La revista Caretas publica en exclusiva una entrevista de Maribel de Paz con el escritor y realizador chileno Alberto Fuguet, a raíz del próximo proyecto cinematográfico Sudor, a ser rodado en Iquitos a partir de finales del año 2009. El proyecto se une a la película documental Amazónico Soy (dirigida por "Chema" Salcedo y producida por Jaime Vásquez) y el largometraje Zonazero, que será dirigido por Dorian Fernández (el cual ya ha empezado a pre-producirse en nuestra ciudad), como parte de una movida que pretende tener a IQT como foco cinematográfico y audiovisual.
He aquí la entrevista completa a Fuguet en Caretas:
Observar. Darse permiso. Conectar. Mandamientos que el chileno Alberto Fuguet lleva a la cancha en cada proyecto. Escritor, periodista y desde hace tres años director de cine con el film Se Arrienda, Fuguet se encuentra ahora “concentrado” cual futbolista dócil en una casa de campo en un pueblito de Valparaíso. Allí, da los toques finales para un libro de no ficción que gira en torno a la historia de un pariente perdido. Perdido, también, es el título de la que debía ser su segunda película y que ahora ha quedado en stand by por falta de presupuesto. Mientras tanto, enchufado a su ipod y rodeado de pasto, árboles y la nada, empieza a darle forma a otro proyecto que se muestra más cercano, Sudor: una historia ambientada en Iquitos que planea filmar para el 2009 y para la que ya sueña con Vanessa Saba. Sudando, claro. Aquí, entre el correo y el chat, adelanta detalles en exclusiva para CARETAS.
- ¿Por qué embarcarte en otro largometraje cuando aún no concretas Perdido?
¿Por qué no? Ya me embarqué en un corto, 2 horas, de 25 minutos, que casi está listo. Y ando en otro. Un escritor siempre está escribiendo. A veces uno se mete en un cuento mientras está en otro proyecto. Además, depende de muchos factores externos. Desde estar de moda y ser “el chico de Rotterdam” a que tu productor quiebre. Perdido partió como una cinta “tradicional”, con ideas tan atroces (no mías) como co-producciones con España. Todo se vino abajo a meses de rodar. Igual creo que Perdido se puede hacer en la moral DIY (Do It Yourself), es decir, muy a la barata, al Nuevo Canon, con cero juguetes de los cuales ha abusado el cine latinoamericano, que debería ser mucho más tipo los hermanos Dardenne, mucho menos elaborado. Pero para responderte: por querer filmar. Una cosa no anula la otra. Quizás Perdido sea mi cuarta película. Quizás nunca se filme. La vida de los directores está llena de historias así.
–¿Cómo surgió Sudor, esa promesa de visitar Iquitos “pero con cámara”?
Surgió como broma. Paco Bardales, el productor y uno de los motores de la movida cultural de Iquitos, me sugirió que, post Feria del Libro de Lima, aprovechara y me fuera para allá. Entonces, un poco como de buenas maneras, le dije: “me gustaría ir no al pasar, sino con una cámara”. Pero nunca pensé en rodar. Es que ahora siempre ando con una cámara pequeña. Es como un moleskine digital. Si lo estamos haciendo público es porque, por no ser una cinta comercial, es bueno que se sepa. Iré a comienzos del 2009 a filmar imágenes. Muchas veces las mejores obras parten por casualidad. Ojalá este sea el caso.
–¿Qué puedes adelantar sobre la trama? ¿Tienes ya algunos actores en mente?
Está centrada en torno a Alejo, un chileno que está huyendo y termina en Iquitos. No quiero contar más, pero no es histórica o de género. Es una suerte de documental de un tipo atrapado en un mundo que no es el suyo. Quiero que (el chileno) Pablo Cerda sea el que sude. Y el resto que sean actores peruanos. Estoy un poco obsesionado con Vanessa Saba. La vi en la obra de Vargas Llosa en Santiago y estoy escribiendo pensando en ella. Capaz ni quiera, pero siempre sirve escribir con una cara en la mente. El guión lo estoy haciendo con un peruano, Diego Salazar, que vive en Madrid y es amigo mío.
–¿Con qué referentes sobre Iquitos te acercas a este proyecto, más allá de Pantaleón y las Visitadoras?
Bueno, IQT de Bardales, Fitzcarraldo, la obra pictórica de Bendayán, la novela El Lugar Donde Estuvo el Paraíso de Carlos Franz y la versión fílmica. Un amigo me dijo que era el Bangkok de la selva. Y mirando por internet eso fue lo que me interesó: tiene algo de Indochina. El desafío es no ser turístico y, dos, no filmar lo que todos esperan. El mundo de las discos o la extrema pobreza no es lo que me atrae. Me atrae la idea de una ciudad-isla, a la que es difícil llegar y más difícil escapar.
–¿Cómo te imaginas la banda sonora perfecta para Iquitos?
Cero música, quizás. El ruido de la noche, los bichos; el ruido del río; el tráfico y el comercio. Nada de sinfonías ni chicha o cumbia. Silencios, transpiración, observación. Ya se ha hablado mucho. Es complicado escribir sin palabras, pero el cine puede darse ese lujo.
-Se habla del Tequila Gang, Del Toro, Cuarón, González Iñárritu. ¿Si se tuviera que hablar de un Pisco Gang, quiénes lo integrarían?
Gang viene de gangster. Creo. Creo que hay gente que tiene sensibilidades parecidas en todas partes. Y creo que hay muchos lazos entre Perú y Chile. Supongo que el Pisco Gang son los de Cinencuentro. El cine ahora está en la red. Dicho eso, mi idea es irme con tres o cuatro personas a Iquitos y tener un equipo chiquísimo allá de talento peruano. La idea de hacer una invasión ya pasó. No hay dinero ni ganas ni energía.
–En Apuntes Autistas dices que uno subraya libros “desde su propia herida, desde el lugar donde, en ese momento, está parado”. Lo mismo se podría decir de filmar. ¿Cuál es ese lugar en el que ahora estás parado?
Estoy muy, muy cinéfilo, embobado con la nueva tecnología y, no sé, sin ansiedad. No sé dónde estoy parado, pero al menos sé que no estoy ni caído ni tan perdido tampoco. (Maribel de Paz)
Links: La República y Correo rebotan hoy apasionadamente la noticia, específicamente la ilusión de Vanessa Saba por trabajar con Fuguet.
LinK: Cinencuentro ha publicado una nota sobre el tema, y anteriormente entrevistas con Fuguet, tanto sobre su obra cinematográfica y sobre el intento de filmar en Iquitos
He aquí la entrevista completa a Fuguet en Caretas:
Observar. Darse permiso. Conectar. Mandamientos que el chileno Alberto Fuguet lleva a la cancha en cada proyecto. Escritor, periodista y desde hace tres años director de cine con el film Se Arrienda, Fuguet se encuentra ahora “concentrado” cual futbolista dócil en una casa de campo en un pueblito de Valparaíso. Allí, da los toques finales para un libro de no ficción que gira en torno a la historia de un pariente perdido. Perdido, también, es el título de la que debía ser su segunda película y que ahora ha quedado en stand by por falta de presupuesto. Mientras tanto, enchufado a su ipod y rodeado de pasto, árboles y la nada, empieza a darle forma a otro proyecto que se muestra más cercano, Sudor: una historia ambientada en Iquitos que planea filmar para el 2009 y para la que ya sueña con Vanessa Saba. Sudando, claro. Aquí, entre el correo y el chat, adelanta detalles en exclusiva para CARETAS.
- ¿Por qué embarcarte en otro largometraje cuando aún no concretas Perdido?
¿Por qué no? Ya me embarqué en un corto, 2 horas, de 25 minutos, que casi está listo. Y ando en otro. Un escritor siempre está escribiendo. A veces uno se mete en un cuento mientras está en otro proyecto. Además, depende de muchos factores externos. Desde estar de moda y ser “el chico de Rotterdam” a que tu productor quiebre. Perdido partió como una cinta “tradicional”, con ideas tan atroces (no mías) como co-producciones con España. Todo se vino abajo a meses de rodar. Igual creo que Perdido se puede hacer en la moral DIY (Do It Yourself), es decir, muy a la barata, al Nuevo Canon, con cero juguetes de los cuales ha abusado el cine latinoamericano, que debería ser mucho más tipo los hermanos Dardenne, mucho menos elaborado. Pero para responderte: por querer filmar. Una cosa no anula la otra. Quizás Perdido sea mi cuarta película. Quizás nunca se filme. La vida de los directores está llena de historias así.
–¿Cómo surgió Sudor, esa promesa de visitar Iquitos “pero con cámara”?
Surgió como broma. Paco Bardales, el productor y uno de los motores de la movida cultural de Iquitos, me sugirió que, post Feria del Libro de Lima, aprovechara y me fuera para allá. Entonces, un poco como de buenas maneras, le dije: “me gustaría ir no al pasar, sino con una cámara”. Pero nunca pensé en rodar. Es que ahora siempre ando con una cámara pequeña. Es como un moleskine digital. Si lo estamos haciendo público es porque, por no ser una cinta comercial, es bueno que se sepa. Iré a comienzos del 2009 a filmar imágenes. Muchas veces las mejores obras parten por casualidad. Ojalá este sea el caso.
–¿Qué puedes adelantar sobre la trama? ¿Tienes ya algunos actores en mente?
Está centrada en torno a Alejo, un chileno que está huyendo y termina en Iquitos. No quiero contar más, pero no es histórica o de género. Es una suerte de documental de un tipo atrapado en un mundo que no es el suyo. Quiero que (el chileno) Pablo Cerda sea el que sude. Y el resto que sean actores peruanos. Estoy un poco obsesionado con Vanessa Saba. La vi en la obra de Vargas Llosa en Santiago y estoy escribiendo pensando en ella. Capaz ni quiera, pero siempre sirve escribir con una cara en la mente. El guión lo estoy haciendo con un peruano, Diego Salazar, que vive en Madrid y es amigo mío.
–¿Con qué referentes sobre Iquitos te acercas a este proyecto, más allá de Pantaleón y las Visitadoras?
Bueno, IQT de Bardales, Fitzcarraldo, la obra pictórica de Bendayán, la novela El Lugar Donde Estuvo el Paraíso de Carlos Franz y la versión fílmica. Un amigo me dijo que era el Bangkok de la selva. Y mirando por internet eso fue lo que me interesó: tiene algo de Indochina. El desafío es no ser turístico y, dos, no filmar lo que todos esperan. El mundo de las discos o la extrema pobreza no es lo que me atrae. Me atrae la idea de una ciudad-isla, a la que es difícil llegar y más difícil escapar.
–¿Cómo te imaginas la banda sonora perfecta para Iquitos?
Cero música, quizás. El ruido de la noche, los bichos; el ruido del río; el tráfico y el comercio. Nada de sinfonías ni chicha o cumbia. Silencios, transpiración, observación. Ya se ha hablado mucho. Es complicado escribir sin palabras, pero el cine puede darse ese lujo.
-Se habla del Tequila Gang, Del Toro, Cuarón, González Iñárritu. ¿Si se tuviera que hablar de un Pisco Gang, quiénes lo integrarían?
Gang viene de gangster. Creo. Creo que hay gente que tiene sensibilidades parecidas en todas partes. Y creo que hay muchos lazos entre Perú y Chile. Supongo que el Pisco Gang son los de Cinencuentro. El cine ahora está en la red. Dicho eso, mi idea es irme con tres o cuatro personas a Iquitos y tener un equipo chiquísimo allá de talento peruano. La idea de hacer una invasión ya pasó. No hay dinero ni ganas ni energía.
–En Apuntes Autistas dices que uno subraya libros “desde su propia herida, desde el lugar donde, en ese momento, está parado”. Lo mismo se podría decir de filmar. ¿Cuál es ese lugar en el que ahora estás parado?
Estoy muy, muy cinéfilo, embobado con la nueva tecnología y, no sé, sin ansiedad. No sé dónde estoy parado, pero al menos sé que no estoy ni caído ni tan perdido tampoco. (Maribel de Paz)
Links: La República y Correo rebotan hoy apasionadamente la noticia, específicamente la ilusión de Vanessa Saba por trabajar con Fuguet.
LinK: Cinencuentro ha publicado una nota sobre el tema, y anteriormente entrevistas con Fuguet, tanto sobre su obra cinematográfica y sobre el intento de filmar en Iquitos
3 comentarios:
esta peli promete, ojala resulte como esperan
PD: alberto està como se quiere
Cinencuentro Gang (o Pisco Gang siguiendo la moda gastronomica) lo será cuando se manden a la direccion, o cuando abran un restaurante...
Hola Paco, y finalmente se hizo la peli con Fuguet? En una entrevista en El País de esta semana dice que se va a hacer. Te has contactado con él?
Saludos,
Javier
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