23 abril 2006

REFLEXIONES SOBRE LA CULTURA AMAZONICA

En la actualidad, la ciudad de Iquitos sobrepasa fácilmente el medio millón de habitantes Es el tiempo de los nuevos turistas que llegan de todas partes del mundo de las más variadas formas y estilos. Pero hay dos que, de distinta manera, reproducen los itinerarios del agua seguidos por los grandes viajeros del siglo XIX: uno es real y el otro, aunque real, lo transforma en ficción. El real es a través del viaje, del contacto directo, de la experiencia material. El de ficción, es el que se genera como un manto espiritual indestructible en la mente y los recuerdos de la gente. Y ante ello, ante esta experiencia inmaterial pero duradera, contribuye enormemente el concepto de cultura. Esa cultura que es el alma indesligable de un pueblo.

Demás está decir que el concepto de “cultura” no es estático, constituye una interacción de personas entre ellas mismas y el entorno en el que se desenvuelven. Existe una relación directa entre los procesos que dan lugar a la cultura de los pueblos y la manera cómo ellos generan las formas diferenciales que aparecen entre unas generaciones y otras. En todas estas manifestaciones de interacción, que toman el arte como uno de los principales vehículos de afianzamiento, especialmente las políticas de trabajo cultural que se han venido realizando en la región Loreto, sin embargo, han ido avizorando un futuro incierto. Planteamientos bastan y sobran a este respecto.

Loreto, que hace mucho tiempo fue un departamento muy rico, en la actualidad es una de las zonas más pobres y deprimidas del país. Al margen de las consideraciones sociales, a la gran diversidad de flora y fauna, al eximio ecosistema y a ciertos recursos que en el subsuelo de Loreto y como sus tierras fértiles le dan una especial prestancia en la tabla de los valores potenciales del país, no hay duda de que hay un estancamiento. Esto mismo se representa en el ámbito cultural.

El aniversario del INC no podría llegar en peor momento, en todo caso. La cultura y el arte amazónico se ha ido forjando dentro del rechazo, pereza e ignorancia del resto del país, mucho más preocupado en la anécdota que en el verdadero entendimiento e integración de la región en su impulso por mostrar, rescatar y valorar lo que hacen los creadores del trópico y, es necesario decirlo, de la automarginación existente. Demás está decir que la cultura amazónica no figura en ninguna estadística del INEI y no se toma en cuenta en los programas y planes políticos de los partidos y candidatos tanto regionales como nacionales.

En el plano estrictamente cultural, no contamos con un moderno sistema de comunidad satelital que nos permita el adecuado acceso a la globalización. Hay una ausencia de oportunidades institucionales para la capacitación. Existe asimismo una insuficiencia presupuestal para la ejecución de proyectos y tareas de registro y preservación del patrimonio cultural y regional. Muy importante en este problema es la dependencia del centralismo en la asignación presupuestal, así como el escaso apoyo económico y financiero de las autoridades regionales o locales.

Los hechos que amenazan la labor de difusión cultural en nuestra región entre otros son un insuficiente presupuesto que impide la concreción de nuestros objetivos, la frustración de la viabilidad de nuestros proyectos por la excesiva burocracia de la sede central. Además, la falta de condiciones logísticas para el desarrollo la labor de proyección y producción. A ello se añade una infraestructura inadecuada y la insuficiente inversión en bienes de capital, así como en capital social. Todo este panorama institucional se ve agravado por las condiciones en que se realiza la labor cultural en Loreto, tales como la ausencia de escenarios de difusión, tales como auditorios, salas, librerías, galerías, entre otros. Igualmente, que los escasos recursos destinados a ese fin son canalizados muy desorganizadamente, impidiendo la cohesión y el desarrollo adecuado de las capacidades.

Sin embargo, algo más hay que nos alienta y obliga a seguir: estimular, no sólo por su extensión, por sus posibilidades y problemática o sus diferenciaciones con otros territorios adyacentes, que Loreto sea una gran macroregión cultural, que pueda tener un nivel de coordinación importante y dinámico con la sede central, pero que al mismo tiempo pueda tener niveles mínimos de autonomía presupuestal y decisoria que le permitan cumplir adecuadamente, la ejecución y fortalecimiento de acciones de defensa, vigilancia, promoción y difusión del patrimonio cultural de la región, la promoción del sector privado y de los gobiernos locales y de otras entidades regionales en la ejecución de actividades culturales, el fortalecimiento de la identidad e integración entre los pueblos de la Región Loreto, así como promover el acceso y participación de la población a las diferentes manifestaciones culturales de la región, fomentando las acciones que incentiven y produzcan bienes culturales.

En ese sentido, el objetivo básico de este proyecto lo ha constituido la vinculación a las raíces amazónicas, combinado con las más modernas herramientas que se tengan a la mano, a fin de brindar a quienes quisieran tomarlo actividades deslumbrantes, inéditas, regionales y satisfactorias para el desarrollo del intelecto y la importancia que debe tener el arte en general. El INC, sin muchas estridencias, y aún cuando hay mucho temas en los que su trabajo es perfectible, ha descubrir nuevas alternativas de salud espiritual, constantes dosis de emoción retrospectiva que mira hacia adentro, hacia el yo interior del propio habitante de estas tierras y a su sabia oferta hacia un exterior, la cual no es más una lejana e inhóspita maraña en la que el ser humano busca su predominio, sino el otro lado de un mismo espejo, al que los puentes del conocimiento han permitido intercomunicar con eficacia.

La cultura en Loreto no es un fruto mágico de los milagros y los mesianismos, tampoco un súbito invento de iluminados y una formación cuya disciplina no se consagra en la vocación de rapidez, sino en límpido y cristalino ejercicio de permanencia, ha sido la principal cosecha y apuesta más sensata de su devenir histórico, en diálogo abierto hacia la tolerancia y la civilización de las sociedades, en la interculturalidad, en el diálogo entre agentes y pareceres singulares.

Y así, hemos generado, realizado, auspiciado un sinnúmero de eventos como conferencias, recitales de poesía, concursos musicales, mesas redondas, ciclos de cine, espectáculos teatrales, exposiciones, presentación de revistas literarias, visita de figuras de renombre mundial entre otras. Se ha buscado abarcar todos los ámbitos posibles del quehacer artístico y en ese sentido, aún con las limitaciones, nuestro balance ha sido modesto pero positivo. Hay una emoción nueva en otras instituciones que, desde acá, saludamos y promovemos, pues permite el desarrollo espiritual del ser humano en general y de cuyo resultado nos alegramos haber contribuido al dinamismo.

La cultura como derecho de todos y no como elección de unos cuantos privilegiados es tarea quijotesca, en el sentido de esperanzada, de virtual, de utópica. En la presentación de nuestro ganador del Premio de Fomento a la Cultura 2006, que ha recaído merecidamente en el artista plástico Miguel Saavedra, creemos que empresas como esta son ejemplos mismo de que las más grandes locuras que crearon belleza y perduraron en la historia de la humanidad, que aquellos emblemas de una lengua y una cultura incesantes, que la entraña misma de la magia de la comunicación, que la raíz intrínseca que compone al animal del lenguaje han sido obra exclusiva no de iconos semi-divinizados por el respeto y las venias de las generaciones, sino - como señalaba Mario Vargas Llosa - esfuerzo titánico de criaturas de carne y hueso, enfrentadas, por lo demás, a las emboscadas de un destino incierto.

La calidad y el saber no resultan necesariamente del milagro ni del azar, sino de una combinación implacable de voluntad, trabajo, artesanía y, claro está, mucha paciencia. Del genio humano explotado en su más acabado esplendor. Ese es nuestro anhelo y allí radica nuestra labor.

No hay comentarios.: