No voy a escribir mucho. Son las 11 p.m. del domingo 9 y los primeros resultados de los sondeos a boca de urna indican una definición muy estrecha en la carrera hacia la presidencia de la república, luego de unas elecciones generales atípicas, en las cuales hubo de todo menos ecuanimidad ni propuestas serias; sólo guerra sucia y violencia.
No creo poder ser lo suficientemente certero para señalar a esta hora quiénes pasarán a la segunda vuelta. Eso lo podríamos definir incluso mucho después de los resultados de conteo rápido que den las encuestadoras (creo ser claro en señalar que los mismos no traerán resultados que permitan mayores luces). La lucha, tensa y nerviosa por donde se la mire, será voto a voto, mesa por mesa. Puedo en todo caso, temerariamente, señalar que Ollanta Humala pasará a la decisión final, sólo que muy magullado. Probablemente estemos ante un candidato perdedor de antemano. Podemos afirmar incluso que, con este resultado, es poco probable que Humala se convierta en el sucesor de Alejandro Toledo.
Lo incierto viene después. Hay una leve tendencia de ventaja para Lourdes Flores (sobre todo porque se espera que los votos del extranjero inclinen la balanza a su favor), pero también es muy probable que Alan García, el político más demagógico que ha visto este país, presidente del gobierno más inepto de la historia republicana, puede llegar a colocarse, dramáticamente, como el contendor del líder de UPP de acá a cuatro semanas. No debemos ser adivinos para señalar que la poca capacidad política “nacionalista”, el precario aparato partidario político que posee, la extraordinaria maquinaria demoledora aprista y los anticuerpos que se han generado Humala (los cuales han llegado a colocarse, cosa increíble, por encima de los del aprista), permitirían predecir un resultado inesperado de pasar García a la segunda vuelta.
En este escenario deplorable, que premia la amnesia, el desgobierno, la corrupción y el cinismo (que, además, representa el fracaso de generaciones que padecieron el régimen 1985-1990), son culpables, por igual, los partidos políticos y la sociedad civil. Aquellos que se dedicaron a criticar tanto al sistema y después crearon un monstruo como Humala y aquellos que con su frivolidad y su incompetencia desde el propio sistema generaron su descrédito, acabarían por permitir – hablo en condicional – el premio a experimentos ideológicos y dogmáticos como los que aplicarían, estoy seguro, los áulicos de García. Y en ese gran descrédito, la caída de Flores es, aún cuando pase a la segunda vuelta, en cierto sentido un castigo a tanta medrosidad, tanta apatía, tantos errores ridículos de campaña y, obviamente, una incapacidad para poder comunicar al pueblo sus propuestas.
Y ante tanta ironía, tanta terquedad en lanzarse al abismo, como los egoístas que votaron por Valentín Paniagua, los fanáticos que votaron como borregos por Humberto Lay Sun, los ilusos que votaron por Alberto Borea o Susana Villarán, los masoquistas que votaron por Martha Chávez, sólo faltaría (de voltearse los resultados oficiales) el espectáculo del Inepto Contumaz volviendo por la puerta a grande a Palacio de Gobierno.
Lo sensato indica que Humala y Flores se volverán a encontrar de acá a un mes. Lo extraño pero no improbable indicaría que García logre pasar a la segunda vuelta. ¡Qué extraño país en el que vivimos!
No creo poder ser lo suficientemente certero para señalar a esta hora quiénes pasarán a la segunda vuelta. Eso lo podríamos definir incluso mucho después de los resultados de conteo rápido que den las encuestadoras (creo ser claro en señalar que los mismos no traerán resultados que permitan mayores luces). La lucha, tensa y nerviosa por donde se la mire, será voto a voto, mesa por mesa. Puedo en todo caso, temerariamente, señalar que Ollanta Humala pasará a la decisión final, sólo que muy magullado. Probablemente estemos ante un candidato perdedor de antemano. Podemos afirmar incluso que, con este resultado, es poco probable que Humala se convierta en el sucesor de Alejandro Toledo.
Lo incierto viene después. Hay una leve tendencia de ventaja para Lourdes Flores (sobre todo porque se espera que los votos del extranjero inclinen la balanza a su favor), pero también es muy probable que Alan García, el político más demagógico que ha visto este país, presidente del gobierno más inepto de la historia republicana, puede llegar a colocarse, dramáticamente, como el contendor del líder de UPP de acá a cuatro semanas. No debemos ser adivinos para señalar que la poca capacidad política “nacionalista”, el precario aparato partidario político que posee, la extraordinaria maquinaria demoledora aprista y los anticuerpos que se han generado Humala (los cuales han llegado a colocarse, cosa increíble, por encima de los del aprista), permitirían predecir un resultado inesperado de pasar García a la segunda vuelta.
En este escenario deplorable, que premia la amnesia, el desgobierno, la corrupción y el cinismo (que, además, representa el fracaso de generaciones que padecieron el régimen 1985-1990), son culpables, por igual, los partidos políticos y la sociedad civil. Aquellos que se dedicaron a criticar tanto al sistema y después crearon un monstruo como Humala y aquellos que con su frivolidad y su incompetencia desde el propio sistema generaron su descrédito, acabarían por permitir – hablo en condicional – el premio a experimentos ideológicos y dogmáticos como los que aplicarían, estoy seguro, los áulicos de García. Y en ese gran descrédito, la caída de Flores es, aún cuando pase a la segunda vuelta, en cierto sentido un castigo a tanta medrosidad, tanta apatía, tantos errores ridículos de campaña y, obviamente, una incapacidad para poder comunicar al pueblo sus propuestas.
Y ante tanta ironía, tanta terquedad en lanzarse al abismo, como los egoístas que votaron por Valentín Paniagua, los fanáticos que votaron como borregos por Humberto Lay Sun, los ilusos que votaron por Alberto Borea o Susana Villarán, los masoquistas que votaron por Martha Chávez, sólo faltaría (de voltearse los resultados oficiales) el espectáculo del Inepto Contumaz volviendo por la puerta a grande a Palacio de Gobierno.
Lo sensato indica que Humala y Flores se volverán a encontrar de acá a un mes. Lo extraño pero no improbable indicaría que García logre pasar a la segunda vuelta. ¡Qué extraño país en el que vivimos!
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