Era difìcil entender cuando por primera vez escuché cantar a Luciano Pavarotti, el cuerpo respondio instintivamente a su voz con un vertiginoso escalofrío. Ahora sé cuál era el motivo: estaba, sin duda, ante uno de los más grandes tenores del mundo, la voz que movía ( y mueve aún al pueblo).
El genio falleció esta madrugada en su casa de Toscana. Es muy probable que su ausencia sea demasiado amplia como sus trajes, su sonrisa y su inabarcable talento.
Descansa en paz, caro Luciano.
El genio falleció esta madrugada en su casa de Toscana. Es muy probable que su ausencia sea demasiado amplia como sus trajes, su sonrisa y su inabarcable talento.
Descansa en paz, caro Luciano.
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