LA PELICULA DEL GENERAL DONAYRE

El General Edwin Donayre no está loco, como pensamos la mayoría. Es más cuerdo, cerebral y caclulador que cualquiera de sus antecesores. Luego de la noticia que hemos leído en Cinencuentro, en el sentido que el Ejército del Perú y la Universidad Alas Peruanas firmaron un convenio para desarrollar el proyecto cinematográfico Vidas paralelas, una película sobre el papel de las Fuerzas Armadas en la lucha contraterrorista, desde el punto de visya castrense, creemos que el General se ha consagrado como un maestro de la astucia.

Porque, habría que ser bien cuco para, por un lado censurar una muestra artística como la de Piero Quijano, con roche incluido, y por lo bajo, darle impulso a esta súper-producción de propaganda de los valores que él considera caros e inherentes al temperamento de su institución. Y lo hace sin ascos, de cara pelada al sol, con legítimo orgullo alharaquiento, dándole espacio al lucimiento de un nuevo cerebro del guión, llamado un-tal-Cap.-Carlos-Freyre, cono una logística que ya quisieran los más importantes estudios peruanos y latinoamericanos, listo a ser rodado en los más bellos escenarios de la sierra y selva. Y aunque me caiga bien Rocío Lladó, la directora del filme ( catedrática de la Universidad Alas Peruanas y ganadora del concurso de cortometrajes de CONACINE del 2004 con “La visita”), debo decir en su descargo que éste será solo un vehículo de lucimiento de quienes financian; un vehículo de propaganda y un vehículo de confusión (en la confusión está el desconocimiento de la verdad, pretendería decir el Gral Donayre).

En principio, nos alegra que haya una nueva productora, llamada FF.AA (Fuerzas Armadas Filmas), Según los chicos de Cinencuentro "esta es una aventura sin precedentes en las que las Fuerzas Armadas se comprometen con la filmografía nacional. Tal auspicio sólo se recuerda en el régimen de Odría y sus noticiarios nacionales en los 50s, y que contrasta con la actitud acre de los militares para con otras producciones sobre la Guerra Interna como La Boca del Lobo, Paloma de Papel o La vida es una sola". Y para nadie que haya estado en el negocio puede darse cuenta que acceder a partidas o financiamiento para llevar a cabo cortos o largometrajes en el Perú es una verdadera lucha de titanes, no solo por la escasez de dinero, sino por la apatía manifiesta del Estado para apoyar el cine nacional, en cualquiera de sus vertientes (no podemos esperar mucho del aprismo, que siempre ha tendido a la ignorancia en cuanto a asuntos de arte y cultura). Pero, ja, ahora resulta que sí hay plata para el cine, yupi pero, oh miseria, solo es para resaltar las botas de los generales ególatras que dirigen al Ejército. Penita.

J.A Godoy nos cuenta en un post sobre las relaciones tan estrechas de Alas Peruanas con el Ejército. De lo que se colige que la propaganda militar está garantizada en Vidas Paralelas (y, claro está, el mamarracho fílmico. Iris Jave intenta explicar que quizá por esto, el general Donayre se irritó tanto la caricatura de Quijano, porque el maldito conchudo ése le estaba restando protagonismo para su próxima empresa fílmica.

Gustavo Faverón ha indicado: Sumemos dos más dos: ¿vamos a permitir que el Ejército se convierta en una entidad con derecho a vetar todo lo que le disguste en el ámbito de la producción cultural y, al mismo tiempo, derecho a participar en esa producción cultural, en directa competencia con otros productores?. Yo creo que de todas maneras va a vetar todo lo que le interese (esa siempre ha sido su misión en este país). Pero ahora toma la sartén por le mango y se le va a pasar golpeándonos con ella, perfeccionando ahora sí la propaganda que en algún momento hizo el SIN y el Ministerio de Defensa en la época del fujimorismo. Sino ¿cómo olvidar estas pequeñas joyas del género? (desde el punto de vista estético,claro está)



Y por lo demás, el General Donayre está embarcado en ser el nuevo Jerry Bruckheimer, el nuevo Steven Spielberg. Sin embargo, con su humor involuntario se parece al De Laurentis en sus más celebradas comedias, o a nuestro caro amigo Leonidas Zegarra en las más desopilantes producciones que recuerde sin alzar un poco los decibeles de mi voz debido a las sonoras carcajadas que profiero.

En todo caso, aquí está la plata y nos vamos a divertir mucho detrás de cámaras. Así que, Gral. Donayre, contráteme; quiero ser su asistente de edición (le mando mi CV después). A lo mejor hasta nos ganamos un Raspberry Award (usted me entiende ¿verdad?)