26 marzo 2007

GUERRAS SANTAS, EXONERACIONES Y PLAGIOS INIMAGINABLES

1.- Una buena forma de mostrar la extremada vocación expansionista y colonial del Opus Dei es echarle un vistazo al conflicto que ha generado el cardenal Juan Luis Cipriani con la Universidad Católica. Más allá de consideraciones jurídicas en este engorroso lío - un miembro de su junta administrativa ha solicitado que la universidad se abstenga de llevar a cabo actos de libre disposición que por ley, y por voluntad del benefactor José de la Riva Agüero -, el gran tema en cuestión es la permanente hostilidad de Cipriani con el más importante centro de estudios peruano, debido precisamente a su desmedida ambición por hacer de él un botín más para la Obra, y convertir a una universidad caracterizada por su pluralismo y amplitud de criterio en un remedo conservador, encorsetado y sectario, buscando para ello generar una suerte de guerra santa donde valga todo (de su parte, al menos). Afortunadamente, la comunidad de la PUCP en general ha rechazado los devaneos imperialistas de su eminencia y, salvo algunos renegados de “balcón liberal”, la unidad esta vez parece sólida y maciza. ¡Pobre Cardenal, que vaya con sus cuitas para otra parte!

2.- Malas noticias las que nos llegan de Yurimaguas en el sentido que Iván Vásquez, en una actitud inexplicable e irresponsable, ha decidido dar marcha atrás en la sustitución gradual de exoneraciones tributarias planteada en el D.L. 978. El presidente regional ha dejado mal parado a su vicepresidente, Norman Lewis, ha dejado mal parada a la región Loreto ante los ojos de los entes de decisión nacional (porque no se puede ir tan alegremente jugando con un tema de tan vital consideración), pero lo peor es que ha cedido ante una corriente mercantilista, populistoide que enarbolan un puñado de intereses que directa o indirectamente se han beneficiado de estos privilegios (y ante los gritos y las delictivas especulaciones de precios que se han dado esta semana), en desmedro del gran número de la población que sigue en el más completo atraso y pobreza y al que estas medidas no han beneficiado en absoluto (hasta el momento sigo esperando que me den una sola razón de peso para considerar las exoneraciones aún, cuando la tendencia real del mundo es otra).

La reinversión en obras beneficiará directamente a la ciudadanía y, además, plantea la posibilidad de que la propia provincia de Alto Amazonas decida su propio futuro; con, planificación, orden y proyección; es decir, un Yurimaguas moderno, gerencial y futurista. Pero, claro, otra vez la política, otra vez los grupos de poder truncan el progreso. A pesar de que dichos privilegios sólo han causado atraso, corrupción, sobrecostos y nula inversión recíproca de los comerciantes privilegiados, se mantienen en su obtusa visión del mundo. Lo más triste es que Iván Vásquez, siendo un hombre inteligente y dándose cuenta que el D.L. 978 beneficiará más a Loreto que las anteriores exoneraciones, igual, en vez de educar al pueblo, cede a cantos de sirena de experiencias ya fracasadas y ominosas. Pero aún está el presidente regional a tiempo de liderar la verdadera revolución económica. Recuerda Iván: te debes a los loretanos, no a los mercantilistas y los especuladores.

3.- Alfredo Bryce, nuestro gran escritor nacional, ha sido documentadamente acusado de plagiar sistemáticamente citas, párrafos y datos de otros autores y hacerlos pasar como suyos en sus colaboraciones ocasionales, publicadas en diveras partes del mundo. Según las investigaciones, por lo menos en ocho ocasiones se ha comprobado el dolo bryceano. Quienes más han documentado el acto han sido miembros de la comunidad de blogs peruanos (escrupulosos en el tema del celo profesional, la mención de fuentes y la solidaridad inter pares), de la cual se han colgado los medios de comunicación. Bryce ha señalado que todo se debió a un “descuido de su secretaria”. El escritor imaginativo e irónico no ha tenido mejor excusa que la no excusa y la ligereza y ha renunciado de mala forma a seguir escribiendo en El Comercio ante tal revelación. Bryce no aceptado con humildad su error ni ha pedido las disculpas del caso a sus lectores y se ha envuelto en la telaraña de una triste historia, humillado y ofendido. Lo que indica en estos casos (más aún en este negocio, donde es difícil no estar tentado por el recurso fácil de la apropiación sin responsabilidad) que mejor citar todo lo que se pueda, o quizás, como en mi caso, plagiarse a sí mismo, descaradamente, todas las veces que se pueda (aunque uno nunca sabe lo que pasará, sino, pregúntenle a Nicolas Yeroví, condenado hace poco por una jueza realmente kafkiana por autocopiarse). De Ripley.

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