En una más de sus amenazas disfrazadas de anuncios, Ollanta Humala ha dicho que si Lourdes Flores ganase las elecciones, no duraría un año porque el pueblo se encargaría de sacarla de Palacio.
Más que suponer, por cierto, que el líder nacionalista se ha convertido de pronto en un agudo observador sociológico del futuro político del país, lo que resulta evidente es que lo que está diciendo es que si Unidad Nacional triunfa, será él un agente activo en la movilización social para tumbarla, uno de los métodos –dicho sea de paso– que el humalismo considera válidos para acceder al poder.
Además de irresponsables –por provenir de un líder político en plena actividad y con posibilidades reales de llegar al poder o, en el peor de los casos, de acceder a un pedestal protagónico–, las declaraciones efectuadas aportan un elemento de inestabilidad democrática de la que su propio proyecto podría ser víctima.
Humala debería tener presente que a lo sumo logrará una bancada de 30 congresistas y que, por ende, construir trincheras agresivas descalificatorias con el resto de sus adversarios lo va a conducir a un aislamiento político insalvable.
Ya lo saben, sin duda, los asesores de Humala y se baraja por ello, de distintas formas, el cierre del Congreso. Desde la más frontal, que es la presentación de cuestiones de confianza que, eventualmente rechazadas, le darían pie a un cierre constitucional del Legislativo y a la convocatoria a nuevas elecciones, hasta el anunciado tema de la Asamblea Constituyente (tema que, por cierto, creemos que excede las prerrogativas establecidas por la actual Carta Magna).
Algo que Humala debería tener bastante más presente de lo que parece tenerlo, es que con 90 votos en contra puede ser vacado sin problema alguno.
Sea porque se compruebe o se presenten indicios más contundentes de actuaciones suyas del pasado que comprometerían su solvencia moral para ocupar la Presidencia (lo que incluye no sólo el tema de los derechos humanos sino también la creciente sospecha de vinculaciones orgánicas con sectores montesinistas) o porque a partir del 29 de julio –si es que gana, sobra decir– empieza a cometer estropicios legales. Antes de sembrar vientos beligerantes, debería meditar que la tormenta puede tenerlo a él como primera víctima.
Más que suponer, por cierto, que el líder nacionalista se ha convertido de pronto en un agudo observador sociológico del futuro político del país, lo que resulta evidente es que lo que está diciendo es que si Unidad Nacional triunfa, será él un agente activo en la movilización social para tumbarla, uno de los métodos –dicho sea de paso– que el humalismo considera válidos para acceder al poder.
Además de irresponsables –por provenir de un líder político en plena actividad y con posibilidades reales de llegar al poder o, en el peor de los casos, de acceder a un pedestal protagónico–, las declaraciones efectuadas aportan un elemento de inestabilidad democrática de la que su propio proyecto podría ser víctima.
Humala debería tener presente que a lo sumo logrará una bancada de 30 congresistas y que, por ende, construir trincheras agresivas descalificatorias con el resto de sus adversarios lo va a conducir a un aislamiento político insalvable.
Ya lo saben, sin duda, los asesores de Humala y se baraja por ello, de distintas formas, el cierre del Congreso. Desde la más frontal, que es la presentación de cuestiones de confianza que, eventualmente rechazadas, le darían pie a un cierre constitucional del Legislativo y a la convocatoria a nuevas elecciones, hasta el anunciado tema de la Asamblea Constituyente (tema que, por cierto, creemos que excede las prerrogativas establecidas por la actual Carta Magna).
Algo que Humala debería tener bastante más presente de lo que parece tenerlo, es que con 90 votos en contra puede ser vacado sin problema alguno.
Sea porque se compruebe o se presenten indicios más contundentes de actuaciones suyas del pasado que comprometerían su solvencia moral para ocupar la Presidencia (lo que incluye no sólo el tema de los derechos humanos sino también la creciente sospecha de vinculaciones orgánicas con sectores montesinistas) o porque a partir del 29 de julio –si es que gana, sobra decir– empieza a cometer estropicios legales. Antes de sembrar vientos beligerantes, debería meditar que la tormenta puede tenerlo a él como primera víctima.
Tomado de diario La Primera
1 comentario:
... Que gracioso, no lo había imaginado... El Sr Tafur tiene razón. Ollantita puede ser vacado en el hipotetico caso negado, dios quiera que sea así. " llegase al poder".
Pero de todas maneras tenemos que ser muy observadores de todos los pasos de este personaje "Nada agradable", Sugeriría a Ollantita que se prepare para el "Cargamonton" que se le avecina por los casos Madre Mía, más aun por los vínculos muy graves con MONTESINOS y el Falso levantamiento en MOQUEGUA.
... La que te espera Ollantita.
... La verdad siempre reluce.
Hasta pronto Francisco
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