Por: Gino Ceccarelli.
(Imagen: Educima)-“Pasajeros del vuelo número 246 con destino a la ciudad de Lima, sírvanse abordar el avión...” se escuchó claro y fuerte en los altoparlantes del aeropuerto. Todos los pasajeros que estábamos en la sala de espera nos apuramos en hacer la cola para embarcarnos al avión y sentarnos en nuestros respectivos asientos.
Me sentía triste y nostálgico de dejar Iquitos. Había regresado después de dieciséis años y, valgan verdades, la había pasado muy bien. Vine invitado para realizar una exposición de mis pinturas en mi tierra y fue delicioso reencontrarme con amigos después de muchísimos años. Había estado un mes y era hora de regresar a París, donde vivía en ese entonces, ya que tenía otros compromisos.
Cuando estuve entregando mi ticket de embarque a la aeromoza, escuché a través del altoparlante: “Se necesita con suma urgencia al señor Gino Ceccarelli en hall del aeropuerto”. Me quedé frío al escuchar mi nombre; el avión estaba a punto de partir. Le dije a la aeromoza:
-“Yo soy Gino Ceccarelli y me están llamando...”
-“Apúrese señor, sino va a perder el avión. Vaya a la salida y le dirán qué hacer”.
Corrí hasta la puerta de ingreso, le expliqué al hombre de seguridad que me estaban llamando con urgencia; me pidió mi ticket y me dijo que me apresure. Salí sudando y nervioso.
-“¡Gino, ñañito! ¿Cómo estás?”
Se trataba de Eulogio, un no muy joven carpintero que había confeccionado los bastidores para mis cuadros que se expusieron en Iquitos. Demás está decir que esos bastidores estuvieron mal hechos, con madera húmeda, chullalados, con clavos que salían por todos lados y descuadrados, lo que motivó mi airado reclamo por ese pésimo trabajo. Igual tuve que utilizarlos por razones de tiempo y pagarle porque, según me dijo, no tenía qué comer...
Eulogio abrió los brazos y con una sonrisa se acercó diciéndome:
-“¡Vengo a despedirte ñañito!, te deseo buen viaje y... préstame cien soles...”
Yo no sabía si reírme o agarrarlo a patadas. Estaba acompañado de un muchacho que lo miraba severamente.
-“El es el motocarrista que me trajo, necesito que además me des diez soles para pagarle por el ida y vuelta ...”
Yo no podía entender tanta conchudez, Eulogio me sacó prácticamente del avión para ¡picarme plata! Seguía sonriendo y me dijo:
-“Si no tienes cien, dame aunque sea ochenta soles; pero lo del pasaje es aparte, ah?”
Miré alrededor de mí por si había algún periodista o mucha gente, ya que tenía ganas de revolcarlo por todo el aeropuerto. Respiré fuerte, tratando de calmarme.
-“Fíjate Eulogio, lo que estás haciendo...”
-“Disculpa que te interrumpa Ginito, quería felicitarte por tus pinturas, son maravillosas y mi mamá te manda muchos saludos...”
-“¿¡......!?”
Recordé que el avión estaba a punto de partir. Decidí no hacerle caso, di media vuelta y regresé apurado para embarcarme.
-“¡Aquí te espero!!” gritó mientras me alejaba.
Regresé a Iquitos a los cinco meses, esta vez venía sólo a divertirme. Al tercer día me lo encontré en la calle.
-“Me cagaste ñañito”- me dijo muy suelto de huesos –“yo pensé que éramos amigos”
-“No seas sinvergüenza Eulogio, yo no tengo ninguna obligación en darte dinero”.
-“¿No entiendes que no tengo trabajo?, apóyame hermanito, no tengo para comer...”
Eulogio me agotaba, traté de entender su problema y con el fin de deshacerme de él, saqué veinte soles de mi billetera y le entregué con fastidio. Estuve a punto de dar media vuelta para irme. Él contó el dinero, levantó el dedo índice y en el colmo de la conchudez me dijo:
-“Gracias, ¡pero que conste que me debes ochenta soles todavía...!”
No quiero recordar lo que le dije... sólo sé que nunca más me buscó para “darle” plata.
7 comentarios:
Gino:
Mi querido amigo... ñañito. Prestame 100 dolares.
Me gusto tu historia.
Un abrazo. Ya comento mas sobre ello.
Lando.
ESE PATA QUE TAL CONCHA SU MADRE!!!
No ps Gino, se me hace que él te habra hecho algun otro juavor, y seguro tú no te acuerdas (quien sabe si estuviste borracho o en algun otro estado),asi nomas nadie pica plata, al menos que sea limeño o europeo descarado (hablo de toda esa mierda de europeos que vinieron hace 500 años a jodernos a los americanos).
Saludos graciosa historia. Más bien pasame el fono o la direccion de Eulogio, a ver yo le pregunto. Y luego armo un post pa dar a todo el publico la verdadera explicacion del conchudo.
Tengo un amigo que es prestamista -"usurerísimo", más que nadie, él.
Un día le dije:
- Fabián, por favor préstame tu atención.
El, muy natural y frotándose las manos, me respondió:
- Borsubuesdo... lo haré con mucho interés.
Estuve buscando con mi lupa de doble aumento alguna frase sexista y no encontré nada. Todo correcto con el colaborador Gino, pero nomás que ese post ya lo había publicado en Pro & Contra hace tiempo.
Paco, dile que ponga cosas más nuevas pues.
Lo adore!!!!, que divertido. Gente con esa frescura, tan natural, es realmente cool. Lo adore tres veces. Conozco gente tan fresca como esa, la diferenca es que no te piden el favor de forma tan directa e inocente en el foooondo. Lo hacen diciendote, cuando cobre, cuando venda, etc. y esa es la gente que realmente sabes que esta actuando de mala fe.Pero un frescote como Eulogio, es divino!!!!.Hasta te ries de tanta frescura.
Presentamelo Gino, espero conocerlo si algún dia voy a conocer tu selva.
Oiee Maga, ya que quieres conocer a eulogio,,tambien conoceme a mi... Yo soy mas conchudo que Eulogio y Gino juntos.
Soy tan fresco exotico como la amazonia.
Espero tenerte pronto por aca.
Saludos
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