César Bedón Rocha es un economista sui generis: tiende a la sensatez (precisamente en esta época en que es bastante difícil encontrar seso antes que cebo dentro del rubro regional) y a menudo ha rechazado brindar coartadas ideológicas a quienes insistente e irracionalmente defienden privilegios para zonas de Selva que no se condicen con la razón o la justicia. Desde su blog Economía Petrolera, ha reiterado permanentemente los graves problema que acarrea la aplicación de lo que denomina “engañosos y nulos beneficios” de la exoneración de impuestos a los combustibles, así como la equivocada visión que se tiene respecto de la realidad.
En una carta muy contundente, con datos de primera mano, Bedón alerta sobre la situación riesgosa del Yurimaguas actual (donde ahora tantos falsos profetas anuncian el cataclismo ante la reversión de las exoneraciones por proyectos de desarrollo). Como las ventas en la Planta de Petroperú en dicha ciudad están exoneradas de impuestos, la empresa estatal vende el kerosene a 7.1071 S/Gln, mientras que en su Planta Tarapoto (sin exoneración) la vende a 6.5331 S/Gln. Este diferencial de 0.574 S/./Gln se convierte en 1.354 S/Gln cuando se trata del Diesel 2, pues en Tarapoto lo vende a 6.3289 y en Yurimaguas a 7.6829 S/Gln. Como se ve, en nada ha beneficiado a la provincia de Alto Amazonas esta seudo exoneración, salvo a los se nutren de negocios especulativos o mediante el contrabando.
Como colofón el economista nos plantea una interrogante: ¿No será hora ya de reevaluar la conveniencia del proyecto poliducto Yurimaguas/Tarapoto?. Claro que sí, pero no sólo ellos, sino otros aspectos de una política económica de prebendas que, como vemos, ha ido en el tiempo exponiendo su flagrante fracaso. La causa principal es simple e inobjetable: el pueblo nunca ha visto los resultados de tanta “exoneración” y tanto bla bla bla.
En una carta muy contundente, con datos de primera mano, Bedón alerta sobre la situación riesgosa del Yurimaguas actual (donde ahora tantos falsos profetas anuncian el cataclismo ante la reversión de las exoneraciones por proyectos de desarrollo). Como las ventas en la Planta de Petroperú en dicha ciudad están exoneradas de impuestos, la empresa estatal vende el kerosene a 7.1071 S/Gln, mientras que en su Planta Tarapoto (sin exoneración) la vende a 6.5331 S/Gln. Este diferencial de 0.574 S/./Gln se convierte en 1.354 S/Gln cuando se trata del Diesel 2, pues en Tarapoto lo vende a 6.3289 y en Yurimaguas a 7.6829 S/Gln. Como se ve, en nada ha beneficiado a la provincia de Alto Amazonas esta seudo exoneración, salvo a los se nutren de negocios especulativos o mediante el contrabando.
Como colofón el economista nos plantea una interrogante: ¿No será hora ya de reevaluar la conveniencia del proyecto poliducto Yurimaguas/Tarapoto?. Claro que sí, pero no sólo ellos, sino otros aspectos de una política económica de prebendas que, como vemos, ha ido en el tiempo exponiendo su flagrante fracaso. La causa principal es simple e inobjetable: el pueblo nunca ha visto los resultados de tanta “exoneración” y tanto bla bla bla.
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