IKITOZZ CITY: MOTOS A MEDIA NOCHE

Por: Enrique Dávila (Ikitozz City)

Enrique Dávila es un joven narrador loretano que, de un momento a otro, irrumpió en la escena con un blog bastante particular llamado Ikitozz City (IC). A través de tres personajes bastante marcados en rasgos y personalidad (Ikiteño, Darketta y Globito) fue narrando con naturalidad y naturalismo varios de los aspectos más claro (y algunos no tanto) de la personalidad de la joven generación iquiteña. De más está decir que IC es uno de los blogs que seguía - y sigo - con insistencia y fidelidad. Desde hoy, Enrique se ha convierte en uno de los nuevos colaboradores de este Diario, haciendo lo que mejor sabe hacer: escribir sobre IQT, sobre IKitozz. Es fácil deducir el nombre de la columna que tendrá semanalmente en este blog.


MOTOS A MEDIA NOCHE

Sebastián aparece frente a mi en su moto XL que le regaló su padre.Prende un cigarrillo - hola "broder" ¿qué cuentas? - y saluda con un movimiento de cabeza; tiene 15 años pero parece que tuviera mas.

Comienza a quejarse del "tombo" que lo detuvo y se vanagloria de los 20 soles que puso en su bolsillo para que lo dejara ir tranquilo; habla de la última "flaquita" con quien se encamó. Me propone salir un rato para conocer al grupo con el que últimamente anda.

El ruido de los motores, la noche cómplice y la alegría sin razón, son los ingredientes que hacen que adolescentes como Sebastián, adormecidos por las ganas de identidad, deambulen por las principales arterias iquiteñas a toda velocidad.

Son menores de edad, lo saben. Pero no les interesa. Deambulan por la ciudad, en grupos que pasan los veinte.

Entre las luces de esa noche fui conociéndolos poco a poco. Quise adentrarme en esta rutina nocturna y descubrir el placer del grupo.

- Somos como una "hermandad", nos cuidamos mutuamente. Si a alguien le pasa algo malo lo protegemos, si le hacen algo malo nos vengamos en su nombre. Nadie puede meterse con nosotros, ni las chicas de otros colegios pueden compararse con las nuestras.

Efusivo, Sebastián explica cómo funciona esta "tribu". No aceptan a cualquiera, cumplir ciertos requisitos es lo indispensable. El candidato a entrar a su "hermandad" debe pasar un examen, debe jurar lealtad y realizar un ritual de iniciación. El mismo varia de acuerdo a la ocasión pero siempre al final debe juramentar delante devun gran libro. Al preguntar a "Seba" de qué trataba ese libro, antes que mi imaginación volara hacia lo oscuro, el muchacho de tres pendientes en la oreja respondió "no somos satanistas si eso estás pensando"

La mayoría de ellos dicen ser "emos", lo cual parece hasta es normal, es lo que está de moda. Pero también desean ser aceptados por la sociedad, tal como son. ¿Cómo son? No se los pregunté para no parecer altanero y tratar de pasar por psicoanalista.

- El otro dia una de nuestras chicas tuvo un encontrón con una "webona" del Sagrado, nosotros la dejamos en su sitio, querer compararse con una de la Fatima no tiene cavidad, no está a su nivel.

Casos así se han repetido en el pasado. Los muchachos se citan para agarrarse a golpes cobijados por la media noche en cualquier lugar desierto. Nadie se mete hasta que uno caiga.

La verdad es que siempre uno cae: niños con padres adinerados, con estabilidad económica o al menos tratando de aparentar eso; adolescentes que me ven como un viejo, un intruso que no los entiende, a pesar que en su grupo más de uno se acercaba a mi edad.

Seba enciende otro cigarrillo, apenas sabe fumar y trata de lucir como un experto, me explica que no trate de razonar sobre su comportamiento. "Estarías siendo un viejo". Bellas chicas ríen y disfrutan frenéticas del momento, jóvenes embelesados por la adrenalina recurrente, soporífera, simplemente miran.

Un rugido de motor rompe el bullicio adolescente.

Estaciono la moto a un lado de la calle. Es tarde y por la mañana debo ir a trabajar…