El Cardenal Cipriani ha vuelto a las andadas. Claro, esta vez con una estrategia legal que pretende devolverle ese protagonismo tan indigno que cosechó, a punta de ajos y cebollas y turbias negociaciones con el poder de turno. específicamente, está decidido a hacerse del control total de la más prestigiosa e influyente universidad peruana, la PUCP.
Con los mismos argumentos ideológicos y las boberías seudoreligiosas (reflejo consciente del ominoso sesgo opusdeista), pero con esa fabulosa carga legal (reseñada anteriormente por José Alejandro Godoy en su blog) que pretende por un lado desconocer un acuerdo legal ampliamente válido (la estrategia jurídica que, según el decano de la facultad de Derecho, pretende aplicar el conglomerado Cipriani-Opus Dei con la anuencia de un juececillo infecto es verdaderamente vergonzoso, desde el punto estrictamente jurisprudencial), el Primado de la Iglesia está decidido a darle pelea a la única isntitución de filiación católica, pero de vocación y espíritu laico, que aún no ha podido conquistar en su desmedida ambición por concentrar ejes de influencia ideológica.
La Católica es una universidad que Cipriani necesita dentro de su plan expansionista porque sigue siendo uno de los foros académicos de debate intelectual más importantes del Perú, con un radio de acción que se remite al extranjero y a generaciones diversas, que exceden sus 90 años de fundación. Efectivamente, mantener el rótulo religioso es una decisión que no la encorseta, sino le permite ejercer un sano pluralismo que ha llevado a que todas las tendencia y confesiones se aglomeren y puedan convivir de modo civilizado y democrático dentro de un mismo espacio.
Eso enfurece a Cipriani, el oscurantista, el conservador, el racista tardío, el sutil homófobo, el voraz aprendiz de Maquiavelo, el que cree que puede manejar a sus anchas las academias y los centros de educación (la forma cómo la Universidad de Piura, ha caído en su garras es elocuente, pues a una institución eficiente pero pequeña, gracias a sus nuevos contactos con el poder la ha hecho un monstruito que va caminando por ahí, con mucha ambición pero con un sesgo sectario evidente), el mister que se faja como pistolero del far west contra las ONG y los organismos de Derechos Humanos que se atreven a tocar con el pétalo de la verdad a sus amados Fujimori y Giampietri, el pastor histérico que se aira ante El Codigo da Vinci este sacerdote que quiere cambiar la currícula de todo lo que pueda está dispuesto a luchar por tener a la Católica de su lado. Y para ello inventa desde tácticas legales a poses meramente demagógicas como las de la "disminución de las pensiones" con un afán de soliviantar masas, tal como hacía el Chino con su populismo asistencialista.
Sólo que es muy posible que aunque se compre a todos los jueces, y le haga de lamequesos de Alan García y Giampietri y por más influencia que pretenda mover en todos los flancos, la batalla no la va a ganr. En principio, porque en cualquier país civilizado y decente esa pretensión jurídica tan absurda sería archivada de plano. Segundo, porque nadie le interesa que el Opusi Dei (salvo sus propios fanáticos) maneje sus designios. Tercero, porque la Católica de ningún modo permitíría que Cipriani y sus compinches ingresen como si nada pasara. Porque todos sabemos que la victoria de estas vertientes sería el fin de aquella PUCP que conocemos y su reemplazo por un remedo, una marioneta que perdería brillo intelectual y capacidad de generar conocimiento, donde sólo algunos tendrían las condiciones para desarrolarse en un "ambiente adecuado" (ni siquiera el CAPU estaría feliz). Nadie, realmente nadie en su sano juicio, permitirá tamaña afrenta a la inteligencia, la razón y la justicia. La Católica, felizmente, por más guerra que haya, no será nunca un bastión de Cipriani.
Link: El diario Correo informa (Sí, pero no, aunque tal vez)
Link: Claudia Cisneros se pone fuerte
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2 comentarios:
Bueno Doc, yo no soy partidario de Cipriani ni de la ruma de caviares que se le enfrentan en la Católica; pero de lo poco que he leído se ve que la caviarada izquierdista no tiene las de ganar. Y hay argumentos sólidos que sustentan esta historia, le recomiendo leer esto:
http://www.correoperu.com.pe/paginas_nota.php?nota_id=44766&seccion_nota=1
Saludos
Solamente quiero aclarar que quien ha llevado la controversia a los fueros judiciales ha sido la mismísima PUCP y no el Arzobispado de Lima. Ha sido la universidad Católica quien ha hecho una demanda judicial contra el señor Walter Muñoz, delegado del arzobispado.
Es decir, quien está enjuiciado no es la PUCP, sino el Sr. Muñoz. Quien ha formulado esa pretensión jurídica "tan absurda" (calificación del Sr. Bardales), a nivel judicial ha sido la PUCP.
Tierra Baldía
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