Lo que ha venido sucediendo las últimas semanas no tiene nombre. El Alcalde de Maynas, Salomón Abensur, por su cuenta y riesgo, ha decidido impedir que la Feria del Libro en su XXII Edición instale sus reales en su lugar tradicional, como si dijéramos en su casa natural: la Plaza de Armas. Desde esta columna, que pretende ser objetiva y clara, rechazamos tal medida, a la que se adhieren incontables muestras de solidaridad, tanto en las redes internacionales como, según nos cuentan, las llamadas telefónicas y las visitas de condolencias. En definitiva, lo que se pretendería mostrar es que “dado que la Plaza es un lugar de expresión cultural, debe estar ajena a toda muestra de incultura como es la venta de libros por los comerciantes”, que, entre otras cosas tienen que vivir de la venta de su producto. Es decir, el modo de entender la cultura de un pueblo niega la posibilidad de que el pueblo se vaya enriqueciendo en la toma de conciencia ciudadana y con las consecuencias políticas y democráticas y de gobernabilidad a que aspiramos.
Pudiéramos haber atribuido esta lamentable decisión política a algo consultado al menos en pleno de la corporación de regidores. Nos hemos equivocado de medio a medio. El Primer Regidor, José Padilla, en “Hablemos Claro”, ha dado muestras inequívocas de que existe un resquebrajamiento al interior de VALOR, que, según fuentes dignas de todo crédito, alcanza a más y más miembros de la misma agrupación. Las decisiones, unilaterales y despóticas, una tras otra, han sido patéticamente desastrosas: desde el arranque de los árboles de la Avda. Samanez Ocampo, el botadero de basura, hasta la medida de eliminar cuanto sea expresión de cultura en el más central y sagrado de los espacios de esta vetusta ciudad. Como si nos diera vergüenza de reconocer que aspiramos mejorar, a valorar nuestro propio universo. Como si quisiéramos relegar lo más esencial de la actividad de una sociedad, a lo marginal y maloliente, como puede ser hoy por hoy el Boulevard.
Desde estas páginas alentamos a quienes han mostrado sentido de dignidad: promotores como libreros y a la opinión pública. Será el Festival, se hará que el libro ocupe un lugar mayor en la conciencia de la ciudadanía, tanto por lo que significa como debate público como en la importancia que tomará esa fantástica producción del genio humano desde las formas más antiguas, la invención de Guttemberg y las formas electrónicas de la posmodernidad.
Pero esta exención, este relegamiento oficial a la marginalidad, no puede dejar paralizadas las fuerzas vivas. Los responsables de esta fiesta cultural tienen que inventarse, deben crear nuevas formas de presencia de ese símbolo del saber, a quienes la ciudadanía local y visitante viene rindiendo tributo desde hace más de una veintena de años. Aunque no sea más que mirando, aunque sólo sea recibiendo en hálito y el color de las estampas.
Sabemos que llegan a las oficinas del Comité Organizador cientos de propuestas de conquistar las calles de modos imprevisibles e insólitos. Toda dificultad, es una oportunidad. Hace no tanto tiempo Iquitos durante tres días consecutivos paralizó sus acciones, cerrándolas con una manifestación multitudinaria que recorrió las calles y se cerró en la Plaza 28 de Julio. Invitaríamos a que quienes empujan esta causa abrieran su imaginación para realizar algo parecido, justo y legítimo, con el símbolo mayor de la sabiduría humana, en cualquier cultura, en cualquier civilización, en cualquier pueblo.
Vemos, en fin, con buenos ojos que hayan decidido continuar con el empeño de siempre, el XXII Festival Regional del Libro. No habrá Feria. Pero sobrevivirá el resto de las actividades. Sentimos alegría de comprobar que, por encima de todas las diferencias, se levanta la bandera de lo mejor que se nos ha dado en herencia a los hijos de la tierra y de este mundo amazónico: la maravilla de comunicarnos, de transmitir de generación en generación los conocimientos y las tecnologías, y de ser capaces cada día, a partir de el bagaje del pasado, inventar nuevos modos de aportar al mundo una conciencia renovada de solidaridad al servicio de los más pobres y excluidos (Tomado de editorial de Kanatari)
Diseño: Afiche oficial del XXII Festival del Libro de Iquitos, diseñado por Christian Bendayán
1 comentario:
QUE BUENO, PQ NO ES JUSTO Q POR UN MAL ALCALDE COMO ESTE SEÑOR NO HAYA UN EVENTO TAN IMPORTANTE COMO LA FERIA DEL LIBRO. ES EL COLMO Q PARA TAPAR SUS ERRORES COMO EL BASURERO QUE HIZO EN LA CARRETERA SEA CAPAZ DE HACER HASTA LO IMPOSIBLE, PERO PARA APOYAR A LA CULTURA NO MUEVA NI UN DEDO.
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