¡¡¡5 mil dólares americanos!!!!!!, e importó productos cubanos por un poco más de un millón de dólares; lo cual generó un déficit comercial superior al millón de dólares americanos.
La exportación de bienes no era siquiera equivalente al sueldo mensual de un congresista. Bolivia exportó en la gestión 2005, los siguientes bienes: juegos de viaje para el aseo personal, abrigos de lana, conjuntos para mujeres o niñas, de fibras sintéticas, “T-shirts” y camisetas de algodón, cajas de cartón. Con eso no alcanza ni para almacenar un supermercado de extensión media de provincias. El ridículo y falso “acuerdo comercial” de países gobernados por líderes demagógicos y autoritarios puede generar estos episodios en donde lo que menos prima es la sensatez y el beneficio nacional.
La absoluta incapacidad económica de un gobierno como el de Evo Morales no debe ser soslayada de antemano. Esa es la Bolivia que le espera a sus ciudadanos (una invitación futurista a la miseria que no debe ser emulada en nuestro país).
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