Nos cuenta el historiador Rogelio García Lupo que el promotor del Libro Azul había sido el ex embajador de los Estados Unidos, Spruille Braden, quien después de su corta gestión en Buenos Aires ahora se desempeńaba como secretario adjunto del Departamento de Estado en Washington.La oportunidad fue anticipada por el mismo Perón quien, por su parte, replicó con la consigna que terminaría de darle la victoria: “O Braden, o Perón”. Adelantándose en apenas unas horas a la difusión del “Libro Azul”, Perón había afirmado que Braden se entrometió en los asuntos internos del país hasta extremos intolerables cuando expresó que -yo jamás sería presidente de los argentinos y que aquí, en nuestra patria, no podía existir ningún gobierno que se opusiese a los Estados Unidos.
Este constituía una acusación, basada en fuentes alemanas y de otro origen, de los sucesivos gobiernos argentinos, desde Castillo en adelante, impugnando su buena fe, condenando su política interna y externa, y tratando de probar las conexiones nazis y tendencias fascistas de sus líderes, incluido Perón. Obviamente, el propósito de su divulgación era influir en el electorado argentino en contra de Perón. En la Argentina, el documento apareció publicado en los grandes diarios y fue propagado por la Unión Democrática. Perón se defendió, presentándolo como evidencia de la injerencia norteamericana en la política argentina y acuñó el slogan: "Braden o Perón".
El Libro Azul, que había comenzado siendo una consulta entre los gobiernos americanos para bloquear la llegada de Perón al poder, sólo mereció respuestas tardías y hasta irónicas, como la del Brasil, para quien el final de la Guerra, con la victoria de los aliados sobre el eje nazi-fascista, -hizo perder peligrosidad a las actividades del enemigo.
Braden atacó a Perón y logró que, por comprensible dignidad patriótica, hasta sus adversarios voten por él. Incluso, de la noche a la mañana apareció pintada una frase corta y rotunda: "Perón o Braden". El efecto fue impactante y Perón ganó por más de 280.000 votos.
Habría que pensar en esta situación para ver si le pasa lo mismo al candidato Humala, quien por dejar que su mentor Chávez se entrometa en los asuntos internos del país, pueda generar un evento parecido al de la Argentina de 60 años atrás y permitir que García arrase en la elección (irónico y hasta increíble).
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