Fernando Rospigliosi, en su columna periodística del diario Perú 21, hace algunas reflexiones sobre los motivos por los cuales Lourdes Flores perdió las elecciones. Algunas ideas las trasponemos en este post:
Flores quedó fuera por apenas 0.6%. Con una mejor campaña pudo remontar ese resultado (...) En ese sentido, el error de base de Lourdes Flores, que no tiene nada que ver con su representación social, su ideología o su programa, es que no fue capaz de entender que una campaña electoral requiere de un manejo profesional y centralizado.
Pero les dio proyectiles gratis a sus adversarios al poner como su vicepresidente a Arturo Woodman, una excelente persona, trabajadora y eficiente, pero vinculada al grupo económico más importante del país. Era la imagen ideal para justificar los ataques de sus adversarios.
Es fatal en una campaña que existan muchos grupos que actúan enfrentados entre sí, que la publicidad no obedezca a una sola idea sino que varias manos preparen los mensajes.
En noviembre, solo seis meses antes de las elecciones, Lourdes Flores le llevaba doce puntos al segundo, Alan García (31 a 19 de votos válidos) y ganaba en casi todas las regiones. En la sierra norte, sur y central aventajaba largamente a todos sus rivales y la costa norte la disputaba al milímetro con García. En Lima, ganaba en todos los sectores, incluidos los más pobres.
Allí la campaña de Flores cometió otro error garrafal, típico de principiantes. Decidieron flotar, es decir, no responder los ataques y no precisar el discurso. Tenían miedo a cometer errores. Creían que flotando tenían asegurado su pase a la segunda vuelta. ¡Como si la candidata corriera sola! ¡Como si no tuviera adversarios que sí actuaban para bajarla! En diez semanas, Flores cayó de 37% al 24% que obtuvo finalmente, poco más de un punto por semana. Y a pesar de que recibió críticas desde fuera y desde dentro de su campaña, Flores fue incapaz de rectificar.
Sus asesores le dijeron que el tema de su campaña era la "cercanía". Es decir, aparecer cerca del pueblo. Por eso la candidata recorría calles polvorientas, sudaba, tomaba cerveza, comía, abrazaba, besaba. Todo eso está muy bien. Pero no basta, no es lo fundamental. Lo más importante es que tiene que tener un mensaje, un tema, una propuesta, vinculada a las necesidades apremiantes de los electores y la solución que propone.No tuvo algo tan elemental, lo cual denota la carencia de lo más importante de una campaña: la estrategia.Su discurso pasaba de un tema a otro, sin orden ni concierto. Al final a la gente no le quedaba nada claro.
Su publicidad fue igual de mala. Ahí se notó claramente la falta de un estratega y un publicista político. Unos de sus spots de TV era un hombre pobre en un barrio pobre diciendo que votaría por Lourdes Nano. ¿Y? ¿Cuál es el mensaje? ¿Qué propone, qué ofrece? Esa era la "cercanía" traducida a la publicidad. Una completa estupidez. Plata botada a la calle en propaganda que no gana ni un voto.
Qué les ofreció a los ciudadanos de la sierra sur y central? ¿Qué a los de la costa y sierra norte? Nada. Si nunca hubiera tenido simpatías en esas regiones, se podría explicar ese resultado. Pero las tenía y las perdió, se le escurrieron entre los dedos. Si bien hay mucho de verdad en los análisis que se refieren a la representación social, Lourdes Flores no quedó fuera de la segunda vuelta por ser candidata de la derecha o de los ricos, sino por su incapacidad para tener una campaña razonable.
Y ese no es un problema ideológico sino de personalidad. Por eso el futuro político de Flores es incierto. Es una mujer relativamente joven, honesta e inteligente. Es buena candidata, en el sentido que puede articular un discurso, polemizar, responder solventemente cualquier entrevista. Pero no es capaz de organizar una campaña adecuada, ni de escoger al personal apropiado.
Flores quedó fuera por apenas 0.6%. Con una mejor campaña pudo remontar ese resultado (...) En ese sentido, el error de base de Lourdes Flores, que no tiene nada que ver con su representación social, su ideología o su programa, es que no fue capaz de entender que una campaña electoral requiere de un manejo profesional y centralizado.
Pero les dio proyectiles gratis a sus adversarios al poner como su vicepresidente a Arturo Woodman, una excelente persona, trabajadora y eficiente, pero vinculada al grupo económico más importante del país. Era la imagen ideal para justificar los ataques de sus adversarios.
Es fatal en una campaña que existan muchos grupos que actúan enfrentados entre sí, que la publicidad no obedezca a una sola idea sino que varias manos preparen los mensajes.
En noviembre, solo seis meses antes de las elecciones, Lourdes Flores le llevaba doce puntos al segundo, Alan García (31 a 19 de votos válidos) y ganaba en casi todas las regiones. En la sierra norte, sur y central aventajaba largamente a todos sus rivales y la costa norte la disputaba al milímetro con García. En Lima, ganaba en todos los sectores, incluidos los más pobres.
Allí la campaña de Flores cometió otro error garrafal, típico de principiantes. Decidieron flotar, es decir, no responder los ataques y no precisar el discurso. Tenían miedo a cometer errores. Creían que flotando tenían asegurado su pase a la segunda vuelta. ¡Como si la candidata corriera sola! ¡Como si no tuviera adversarios que sí actuaban para bajarla! En diez semanas, Flores cayó de 37% al 24% que obtuvo finalmente, poco más de un punto por semana. Y a pesar de que recibió críticas desde fuera y desde dentro de su campaña, Flores fue incapaz de rectificar.
Sus asesores le dijeron que el tema de su campaña era la "cercanía". Es decir, aparecer cerca del pueblo. Por eso la candidata recorría calles polvorientas, sudaba, tomaba cerveza, comía, abrazaba, besaba. Todo eso está muy bien. Pero no basta, no es lo fundamental. Lo más importante es que tiene que tener un mensaje, un tema, una propuesta, vinculada a las necesidades apremiantes de los electores y la solución que propone.No tuvo algo tan elemental, lo cual denota la carencia de lo más importante de una campaña: la estrategia.Su discurso pasaba de un tema a otro, sin orden ni concierto. Al final a la gente no le quedaba nada claro.
Su publicidad fue igual de mala. Ahí se notó claramente la falta de un estratega y un publicista político. Unos de sus spots de TV era un hombre pobre en un barrio pobre diciendo que votaría por Lourdes Nano. ¿Y? ¿Cuál es el mensaje? ¿Qué propone, qué ofrece? Esa era la "cercanía" traducida a la publicidad. Una completa estupidez. Plata botada a la calle en propaganda que no gana ni un voto.
Qué les ofreció a los ciudadanos de la sierra sur y central? ¿Qué a los de la costa y sierra norte? Nada. Si nunca hubiera tenido simpatías en esas regiones, se podría explicar ese resultado. Pero las tenía y las perdió, se le escurrieron entre los dedos. Si bien hay mucho de verdad en los análisis que se refieren a la representación social, Lourdes Flores no quedó fuera de la segunda vuelta por ser candidata de la derecha o de los ricos, sino por su incapacidad para tener una campaña razonable.
Y ese no es un problema ideológico sino de personalidad. Por eso el futuro político de Flores es incierto. Es una mujer relativamente joven, honesta e inteligente. Es buena candidata, en el sentido que puede articular un discurso, polemizar, responder solventemente cualquier entrevista. Pero no es capaz de organizar una campaña adecuada, ni de escoger al personal apropiado.
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