Por: Lupe Muñoz
En las últimas semanas no sólo me la pasé de un sitio para otro siguiendo cuento evento cultural se presente, sino que he conocido a algunas personas, de cierta forma agradables pero también extrañas. Conocí a un chileno a quien abordé en pleno partido Perú-Argentina, todo para cumplir una apuesta que me imponía mi mesa por el primer desolante resultado peruano y para probar mi atrevimiento.
Me reencontré a la salida del banco con un joven y atractivo ingeniero que había llegado hace poco a Iquitos y que conocí hace algún tiempo en el aeropuerto cuando yo pretendía ir a cubrir una frustrada comisión por la llegada de un ministro y él a su trabajo en el campo, nombre con el cual es conocido las zonas profusas de la selva, y a donde van por determinados periodos de tiempo. Y también no dejaba de intercambiar mensajes con cierto jovencito viajero también llegado a Iquitos.
Sabia que por fin de semana, alguna salida iba a surgir y así fue. A las nueve y algo de la noche del sábado, mis amigas, unos amigos entrometidos en las letras, él (uno de los anteriores) y yo estábamos sentados en un bar tomando algo y luego seguimos la noche en una discoteca, a donde sólo fuimos él y yo, porque mis amigas en unos aires de cansancio y también de celestinas, decidieron ir a comer y luego regresar al bar.
A diferencia de la ocasión anterior que nos vimos, el chico en mención, no sólo estaba diferente, sino que se notaba algo callado lo cual siempre demostró no serlo, y hasta yo diría aburrido. Tampoco estaba en toda mi onda así que no lo culpo del todo. Hablábamos poco, bailábamos a veces y reíamos casi nada.
Con el afán de salvar la noche salimos a bailar, y en escena apareció una amiga que encontré en el bar horas antes, estaba con su prima quien se excedió de copas y empezó a protagonizar candentes pero divertidas escenas delante de mi acompañante.
Obviamente ambos estábamos incómodos, o quizá sólo yo, pero tratábamos de pasar el mal rato. De un momento a otro, la jovencita ebria decidió hacer intercambio de pareja y empujó a mi amiga con mi pareja y ella me tomó de la mano y me dijo que la acompañe al baño.
El los servicios higiénico se demoró un mundo y al regreso a la pista de baile tuvo un tropiezo en las escaleras, no me quedó de otra que ayudarla y soplarme el pequeño roche.
Trataba de salvar a mi pareja, pero la niñita en mención no me dejaba. Rato después logré cogerlo de la mano y lo llevé a otro sitio "veámonos de aquí antes que la niña haga algo peor" le dije. Subimos a la parte alta de la discoteca y nos sentamos. Un mensaje iluminó mi celular, "sory, mi prima a sus 16 años aún no define su sexualidad y le gustaban tú y el pata, de verdad sory. Discúlpame con tu amigo". Firmaba mi amiga.
Yo me reí, el sólo sonrió. Ni con el mensaje lograba que cambie su cara de enfermedad y yo asumía que posiblemente se debía a un incidente que pasó en la anterior oportunidad que nos vimos. No me quedó otra que investigarlo. "tu eres de los que piensan que llegan a Iquitos y la hacen ¿verdad?" le pregunté. "No, nada que ver, para mi eso es como una leyenda, lo mismo se puede decir de una chica de otro lugar, no, no pienses eso". Fue su respuesta. "pero ya lo dijiste anteriormente", insistí. "Era una broma", trató de explicarme. "Sin embargo desde que nos vimos no dejas de tirarme tus dardos y portarte muy "cariñosito" aún sin conocerme bien. Claro, sabes que no soy de acá, pero a veces así me siento, quizás sea una mala referente de Iquitos, pero parece que tú tomas muy enserio esa mala fama loretana y te portas como te portas". Le dije. "No, no es eso, lo que pasa es que tú eres una chica adulta, me gustas y pensé que es lo que tenía que hacer. Dijo de lo más tranquilo. "¿Tenías hacer?, lo dices como si fuera una obligación". Me reí. No, no es eso, sólo que eres una chica adulta, me gusta y yo te gusto y pensé que no tenía nada de malo, respondió. Después de lo que dijo yo tenía en el rostro el signo de interrogación tan grande como la muralla china pero no dije nada y me quedé viendo la pista de baile. (Mi cuestionamiento era porque me gusta ver las reacciones de las personas)
Hora después, al ver que miraba de rato en rato su celular le sugerí: "si ya te quieres ir avísame y nos vamos", (¡Oh por dios pero eso no es el papel de los chicos?, pensé). No, nada que ver, me estoy divirtiendo, todo bien. Dijo.
Media hora después le pedí que ya nos retiráramos. Decidió acompañarme a casa luego que le dijera que me daba algo de miedo ir sola en un mototaxi. El viaje lo sentí más largo de lo habitual por el silencio absoluto. Sólo faltaba un grillo o un sapo croando en medio de ambos para terminar la escena. Ya en mi destino y sabiendo que después de esa noche posiblemente no lo iba a volver a ver más, nos abrazamos unos segundos, luego de decirme el clásico: escríbeme cuando quieras, y desearnos suerte. Se fue. Y así terminó una noche que un instante presagié no como LA súper noche pero sí como una noche única y diferente, pues era consiente que tenía a mi lado una persona misteriosa pero excepcional y porque aunque sólo hubiéramos reído (como gran parte de la oportunidad anterior) ya la hubiera tomado como única. Quizá por mi mala decodificación de mensajes. Quizá por razones ajenas a ambos. Todo eso me hizo reflexionar de lo impredecibles e inimaginables que pueden resultar las personas y uno mismo, más que seguro, también se llevó la misma impresión de mí. Pero bueno, después de todo no fue tan malo y en el recuerdo quedan nuestros ademanes cómplices y algo más.
En las últimas semanas no sólo me la pasé de un sitio para otro siguiendo cuento evento cultural se presente, sino que he conocido a algunas personas, de cierta forma agradables pero también extrañas. Conocí a un chileno a quien abordé en pleno partido Perú-Argentina, todo para cumplir una apuesta que me imponía mi mesa por el primer desolante resultado peruano y para probar mi atrevimiento.
Me reencontré a la salida del banco con un joven y atractivo ingeniero que había llegado hace poco a Iquitos y que conocí hace algún tiempo en el aeropuerto cuando yo pretendía ir a cubrir una frustrada comisión por la llegada de un ministro y él a su trabajo en el campo, nombre con el cual es conocido las zonas profusas de la selva, y a donde van por determinados periodos de tiempo. Y también no dejaba de intercambiar mensajes con cierto jovencito viajero también llegado a Iquitos.
Sabia que por fin de semana, alguna salida iba a surgir y así fue. A las nueve y algo de la noche del sábado, mis amigas, unos amigos entrometidos en las letras, él (uno de los anteriores) y yo estábamos sentados en un bar tomando algo y luego seguimos la noche en una discoteca, a donde sólo fuimos él y yo, porque mis amigas en unos aires de cansancio y también de celestinas, decidieron ir a comer y luego regresar al bar.
A diferencia de la ocasión anterior que nos vimos, el chico en mención, no sólo estaba diferente, sino que se notaba algo callado lo cual siempre demostró no serlo, y hasta yo diría aburrido. Tampoco estaba en toda mi onda así que no lo culpo del todo. Hablábamos poco, bailábamos a veces y reíamos casi nada.
Con el afán de salvar la noche salimos a bailar, y en escena apareció una amiga que encontré en el bar horas antes, estaba con su prima quien se excedió de copas y empezó a protagonizar candentes pero divertidas escenas delante de mi acompañante.
Obviamente ambos estábamos incómodos, o quizá sólo yo, pero tratábamos de pasar el mal rato. De un momento a otro, la jovencita ebria decidió hacer intercambio de pareja y empujó a mi amiga con mi pareja y ella me tomó de la mano y me dijo que la acompañe al baño.
El los servicios higiénico se demoró un mundo y al regreso a la pista de baile tuvo un tropiezo en las escaleras, no me quedó de otra que ayudarla y soplarme el pequeño roche.
Trataba de salvar a mi pareja, pero la niñita en mención no me dejaba. Rato después logré cogerlo de la mano y lo llevé a otro sitio "veámonos de aquí antes que la niña haga algo peor" le dije. Subimos a la parte alta de la discoteca y nos sentamos. Un mensaje iluminó mi celular, "sory, mi prima a sus 16 años aún no define su sexualidad y le gustaban tú y el pata, de verdad sory. Discúlpame con tu amigo". Firmaba mi amiga.
Yo me reí, el sólo sonrió. Ni con el mensaje lograba que cambie su cara de enfermedad y yo asumía que posiblemente se debía a un incidente que pasó en la anterior oportunidad que nos vimos. No me quedó otra que investigarlo. "tu eres de los que piensan que llegan a Iquitos y la hacen ¿verdad?" le pregunté. "No, nada que ver, para mi eso es como una leyenda, lo mismo se puede decir de una chica de otro lugar, no, no pienses eso". Fue su respuesta. "pero ya lo dijiste anteriormente", insistí. "Era una broma", trató de explicarme. "Sin embargo desde que nos vimos no dejas de tirarme tus dardos y portarte muy "cariñosito" aún sin conocerme bien. Claro, sabes que no soy de acá, pero a veces así me siento, quizás sea una mala referente de Iquitos, pero parece que tú tomas muy enserio esa mala fama loretana y te portas como te portas". Le dije. "No, no es eso, lo que pasa es que tú eres una chica adulta, me gustas y pensé que es lo que tenía que hacer. Dijo de lo más tranquilo. "¿Tenías hacer?, lo dices como si fuera una obligación". Me reí. No, no es eso, sólo que eres una chica adulta, me gusta y yo te gusto y pensé que no tenía nada de malo, respondió. Después de lo que dijo yo tenía en el rostro el signo de interrogación tan grande como la muralla china pero no dije nada y me quedé viendo la pista de baile. (Mi cuestionamiento era porque me gusta ver las reacciones de las personas)
Hora después, al ver que miraba de rato en rato su celular le sugerí: "si ya te quieres ir avísame y nos vamos", (¡Oh por dios pero eso no es el papel de los chicos?, pensé). No, nada que ver, me estoy divirtiendo, todo bien. Dijo.
Media hora después le pedí que ya nos retiráramos. Decidió acompañarme a casa luego que le dijera que me daba algo de miedo ir sola en un mototaxi. El viaje lo sentí más largo de lo habitual por el silencio absoluto. Sólo faltaba un grillo o un sapo croando en medio de ambos para terminar la escena. Ya en mi destino y sabiendo que después de esa noche posiblemente no lo iba a volver a ver más, nos abrazamos unos segundos, luego de decirme el clásico: escríbeme cuando quieras, y desearnos suerte. Se fue. Y así terminó una noche que un instante presagié no como LA súper noche pero sí como una noche única y diferente, pues era consiente que tenía a mi lado una persona misteriosa pero excepcional y porque aunque sólo hubiéramos reído (como gran parte de la oportunidad anterior) ya la hubiera tomado como única. Quizá por mi mala decodificación de mensajes. Quizá por razones ajenas a ambos. Todo eso me hizo reflexionar de lo impredecibles e inimaginables que pueden resultar las personas y uno mismo, más que seguro, también se llevó la misma impresión de mí. Pero bueno, después de todo no fue tan malo y en el recuerdo quedan nuestros ademanes cómplices y algo más.
9 comentarios:
buenaaa pero se más explicita y da pistas de quien pues???
Jajajajaja, me causa mucha gracias saber que no fui la única que pasó por algo así, me trajo muchos recuerdos y la verdad no puedo para de reir porque además, que iquiteño no pasó algun tipo de roche en el Noa????? y dile a tu amiga que la proxima no salga con su prima pues jajajaja o que al menos no le deje tomar tanto jajajajaja por eso mejor no salgo con mi familia, yo también aprendí mi lección. Por otro lado anónimo no sabes que aquellos romances más intesos son los que se viven ocultos???????, aunque la verdad a mi también me intriga saber quien podría ser pero si Lupe decidió no decirlo, sus razones tendrá.
Besos y Lupe me encantó este post, muy divertido jajajajaja
yo se lo que hiciste el fin de semana pasado jeje
pero ya saldrá a la luz
Hay libra, espero que no te refieras a mi, que horror, nadie sabe lo que hice el fin de semana pasado, al menos eso creo jejejeje
Sheretera la Lupita!! qué pena que no te ligó. Por lo que cuentas parece que aun no entiendes los códigos de los hombres, y eso me extraña ya que las charapas (con el perdón de los acomplejados) son expertas en saber manejar las reacciones de la testosterona varonil, por lo menos las caseritas del NOA.
Por último, en Iquitos no hay secretos, todo se sabe...
no le ligò??? existe alguna canciòn titulada santa no es??? ja.
Hablaba poco, bailaban a veces y reian nada. amiguita asi a cualquiera se le pone la cara de enfermedad. En realidad no es que seas adulta sino una niña jajajaj y encima supongo que tu no tomabas las copitas....
Yo sé lo que pasó ese día, y bueno el chico este, el inombrable no siempre fue así, recuerda que el día anterior a tu última salida con él, estuvo muy afanoso ah,jeje, mejor no sigo porque sino se me escabulle quien es el susodicho. Bye amiga zancudita...
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