22 octubre 2008
Por la ruta de estrellas y delfines (Portafolio)
20 octubre 2008
Por la ruta de estrellas y delfines

La tradición precisa que las cosas parezcan iguales, aunque el tiempo cambie dramáticamente. Uno nota, aunque hayan pasado sesenta, treinta o cinco años, que el barro y la greda siguen siendo signos distintivos de los puertos, porque, aunque a cada instante la maquinaria pesada nivela pisos y construye estructuras, el terreno que pisamos es básicamente tierra, que cuando llueve o se moja se convierte fácilmente en lodazal. La geografía de los barrancos a veces impide la vanguardia tecnológica. Quienes llegan a manejar soberbiamente el panorama son los “chaucheros” (estibadores), hombrecitos bajos, enjutos y magros, pero provistos de una fuerza hercúlea inaudita, la cual – propina mediante – les permite levantar sobre sus hombros y espalda verdaderos mastodontes sin mascullar siquiera un ¡ay! de dolor (las consecuencias usualmente las pagan años después, en la columna vertebral, en los pulmones, en las arterias y en la piel).
Para abordar el Henry 5 (que nos llevará hacia Contamana, una de las ciudades más insulares de la región), se debe hacer equilibrio a través de pesados tablones de madera. El acero industrial de la armazón de la motonave tiene un sonido particular cuando chocan sobre ellos algunos elementos clásicos de este tipo de travesías, como el equipaje de mano, las encomiendas y las sogas extremas de las hamacas. Hay que sortear escollos insalvables como gallinas, chatarra y decenas de comerciantes que venden diversos productos (pescado asado, relojes de contrabando, papel higiénico). Todos venden el doble de lo que cuesta en tierra firme, sobre todo a quienes parecen ser de mejor ver que los pasajeros usuales (la psicología del comerciante es básica pero siempre infalible). Lo más gracioso es que el frontis lleva pintadas imágenes muy sugerentes e involuntariamente cómicas de un tigre con sobrepeso y un Superman con exceso de curvas femeninas.
Dadas las circunstancias, el concurso de sonidos, olores y fricciones es frenético y ciertamente divertido. Existen tres niveles para acomodarse, de acuerdo a particulares necesidades, bolsillos y resignaciones: el de carga, donde usualmente también se asientan algún personal de tripulación; el segundo piso, donde se colocan la mayoría de la gente que viaja sin dormitorio; y el tercer piso, el lugar donde generalmente se coloca el mayor número de camarotes. Sobre ellos, una amplia explanada abierta, permite descubrir además, el cuarto de maquinas, donde el capitán (o “mestre”) dirige el timonel sin muchos adelantos tecnológicos, pero con amplia experiencia transitando la zona.
Los precios varían. Cada persona paga aproximadamente 180 nuevos soles por estar en una habitación doble, dos tarimas de madera con un colchón delgado, un tomacorriente con electricidad (que usualmente duras casi todo el día), baño privado que bombea un agua negruzca (el tanque de la nave acumula agua del río, que es usualmente turbia). Un pequeño ventilador trata de salvar el panorama. Si tienes suerte, tu pasillo no es constantemente transitado y puedes tener una vista impecable del paisaje. Los ciudadanos de a pie pueden pagar 80 nuevos soles (100 si es que van hasta Pucallpa, un día adicional de trayecto) y la metodología para abordar es simple: llegar lo más temprano posible para lograr la ubicación menos incómoda. Allí, cada grupo tendrá que crear su propio espacio/trinchera/ghetto. Se improvisan lotes, se trazan líneas imaginarias que separan la ubicación de Fulanita respecto de la parcela de Menganito. Ambas son adyacentes y permanecen separadas por escasos 5 o 10 centímetros. Hamacas, colchas gruesas sobre el piso y una sensación de hacinamiento que, en todo caso, queda consentida a las reglas de la convivencia pacífica, aplicables a estos menesteres. La gente baila, canta, ronca, se mece y desahoga constantemente (una de las cosas más divertidas que escuché en el trayecto fue el de una señora, quien muy naturalmente, ante la invasión de olores fétidos y penetrantes en el espacio, gritó a viva voz “prohibido peerse en el barco”). Todas las ínfulas de distinción o de trato diferenciado en estas circunstancias se quiebran ante la democracia del trato igualitario, vertical. Para poder tener un viaje decente, si es que pueden, es preciso llevar útiles de higiene y aseo personal, mucho agua (bebible, claro está), productos para comer en sobre o en lata, frazadas, utensilios de comida, radios (muy recomendable si son de reproductor de CD o MP3, porque es casi imposible captar radio. Ah, es indispensable ropa gruesa para la noche y las madrugadas (porque el frío y el viento que corren son gélidos y traicioneros).
La meditación sobre el viaje es el de crear la mayor cantidad de actividades posibles para poder sobrellevar con cierta dignidad el viaje. Porque, déjenme decirles, que lo más difícil de la experiencia es nunca poder llegar a descubrir exactamente la fecha y hora en que llegarás a tu destino. Imposible que te indiquen cuál será tu itinerario, mucho menos cuáles serán las paradas, ni siquiera los días en los cuales podrás hacer la travesía. Uno va calculando, como casi todo en la Amazonía, de acuerdo a las probabilidades, al tanteo, a la experiencia autodidacta. Lo que uno termina por ver el selva y río, a veces los más importante y hermosos recursos de flora y fauna, pero, créanme, cuando ya empiezan a pasar más de 48 horas y esas hermosuras son tu único horizonte de mirada la cosa empieza a tornarse como que medio repetitiva. Y la gente deja que las confraternidades en torno al trago o a una guitarra o a afinidades, digamos, más sentimentales, sean práctica y oficio no solo comprensible sino completamente alentables.
Los principales ayudantes de la nave tienen el nombre bastante metafórico de “prácticos”. No se sabe cuál será el menú (que es mayoritariamente feo, malo, pobre, y cuya única diferencia entre los de camarote y los de hamaca es que a los primeros se los llevan a la habitación, pero a veces con cucharas, sin refresco, frías y nulamente calientes). No estamos en la casa de mamá ni un resort en el Caribe (aunque a veces los niveles de inhumanidad nutricional llegan a niveles francamente intolerables). Si a eso sumamos la insufrible andanada de autostop que hace el barco en cada pueblo, caserío, villa, casita de las riberas para levantar carga y pasajeros (durante todo el día, a veces en disparatados horarios) o para arrear chanchos gritones y alharaquientos, entonces puede uno sacar su cuenta de que el viaje también puede ser una vocación por el martirio.
Pero, si uno no es ni ribereño ni todo-terreno, aún así hay cosas realmente impagables que todos ustedes agradecerán: las intensas confesiones entre los amigos, el incremento geométrico de la productividad laboral (agradezco la buena decisión de haber llevado mi lap top, porque pude trabajar muchísimo más que en cualquier momento en ese Iquitos plagado de juergas, impertinencias y horarios canibalizados por el hueveo), o esa banda sonora infinita que es la selva, con sus murmullos y sus chillidos. Pero, con mayor razón, la sinfonía natural que precede al escenario: inmenso, respetable, donde uno puede perderse en la conciencia de sus deseos, sus ilusiones y sus sueños de belleza. Porque, a través de un sendero nocturno plagado de millones de estrellas en el firmamento y amaneceres en los cuales el barco es acompañado por decenas de delfines entusiastas y amigables, escuchando el cantante que más te gusta (en mi caso, Nina Simone, desgarrándose bajo el vigilante reposo de una garza blanquísima, parada sobre un árbol frondoso e interminable), es cuando te dices que no importa que te hayas demorado tres días y medio para llegar a tu destino y hayas bajado dos kilos por la mala alimentación. No importa en lo absoluto, sino contemplar la hermosura que tienes frente a tus ojos y desear que no termine nunca y que la gran cruz nocturna que anuncia, a lo lejos, que hemos llegado a Contamana, solo sea una ilusión óptica, una más de las tantas que reiteran que este gran espacio verde es único e irrepetible; que, finalmente, esta masa de vida incesante es mágica, religiosa, definitivamente cósmica.
20 agosto 2008
ALUCINADOS Y NECIOS MILITARES EN LA AMAZONÍA
Como digo, en estos años muy pocas veces hemos tenido en Loreto un comandante general del Ejército, decente, prestigioso y carismático (sobre todo en comunicación permanente con el pueblo). Pero lo que hace el actual jefe Francisco Vargas Vaca simplemente es un delirio que roza con la estupidez.
Miren el video levantado por radio La Voz de La Selva, sobre las órdenes que tiene el Ejército para repeler las protestas, al menos en la Amazonía.
Aunque no me trago del todo el discursito opositor pobrecitos-los-indígenas (claramente haya elementos político que están azuzando el conflicto amazónico, a pesar de que gran parte de las demandas son justas), sí me parece de una vileza exhibir la fuerza bruta y exhibir brutalidad sonriente. Vargas Vaca anteriormente había demostrado su alma cachaca cuando secuestraron al reportero de LVS, Genaro Alvarado Tuesta, en un hospital del Ejército.
Ahora, esto.
¿Tan alucinados y necios son los militares de hoy?
(Ver más en El Utero de Marita)
ACTUALIZACIÓN (Sábado 13 de setiembre de 2008) : Carta del Hijo del General Tomás Castillo Meza
Hola Paco,
Soy el hijo del General Tomas Castillo Meza. Estuve buscando en Google informacion sobre nuestra familia y encontre tu blog en donde insultas el honor de mi padre y por lo tanto de mi familia.
No se si tus comentarios son fruto de algun resentimiento general contra los militares o si te expresas asi porque conoces a mi padre en persona, lo cual dudo mucho. Digo eso porque si realmente lo conocieras y si conocieras a alguien que fue cercano a el en Iquitos (periodistas, representantes sindicales, sacerdotes, militares, civiles, etc) no creo que te expresarias con esas palabras de su persona. Para quienes conocen o conocieron a mi padre, puedo dar fe que lo consideran un verdadero caballero y un militar de verdad. Recuerdo que el siempre se manejo con sencillez, humildad, era sumamente trabajador pero principalmente se manejo con honestidad y honradez. Mi padre fue un militar con mucha ascendencia y prestigio profesional en las fuerzas armadas que a pesar de haber llegado a lo mas alto en la carrera militar jamas perdio su sencillez y ayudo a muchisima gente con necesidades que en realidad ahora no viene al caso detallar.
Yo, especialmente me acuerdo como si fuera ayer, ya que fui quien vivio con el en Iquitos, que inclusive los sindicalistas de izquierda dialogaban y agradecian su apertura al dialogo y al entendimiento y no a la represion. Durante ese anio que mi papa estuvo en Iquitos me acuerdo que jamas hubo marchas y paros porque existia dialogo y siempre tuvo las puertas abiertas para conversar y dialogar con opositores. Creo que si realmente conocieras el legajo profesional de mi padre no te expresarias con esas palabras de el.
Te escribo este email de la manera mas educada para preguntarte por favor que retires su nombre de tu blog o que al menos rectifiques lo que mencionas por el ya que ya que mancilla nuestro honor como familia ya que el es nuestra cabeza mayor. No te imaginas el carino que le tenemos a Iquitos y las gratos recuerdos que tenemos en nuestra familia de nuestro paso por esa ciudad, no creo justo que te expreses asi de el sin fundamentos logicos. Si tuvieran tus comentarios realmente algo de veracidad,tu crees que te estaria escribiendo este e-mail?
Entiendo que puedas tener opiniones fundamentadas respecto a otros generales del ejercito, pero si tienes ese concepto de ellos, no debes generalizarlas y menos con respecto al apellido de mi padre.
Gracias y espero puedas hacer las rectificaciones del caso y que reflexiones sobre lo escrito.
Juan Jose Castillo Lozada
RESPUESTA DEL ADMINISTRADOR DEL BLOG:
Hola Juan José:
Gracias por tu comunicación. Saludo el gesto democrático de las palabras que manejas en la misma.
Ante todo, he tomado nota de tu pedido y debo hacer las siguientes precisiones:
1.- No tengo la menor intención de injuriar al General Tomás Castillo Meza. No me interesa ni tampoco es el compromiso de mis textos hacerlo con nadie. Especialmente cuando de la honra y dignidad de las personas se trata.
2.- En ningún momento pretendo hacer un simil entre la conducta política del general Castillo Meza y su actividad profesional o su trayectoria de honestidad. No puedo porque no tengo ningún indicio que me permita dudar que hizo malas maniobras para enriquecerse ilícitamente (y porque la justicia no ha efectuado ninguna sentencia al respecto). Eso deseo que quede bien claro y no es intención del blog que administro. En todo caso, una vez más lo reitero y debo incidir para que no se malinterprete.
2.- Lo que sí hice en el post de mi blog que mencionas y ha hecho que te sientas -innecesariamente- aludido, es cuestionar la deshonestidad política del General Castillo Meza, al apoyar al gobierno ilegal, autoritario y cretino de Alberto Fujimori, al brindarle el soporte logístico y el peso institucional para que se consolide la entraña autoritaria que luego devino en corrupción generalizada dentro y fuera de la institución de la que tu padre fue miembro activo. Sí creo, firmemente, que el General Castillo, por acción u omisión, formó parte de esa red y, lo más importante, nunca zanjó diferencias ni hizo el menor gesto crítico con el mismo. Mi opinión -como la de cualquier ciudadano amparado en el derecho constitucional de la libertad de opinión - es que el General Castillo no fue honesto políticamente hablando al defender con tanto ahinco y sospechosa convicción los latrocinios del fujimorato.
3.- Debes saber, porque asumo que eres lo suficientemente maduro para reconocerlo, que el General Castillo Meza formó parte de una cúpula militar que le brindaba coartadas a Valdimiro Montesinos para que impusiera sus arbitrarios dictados. Nunca hubo siquiera un gesto del General Castillo Meza - público, al menos - que rompiera con esa nefasta tradición , que tanto daño le hizo no solo al Ejército, sino a todo un país. ¿Qué pasó, estimado Juan José? ¿Fue un error? ¿Fue un acto deliberado? ¿Fue una prebenda oficial? ¿Qué significaron todas esas manifestaciones de sujeción al poder asquiento que ya emepzaba a conocerse a través de los medios de comunicación no comprados por la dictadura? Ahora sabemos, mi estimado Juan José (aunque no desees admitirlo), que los métodos para acallar paros, huelgas y demás no tenía necesariamente que ver con el diálogo y la convergencia democrática, sino con métodos más sombríos y nefastos
4.- No podemos decir que el General Castillo Meza pudiera desconocer algo tan grave que pasaba en su institución. Porque él estuvo hasta las últimas consecuencias dentro de la cúpula (tanto que ahora afronta procesos por decisiones que tuvo a su cargo durante el mismo, como en el caso de la Operación Chavín de Huántar). El General fue nada menos que ¡Ministro de Defensa! de un régimen podrido desde todos los cimientos. Hubo oficiales que sufrieron persecuciones y vejámenes de la cúpula en la que se encontraba el General Castillo Meza ¿Ellos recibieron el resarcimiento necesario por esos tratos y esa actividad directa y malsana?
5.- De ningún modo insulto el honor de tu familia, tampoco creo que deban las familias pagar los platos rotos por los desaciertos ideológicos o políticos de sus miembros. Es más, siento que a través de esta comunicación podemos indicar que, más allá de las discrepancias (y de las aclaraciones que hago a través de este comentario (que haré público en mi blog), siento, más que nunca, que tú eres una persona respetable y tolerante que me merece el mayor respeto personal.
Entiendo que la memoria y el honor del padre es un asunto que merece el mayor de los respetos y en ese sentido cualquiera haría lo mismo. Y en ese sentido, un simple ciudadano como yo también tiene el derecho de cuestionar las actitudes públicas poco enaltecedoras de personajes públicos que tuvieron tanto ascendiente en nuestra región en alguna época y no hicieron mucho por defender el Estado de Derecho de los maginicidios de Fujimori y Montesinos.
Saludos cordiales;
Paco Bardales
10 agosto 2008
UN PUÑADO DE IMAGENES PARA IQUITOS (I)
Una imagen vale más que mil palabras. Aunque el cine y la televisión a veces han sido tacañas con Iquitos, sería difícil no reconocer que ha habido cineastas, artistas y productores visuales que han visto en esta ciudad del ruido y la alegría suficiente fuente de inspiración como para plasmarlas en películas, videos, documentales. Algunos monumentales. Otros fallidos. Todos, sin excepción, importantes para la cultura audiovisual y el registro histórico iquiteño. He aquí la primera parte de este recuento:
1.- ¿Quién no ha amado un poco ese Iquitos bullicioso, calenturiento, pintado con tonos rojizos y sudorosos, con telón de fondo del otrora famoso Grupo Euforia, que muestra Pantaleón y las Visitadoras, la adaptación fílmica de Pancho Lombardi de la desternillante novela de Mario Vargas Llosa (la cual, además, es uno de los mejores testimonios de la ciudad), empuñando por primera vez el estandarte de lo selvático como gancho marketero y modelo (sensual) para armar. Y ahí, entre varias, la generosa figura de la Cepeda brilla con goce hedonista y bailable.
2.- ¿Alguien recuerda con deleite esa imagen de Diarios de Motocicleta, de Walter Salles, en la cual Ernesto Guevara/Gael García le increpa al Doctor Federico Bressani/Gustavo Bueno por la calidad de su novela Latitudes de Silencio? En los diálogos, se habla de que están en Pucallpa, tomando una lancha para Iquitos. Pero la escena, en realidad, fue hecha en el Mercado de Productores de la ciudad. Fue la única escena que recuerdo haber visto sobre IQT en esta mega producción extranjera (la cual, además, con el paso del tiempo, me ha ido gustando menos).
3.- Las mejores imágenes de Iquitos, de ese Iquitos pujante, explosivo, pobre, violento pero efervescente, los podrían encontrar en un pequeño cortometraje de 15 minutos, de Gianfranco Anicchini, titulado Radio Belén. Muy poca gente lo ha visto, y de hecho mucha de la leyenda que se ha creado en torno de ella tiene que ver con los furores exagerados que este producto, creado a mediados de los ochenta, tuvo entre críticos y cineastas. Yo lo vi alguna vez, en una copia antigua y de mala calidad, pero puedo indicar, sin equivocarme que estamos hablando de un producto mayor, una pequeña joya que valdría la pena recuperar y mostrar a las nuevas generaciones.

4.- Radiografía sobre Belén, definitivamente, es Hijas de Belén, uno de los cortometrajes de En el mundo a cada rato, una recopilación de cortos documentales sobre la situación laboral de los niños del mundo. Su director, Javier Corcuera, supo plasmar en 27 minutos las historias de tres generaciones de mujeres que habitan el barrio más pobre e hiperactivo de esta urbe. Con los parlantes de Radio Belén como sonido ambiental permanente y un paseo en motocarro por las calles de Iquitos, al compás de una canción del grupo Calypso, que debería figurar en alguna antología audiovisual sobre esta ciudad, la cinta de Corcuera rezuma cariño y pasión cuando filma a sus protagonistas.
5.- Existe un momento en Fitzcarraldo, de Werner Herzog, cuando, desde los altos de la Iglesia Matriz, se muestra un momento espectacular, en el cual la ciudad reposa sobre las piernas de la Plaza de Armas. Esa escena, con repique de campanas, le da un aspecto majestuoso y desmesurado a esa fabula sobre la época del caucho, plagada de excesos y delirios, que logra componer Herzog en esta inspirada, abigarrada, monumental película.
6.- Desde arriba, pero en la dirección contraria, Dorian Fernández logró llevar toneladas de equipo y agua hasta el sótano del edificio abandonado del Seguro Social, preparó una escenografía, prendió fuego, creó humo artificial y generó un pequeño chapuzón a partir de la tecnología disponible y un equipo de los bomberos voluntarios. El propósito era superior a su escaso presupuesto y su relativa experiencia. Allí nació Mundo Raro, el video-clip promocional del mediometraje loretano Chullachaqui.
08 agosto 2008
CIFRAS Y MAS CIFRAS

Para algunos, ecuánime; para otros, simplemente un desfile de cifras, como si se trata de una encuesta, es la sensación que dejó el mensaje presidencial del mandatario Alán García Pérez, el pasado 28 de julio. Sin embargo la calificación de "ecuánime", fue sólo el sentir de su bancada y simpatizantes; la gran mayoría de peruanos, expresó su malestar tras el discurso presidencial, pues sencillamente fue un despilfarro de muchas palabras, de muchas más cifras y pocas alternativas de solución al sinnúmero de problemas que afronta el Perú; el más crítico, el alza de precios.
Ahora, ello si nos referimos en términos generales de los problemas del país, si vemos al Perú como un solo bloque, porque si empezamos a repartir la torta, mejor dicho, si hablamos de lo que le tocó a cada región en la palifrasia del Sr. Presidente, pues la nuestra, Loreto, resulta siendo una de las más excluida.
Poco interés y datos inexactos, como jactarse de una planta potable de agua para 200 mil personas en completo funcionamiento cuando aún no está concluida, es un claro ejemplo de lo mucho que ha abandonado a la selva. Eso sin contar que de impulsar la inversión amazónica, pues simplemente no dijo nada. Se le chispoteó (parafraseando un poco a chespirito), que casi el 70 % de territorio peruano es Amazonia, y que además es una fuente importante de provisión de alimentos (al parecer no lo sabe), por ende necesita más inversión de la que cuenta, y de todo esto, pues ni una sola palabra.
Tampoco tomó en cuenta que Loreto es un buen territorio para invertir en el campo, así como en producción agraria y piscicultura, esto ayudaría a resolver el alza mundial de precios.
Tal parece, que su estructurado discurso presidencial fue sólo para cumplir con el protocolar aniversario patrio, una actividad más del 28 de julio. Ya déjese de cifras Sr. presidente, se necesita un mensaje sí, pero un mensaje de compromiso, un mensaje donde la interconexión de las regiones sea la idea de trasfondo. Porque aunque no le guste, la selva también es peruana, Sr. García.
08 julio 2008
IQUITOS, PUERTA AL AMAZONAS
PD: Respecto de Audiovisual, el cortometraje Chullachaqui, producida por Audiovisual Films ha vuelto a ser considerado en la prensa internacional, al ser recopilada en las noticias del MSN y nada menos que con una buena cobertura en el muy importante diario La Tercera de Chile, con el título: "película peruana que superó al Código Da Vinci desata fiebre de cine alternativo".
26 junio 2008
ELOGIO DE NUESTRAS FRUTAS

En nuestra tierra tenemos el privilegio de tener tal variedad de frutas silvestres y domesticadas que durante todo el año, de acuerdo a la época, podemos disfrutarlas y devorarlas sin caer en el empalagamiento.
Una de las frutas más deliciosas y sensuales que existen es sin duda el caimito. De piel tersa y pulpa dulcísima y pegajosa que los amazónicos desde siempre hemos relacionado con los senos de la mujer. Comerlo es todo un acontecimiento. Hay que abrirlo con suavidad para luego meter los labios en su jugosa vulva (con cierta prisa antes que se oxide) para dejarse llevar por su inconfundible sabor exótico y sensual. Hay de los que prefieren degustarlo con cuchara para evitar que su savia se les pegue en la boca (no saben lo que se pierden).
El zapote, de cáscara recia y pardusca es un manjar digno de los dioses (amazónicos) que al abrirlo, un olor perfumado y único invade nuestros sentidos. Para degustarlo hay que meterse en la boca enormes trozos donde siempre habrá una semilla. Su pulpa de color amarillo-naranja invita a comerlo en las tardes, frente al río, sentado sobre un tronco.
Frente a mi ventana existe un frondoso árbol de pomarrosa donde una gran variedad de aves y mariposas comen sus frutos grandes y maduros provocando la envidia natural de mi paladar. Deben estar deliciosos. Su pulpa algodonada y jugosa a la vez, se deshace en la boca. Pruébenlo en las mañanas después de la ducha y el día se pondrá mejor.
Nuestro pijuayo tienen un tronco que prohíbe acercarse. Bajar un racimo de la palmera es toda una aventura. Existen de casi todos los colores y tamaños. Nuestros paisanos aun no se ponen de acuerdo en cuál es la más deliciosa. Yo prefiero los grandes amarillos acompañados de ají con cocona, sal y una pizca de culantro. Curiosamente a esta fruta hay que cocinarla. Gran alimento y el masato que se hace a partir de él, es sabroso, sobre todo cuando cae la tarde y está lloviendo
Cómo no voy a hablar del aguaje, nuestra fruta bandera. De aspecto extraño, escamoso, brillante, con una semilla que ocupa gran parte de él, de carne aceitosa y un sabor único. Muchos hombres y mujeres de la región son verdaderos angurrientos del aguaje. No pueden pasarse más de dos días sin comerlo. En Iquitos consumimos ¡veinte toneladas diarias! aproximadamente. El helado que se hace es de los mejores del mundo, así como la cremolada y la inconfundible aguajina.
La guaba cuando es muy dulce puede convertirse en una droga. Llega a ser difícil parar de comer (yo mismo tuve un gran empacho alguna vez). Esta fruta larga que puede llegar a medir hasta un metro y medio. El shimbillo trae sus semillas en forma paralela, de sabor parecido y no se ve mucho últimamente en los mercados. El casho de sabor dulce y ligeramente astringente hay que comerlo cuando está bien maduro sino puede resultar "patco" al paladar.
Casi ya no se ven charichuelos, el de cáscara suave. Cuando niño gané una competencia, llegué a comer sesenta y trés. Así como el limón chino, tan ácido que se te paran los pelos. Antes las mujeres embarazadas comían con sal hasta que se les partía la lengua.
Los uvos de sabor penetrante y sensual, la uvilla hay que disfrutarla comiendo despacio, al ungurahui se le degusta mejor en refresco, sobre todo cuando adquiere color del chocolate. Nuestras piñas y sandías regionales son las más jugosas del mundo, la yarina de aspecto feo y sabor agradable que necesita machete para encontrar su vulva, el parinari más empalagoso que el mango, la chambira, coco minúsculo que también necesita machete, el humarí que se come como mantequilla, la taperiba que nos descubre una semilla agresiva, el huito de sabor agridulce, medicinal que cuando está macerado es casi un perfume.
El sachamango, el tumbo, la guayaba, la carambola, la mullaca, el huasaí, el maracuyá, el lechehuayo y tantas otras frutas más que existen en nuestra región consituyen un patrimonio de sabores de los que todos deberíamos estar orgullosos. Un festival de frescura a degustar todos los días del año.
24 junio 2008
LOS NO CONTACTADOS ERAN UNA FARSA

Perú 21 publica la noticia hoy (lo rebotan Marco Sifuentes y Luis Aguirre): los famosos no contactados del Purus no eran tan vírgenes ni de reciente existencia para la humanidad. Ya habían sido conocidos desde 1910 y eran ampliamente conocidos por círculos académicos del Brasil.
Al parecer, la forma en que fueron manejadas las fotos deslizó el burdo engaño. Eso ha dado pie a que nuevamente Alan García la emprenda contra los ecologistas y antropólogos que, al parecer, manejaron inadecuadamente el dato. Y aunque sea un exceso de parte de García este ataque, algo de cierto puede haber en la forma cómo algunos círculos juegan con dicho conocimiento.
Yo creo que, durante los últimos tiempo han habido personajes (intelectuales o no que han estado viviendo demasiado bien con el problema del indígena, tratando de explicar cosas fantásticas o tratando de poder el dedo en la llaga en cosas increíbles). Conozco varios casos de personajes que han logrado equilibrar su presupuesto familiar usando adecuadamente las fibras sensibles de temas como los "no contactados". En la Amazonía hay varios de estos "iluminados".
He aquí un tema sobre la impostura y una muestra cómo algunos llamados "científicos sociales" manipulan la información para sus propósitos personales. Al final, perdemos todos, incluidos quienes genuinamente defienden la causa.
Ya como irónica conclusión,en algún momento, al conocer la noticia en Audiovisual Films habíamos pensado, medio en broma, hacer de los no contactados del Purús personajes de película. La peliculina de los cínicos se nos adelantó. La realidad supera a la ficción.
10 junio 2008
OVNI EN LA SELVA PERUANA
Bajo esa premisa, y ante la controversia de la película Indiana Jones y la calavera de cristal (que plantea la existencia de una antigua ciudadela de origen extraterrestre en la Amazonía peruana) Lando nos ha enviado una fotografía de lo que parecería la única (o una de las muy pocas evidencias) de presuntos OVNIS en territorio loretano.

En su descripción sobre la imagen, señala lo siguiente:
"Fotografía tomada por el Ingeniero Armando Vásquez Matute, en ese entonces especialista del IIAP en camu camu, en el mes de Noviembre de 1997 en la zona del Lago Supay, ubicado en la margen derecha del río Ucayali, muy cerca de la localidad de Jenaro Herrera, en el Departamento de Loreto (Perú). Fue tomada con la finalidad de evidenciar la depredación de los rodales naturales del camu camu. Cuando fue revelada, se detectó la presencia de la nave.
La foto se encuentra en internet en una galería de Avistamiento de Ovnis y otras Experiencias.
La foto fue analizada por expertos de la NASA, evaluando su autenticidad, entre ellos Donald Seldom, quienes pidieron: primero los negativos (que desaparecieron del cajón de Vásquez Matute del IIAP), la hora de ser tomada la foto, el tipo de cámara, quienes cree usted que tripulaban la nave, en que orientacion se encontraba usted al momento de realizar la toma, que hacia usted allí, etc. "
A pesar del tiempo transcurrido, este testimonio guarda impactante actualidad. Una fotografía de alto valor histórico y o documental, en el peor de los casos. Una posible evidencia que avale el fenómeno,en el mejor.
¿Qué cree usted?
08 junio 2008
INDIANA JONES EN EL AMAZONAS
Sir Henry Jones 2, arqueólogo norteamericano, catedrático de las más reputadas universidades de su tiempo, es uno de aquellos arquetipos esenciales que nos ha legado la imaginación de Spielberg. El académico que se gana la vida enseñando, de un momento a otro, por esas caprichosas vicisitudes del azar, se encuentra zarandeado en los más exóticos parajes, buscando los más recónditos secretos que rigieron y regirán el destino de la humanidad, luchando a cuerpo entero con momias, degolladores ancestrales y profundos abismos. Indiana Jones es el hombre ideal de las aventuras más importantes, el del humor fino, el de las acrobacias felinas, tendrá una frase ingeniosa que le dirá a los espectadores en el momento más tenso. Siempre saldrá airoso con el secreto del conocimiento en sus manos, salvando al mundo con una sonrisa de irónica satisfacción dibujándosele en el rostro.
No vamos a negarlo. Queremos mucho a Indiana Jones. Es ese tipo de personaje que a uno le gustaría conocer, tomarse unos tragos y hablar de la forma cómo conoció a Pancho Villa, su pata del alma. Incluso todas las mujeres que han pasado por su vida son nimias ante la presencia de su padre, Sir Henry James, ese viejo loco de quien Indy heredó los genes del riesgo y la adrenalina. Además, valga la aclaración, no podríamos imaginarnos al héroe ficticio en la piel de otro que no fuese el actor Harrison Ford.
Ahora, se ha estrenado, con exitazo de taquilla mundial, Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal. Tres películas después, en las cuales Indiana ha experimentado hasta el hartazgo con el límite del vértigo y la muerte, ha llegado el tuno de encontrar la mentada calavera. Aunque en los anteriores filmes, el argumento principal se nos antojaba más bien un pretexto cargado de lógica y cierta estructura, cuyo único fin era explotar las mil y una posibilidades de la imaginación, en esta oportunidad me he detenido minuciosamente a revisar la historia. Porque hablaba de algo que nosotros hemos escuchado constantemente. De aquello que siempre escuchamos. De aquello que todos tienen algo que decir: del Amazonas.
La calavera de cristal es el eslabón perdido de un secreto que debemos ubicar en un remoto paraje de nuestra selva amazónica. Este objeto, una suerte de cráneo alienígena recubierto de vidrio, fue robado por el conquistador Francisco de Orellana en 1546. Las líneas de Nazca sirven como guía para ubicar la ciudad perdida de Akator, mejor conocida por los españoles como El Dorado, donde se encuentra una ciudad revestida de oro que aguarda un secreto que será develado ante quien regrese a la calavera de cristal a su lugar de origen, cientos de años después. Un grupo de saqueadores rusos, comandados por una oficial cercana a Stalin, se encuentra tras de ella, y usan a Indiana Jones para llevarles hacia el destino marcado. Es decir, un paraje al que se tiene que llegar, haciendo un alto a través de Iquitos.
Mucho se ha dicho sobre el uso que dan Spielberg y Lucas al escenario escogido y cómo éste termina desfigurado de acuerdo al capricho de los guionistas. El Perú ha terminado convertido en un país de caricatura, en el cual se mezclan, caóticamente, todos los elementos esotéricos que forman el imaginario latinoamericano desde la típica visión estereotipada. Sin embargo, me gustaría detenerme en analizar un poco los elementos reales, míticos, imaginarios o burdos que conforman el espectro amazónico de este nuevo Indiana Jones.
Es cierto que las historias sobre la búsqueda de El Dorado son famosas y muy populares. Sin embargo no todas se ponen de acuerdo en su exacta ubicación. Es también parcialmente cierto que su ubicación siga la ruta del río Amazonas (aunque, al ser una leyenda, y al estar incurso dentro de la ruta del País de la Canela que inició Orellana en 1541, es probable concederles algún crédito como argumento sostenible). Lo que quizás genere una fuerte controversia es convertir a la ciudad imaginaria de oro en un templo de origen extraterrestre.
No hay muchos elementos que hablen de El Dorado como una ciudad creada a partir de inteligencias superiores a la de los seres humanos…a menos que éstas se refieran al Gran Pajatén, la extraña ciudadela ubicada en la selva alta de San Martín. Durante mucho tiempo, este lugar ha sido objeto de rumores vinculados al hecho que sirve como una suerte de lugar de peregrinaje de naves de origen no identificado. Y es el primer antecedente de lo que podría considerarse, entre los lugareños y la comunidad científica, el antecedente de El Dorado. Inexacto en su ubicación o no, quizás Indiana Jones sí pudiese haber buscando una fortaleza extraterrestre en la Amazonía peruana. Solo que su concepción hollywoodense termina siendo muy chocante.
Sin embargo, resulta totalmente inverosímil presentar a este territorio como un lugar de pendientes y abismos espectaculares. Es conocido que el río Amazonas atraviesa la selva baja (u “omagua”) y su especie atraviesa espacios no mayores de 800 metros de altura. Además, es manifiestamente falso que se puedan ubicar cataratas de las características descritas. La catarata más alta del mundo, el Ángel, se encuentra en Venezuela. En la selva peruana, las cataratas posibles se encuentran más allá de la región de San Martín y su altura es muy poco profunda. Tampoco es muy cierto aquello de que nademos en medio de arenas movedizas (a lo sumo podríamos encontrar pantanos o humedales con otro tipo de características).
Otro aspecto, por demás imposible de considerar, es acudir a iconografía maya para explicar la concepción de fortalezas y ciudadelas de eminente estilo quechua. Los mayas, ni por asomo, pudieran haber hecho en este espacio los incas. Sin embargo, bien se pudo acudir a etnias de origen arawak o tupi-guaraní para caracterizar los habitantes de las fortalezas de El Dorado (que más bien parecen ser propios de los dominios africanos de Cazadores del Arca Perdida, la primera película de la saga).
Finalmente, como comprensión más clara, no existe una isla de origen portugués en tierras peruanas. Tampoco se han encontrado, que yo sepa, vestigios de culturas que manejen el idioma portugués dentro de la Amazonía loretana. Existen en la trama unas hormigas gigantes que probablemente aludan, de modo muy irreal y caricaturesco, a las tangaranas. Además, las lianas del trópico no podrían soportar el peso de un ser humano (incluso ni siquiera de un mono de tamaño regular), a diferencia de esos afanes por emular a Tarzán que tiene alguno de los protagonistas. Y en la única isla de los monos que conozco, cerca del albergue Ceiba Tops, dichos animales caminan y hacen chacota en los árboles, no se alucinan trapecistas de circo de segunda.
En lo particular, esta película me ha parecido entretenida, aunque ligera y rápidamente descartable. No le hace honor a sus predecesoras. Pero tampoco podemos tomarla como una afrenta a la región o al Perú. Simplemente es una ficción sin muchas pretensiones, un trabajo de menor calidad de Spielberg/Lucas, un retorno insuficiente del gran Indiana Jones y una ensalada de referentes que divierten, pero no instruyen. De ningún modo se lo debería tomar seriamente como una guía para conocer el Amazonas.
07 junio 2008
BERRACO MULTICOLOR

Berracazo. Tmb multicolor.
28 mayo 2008
¡VOY A VER A MI BRUJO...!

-“Tengo que ver a mi brujo para que me diga lo que tengo que hacer”.
Es la frase que solemos escuchar de Robespier Huansi cada vez que le asalta una duda o se le presenta un problema en la vida. Su existencia está regida por los consejos, purgas, dietas, ayahuasca, tohé, camalonga, baños de florecimiento, “limpiezas”, ayaúmas, rezos, perfumes, puzangas, plantas curativas, brebajes de todo tipo, amuletos, oraciones y todas las recomendaciones habidas y por haber que le dan los chamanes, curanderos y charlatanes que abundan por toda la selva amazónica. Robespier es de los que llamamos, un hombre de fe.
Hace unos años fue a visitar a un brujo que decían que era muy bueno y que vivía cerca de Balsapuerto. Necesitaba consejos y todo lo que hacía falta para lograr reconciliarse con una muchacha en Yurimaguas.
-“Dígame Don Florencio, ¿usted cree que puede hacer que ella me perdone?”
-“Claro hijo, pero tendrás que quedarte unos días, y verás que cuando regreses a Yurimaguas ella te va a perseguir. Yo no fallo”.
Don Florencio vivía con su mujer y con una hija de quince años quienes le ayudaban en la casa y a cuidar a los pacientes durante las sesiones de ayahuasca. Robespier no tardó en ponerle el ojo encima a la hija del brujo. Al principio hubo un intercambio de miradas, luego de risitas cómplices. Al tercer día nuestro personaje le mandaba piropos y le lanzaba algunas insinuaciones que la muchacha devolvía con sonrisas maliciosas.
A pesar de la dieta severa que le impuso Don Florencio, entre las que estaba la abstinencia sexual, Robespier no resistió a la tentación y una noche gateó hasta el cuarto de ella para “juguetear” cuando sus padres se habían dormido. Lo que no sabía es que la muchachita era una verdadera escandalosa cuando se excitaba. Sus gemidos y gritos de placer fueron tan fuertes que el brujo y su mujer se despertaron y los descubrieron en plena faena sudorosa.
-“¡Ahora si que te jodiste, carajo!”, “¡Por abusivo y confianzudo te voy a dejar sin tu pico!”
Robespier se vistió a toda prisa y salió asustado hacia la trocha con dirección a Balsapuerto. Se sentía aliviado que Don Florencio no le había golpeado. La amenaza del brujo no le preocupaba en ese momento. Caminó como veinte minutos en la oscuridad para llegar al pueblo y buscar un lugar donde dormir. Era imposible que se quede en el tambo que le había facilitado el brujo.
Cuando llegó al pueblo vio un lugar donde todavía no habían apagado los lamparines. Era un bar que se mantenía abierto ya que unos borrachines no se iban. Habló con la dueña y le ofreció dinero a cambio de que le dé un espacio para dormir esa noche. La propietaria le recibió los tres soles y le dijo que podía dormir en el depósito sobre los costales de arroz. Cuando fue a la huerta para “pishir” y se abrió la bragueta, no encontró la pieza que servía para ese fin. ¡No había nada! Angustiado regresó corriendo al bar.
-“¡No está!”- gritaba –“¡No le hallo a mi ullo!”, “¡El gran puta me robó mi gualdrapa!”, “¡Ya me jodí!, ayúdenme, por favor!!”
Los borrachitos no entendían sus desvaríos y la dueña del bar lo botó a la calle por hacer escándalo y mostrar su bragueta.
Cuando regresó al tambo de Don Florencio para pedirle perdón, éste le obligó a trabajar en la chacra por una semana para devolverle lo que le había quitado.
A pesar de ésta desgracia, Robespier siguió visitando curanderos por donde iba, incluso lo hacía para curarse de sus resfriados.
Hace un par de semanas lo encontré por la calle. Me contó que estaba peleado con su mujer y que había acudido donde un chamán boliviano que hacía propaganda en la televisión. Le habían contado que hacía “amarres” en cuatro horas. Necesitaba que le ayude a reconciliarse con su esposa.
El chamán le hizo arrodillarse, repetir palabras y frases incongruentes, rezó como nueve Padre Nuestros, la pasaron la mano y varios huevos por su cuerpo, le escupieron con aguardiente alcanforado, le golpearon con shacapas y ruda, le cantaron plegarias extrañas y ya. Ah!, le cobraron cuatrocientos nuevos soles.
Cuando salió de la “sesión”, esperó cuatro horas y media para así dejar que el “amarre” haga su efecto. Se cambió y se fue todo elegante al colegio donde trabaja su esposa para esperar que salga y reconciliarse con ella. Su mujer salió puntualmente acompañado de otras maestras.
-“¡Pssst, pssssst!!”- le hizo cuando pasó cerca. Ella volteó la cabeza y abrió los ojos cuando le vio. Robespier se acercó con una sonrisa en los labios.
-“Hola mi amor”- le dijo con seguridad y alargando sus brazos para el abrazo.
-“¡¿Qué quieres desgraciado?!”, “¡Lárgate antes que te golpee, pedazo de sinverguenza!”
-“Pero mi amor...”- y continuó en su afán de abrazarla.
-“¡Qué amor ni qué ocho cuartos, déjame tranquila adefesio de mierda!”- y empezaron a caerle puñetes, carterazos, rasguños y lapos al pobre que no tuvo otro remedio que partir a la carrera del lugar debido a la risotada general de los maestros y alumnos que salían del colegio.
Regresó a ver al famoso chamán.
-“Oiga señor, su amarre de cuatro horas no funcionó”.
-“¿De veras?, entonces tienes que pagar otros cuatrocientos soles para que sea más potente el efecto”- le dijo el charlatán.
Bajando la cabeza terminó de contar su historia y me dijo:
-Dime amigo, ¿tú crees que debo pagarle?.
13 abril 2008
CAZANDO PELACARAS

(Imagen: Leyendario Amazónico de Nelson Mori)
En verdad, el personajillo de marras viene apareciendo y desapareciendo en mi mente bastante tiempo atrás. Entre obsesiones que tienen que ver con trastornos del sueño, invocaciones en lugares desolados, ha ido delineándose su figura o su mención debido a una necesidad - y una tradición - que se mantiene viva gracias a la oralidad. El Pelacaras pertenece a la misma estirpe de aquéllos que se agolpan en el imaginario local y fundan sus orígenes en la existencia primigenia y ancestral. ¿Acaso no es verdad que existen los tunchis y gobiernan nuestras casas, jalando sus cadenas, apagando las luces y moviendo las mecedoras? ¿Acaso no es cierto que a los duendes les guste salir retratados en las fotos que tomamos con nuestros teléfonos celulares? ¿Cómo negar que existan “gentes del agua” que aparecen en los pueblos, convertidos en apuestos mancebos y mujeres fatales que nos hechizan, nos seducen y nos llevan a vivir con ellos en las profundidades de los ríos? ¿Qué me dicen de la “sirena” que un grupo de niños dicen haber visto en la laguna de Quistococha? ¿No habría que tomar, acaso, como una señal del fin del mundo, el que el día se haya oscurecido en Requena, hace poco? ¿No deberíamos darle toda la razón a Douglas Flores, que dice haber fotografiado un fantasma en el Parque Zonal? ¿No deberíamos creerle al rosacrucista - pero mejor caricaturista - Lando cuando dice que el fantasma de la foto de Douglas es real? ¿Acaso el ayahuasca no nos permite hablar con nuestro “yo” espiritual? ¿Y quién niega que en el colegio República de Venezuela haya una concentración de poder sobrenatural? ¿Y quién me demuestra que los ruidos extraños que se escuchan de noche en el colegio San Agustín no sean más que los muertos incomprendidos del cementerio que existía debajo de su actual construcción? ¿Díganme si no es verdad que existe una monja sin cabeza deambulando en la soledad del colegio Nuestra Señora de Fátima? ¿Y la casa encantada de la sexta cuadra de la Napo? ¿Y la lancha invisible que surca diariamente por el Amazonas? ¿Quién me desmiente cuando digo que la patiquina ahuyenta a la mala suerte y los rateros? ¿Qué amante despechado no apela exitosamente a la pusanga para retener al ser amado? ¿No son los “gringos” seres destinados a convertirse en lo que sea? ¿Acaso alguien puede estar en desacuerdo con que en la selva todos los árboles tienen una madre que convive dentro de ellos?
Como casi todos, he ido creando mis propios seres paranormales desde las épocas en que, bajo la luz de las velas que usábamos debido a los apagones del primer gobierno de Alan García, se agolpaban en las aceras cierta vocación por el misterio y lo desconocido. Mi abuela María siempre alimentaba mi vocación supersticiosa con relatos del Yarapa y de Yucuruchi, sus convivencias con ayaymamas y anacondas gigantes. De adolescente, he tratado inútilmente de convocar a los espíritus en torno a la ouija y me he quedado con las ganas de descubrir un supuesto platillo volador que había caído al río Napo. Ya de adulto, he leído todos los libros, he visto todas las series, he seguidos todas las películas y he escuchado todos los ruidos extraños durante la filmación de Chullachaqui, en medio del río Nanay. Ahora me he internado en todas las selvas posibles, he ido al Campamento Alianza (en el camino hacia Nauta) a hacer contacto con el extramundo, he acudido a todos los curanderos, los curiosos, los médiums de verdad y también los de mentira, en fin, he puesto mi rostro a descubierto con el fin de encontrar al Pelacaras. Y aunque lamentablemente no he nacido con la facultad de ver más allá de lo evidente, tengo el consuelo de poseer aún suficientes imaginación y fe (aquellas que ni siquiera la racionalidad del Primer Mundo ni las bondades tecnológicas amantes del pragmatismo han conseguido anular), como para decir con plena seguridad, a pesar de infaltables escépticos y aguafiestas, que ellos están ahí y nos están llamando. Ellos siempre nos están llamando. Es cuestión de saber escucharlos.
11 abril 2008
GALERÍA: LA CREACION
El irivenir
1.50 m. x 1.50 m.
Oleo sobre lienzo.
2008
Mamaluna
1.50 m. x 1.70 m.
Oleo sobre lienzo.
2008
Cuando los hombres volábamos
1.40 m. x 1.10 m.
Oleo sobre lienzo.
2008
Las guerras
1.50 x 1.70 m.
Oleo sobre lienzo.
2008
Las almas son mariposas azules
140 m. x 1.10 m.
Oleo sobre lienzo.
2008
Las hermanas de greda
1.50 m. x 1.50 m.
Oleo sobre lienzo.
2008
02 marzo 2008
EL PERRO DEL HORTELANO COME CHARAPAS

Sin haber sido protagonista de alguna gesta heroica en beneficio del pueblo loretano, sin haber participado en los grandes debates que motivaron el nacimiento y consolidación – fallida y frustrante – de la gran nación selvática, sin haber sido como Belaunde, un estadista que pensaba en recorrerse cada pueblo alejado y río inexpugnable, el actual jefe de Estado – derrotado regionalmente por Humala, chupasangre y beatito de Lourdes Flores al mismo tiempo, se ha erigido en la más reciente versión de la enciclopedia amazónica. “Así es la selva”, parafrasea al padre Villarejo – seguro sin conocerlo – y se lanza con su particular visión de un mundo que, al parecer, solo conoce a medias, de pasada, como quien necesita memorizarse de paporreta una lección para aprobar algún indeseado examen.
Una vez más, Alan García ha publicado “El Perro del Hortelano” en la edición dominical de El Comercio que casi nadie lee por aquí (como todos sabemos, su precio limeño es de 3.50 nuevos soles y en Iquitos – porque es envío aéreo y llega pasado el mediodìa – asciende a los 5), el famoso compendio de clichés preparado por su grupo de alucinados tecnócratas de salón e internet. Si, al fin y al cabo éste fuera una separata de datos estadísticos sin análisis (los remanentes del tristemente célebre Instituto Nacional de Planificación del primer gobierno aprista), la astucia del presidente pasaría como una más de sus vaguedades retoricas envueltas en harto fuego de artificio. Pero, cuando se dedica a presentar un balance negado de la realidad, cuando maniqueamente describe un problema de acuerdo a sus propios cálculos, cuando recurre al manido truco de la palabrería para envolvernos en una mentira, Alan García comete un error gravísimo.
Alan García comete una necedad.
Alan García, con el apoyo de sus perritos, se encarga de difundir un psicosocial que oculta el plan de las oscuridades, el mensaje subliminal oculto dentro de la cháchara-justicia- social.
Porque, cuando el presidente acusa a quienes legítimamente reprochan los vacíos de su discursito de ser contestatarios y obstruccionistas, entonces está mezclando aguajes con chambiras. Si es cierto que hay gente que no propone y solo se dedica a buscar la desestabilización, también es cierto que hay personalidades y ciudadanos que pueden armar un esquema que ha dejado en ridículo la llamada “Ley de la Selva”. Si no, ¿son tan apristas Carlos Lanberg, Tula Benites o el reciente otorongo que se servía en paila del dinero mal habido de los Sánchez Paredes? Este despropósito no es nada nuevo, por cierto (aunque los compañeros más ilustrados se desgañiten defendiendo sus “bondades”), y tiene que ver con la mercantilización de la Amazonía, con su venta por precio chatarra a los que cortan el jamón en Palacio de Gobierno y por lo bajo anhelan la chancaca. La “Ley de la Selva” es la nueva metodología para poner un porcentaje a la turbidez, con el pretexto de los bosques. Nada que no hayamos visto antes, cuando los porcentajes se decidían entre un grupo de madereros, cuando los mandamases de INRENA y Agricultura, cuando en ONG's “ambientalistas” se profesaba el credo de la angurria, cuando desde el Gobierno Regional anterior se regalaba hectáreas vírgenes a los asiáticos del APEC y la pendejada. ¿Y en qué quedó todo? En plata que entraba por un canal y llenaba un saco que iba enflaqueciendo en el camino. Y nuevos ricos, y más ricos y mucho más canallas encargados de arrasar con uno de los últimos refugios de vida que le quedan al mundo.
Queriendo o sin querer, el perro del hortelano se ha transformado en un gigantesco mutante devorador de selvas, árboles y charapas, a los que digiere en la indignidad de su panza boyante y su estrella oculta entre la mala hierba.
PD: Ilustraciòn cortesìa de Hoja Obrera
22 febrero 2008
AMOR A PESAR DE LA CORDURA
Es como un país no terminado, es aún prehistórico, lo único que le falta son los dinosaurios. Es como una maldición que pesa sobre todo el paisaje, y cualquiera que se adentre en esto se lleva su parte de maldición, así que estamos malditos haciendo lo que estamos haciendo.
Es la tierra que Dios, si es que Dios existe, ha creado con cólera. Es la única tierra en donde la creación está aún inconclusa.
Viéndolo mas de creca existe en lo que nos rodea un tipo de armonía, es la armonía del arrollador asesinato colectivo. Y nosotros, en comparación a la vileza articulada, a la infamia y a la obscenidad de toda esta selva, sólo nos parecemos y sonamos a las frases mal pronunciadas y a medio acabar de una estúpida y suburbana novela barata, y tenemos que hacernos humildes frente a la aplastante miseria, la aplastante fornicación, el aplastante crecimiento y la aplastante falta de orden. Hasta las estrellas arriba en el cielo parecen un caos. No hay armonía en el universo, tenemos que hacernos a la idea de que no hay real armonía como la hemos concebido.
Pero cuando digo esto, lo digo lleno de admiración por la selva. No quiero decir que la odie, sino que la amo, y la amo mucho.
Pero la amo en contra de lo que me aconseja mi juicio.”

(Werner Herzog, el genio de Fitzcarraldo)
10 febrero 2008
SI LA TEMPESTAD TIENE TU NOMBRE...

(...) Del mismo modo en que los grandes felinos detectan a kilómetros el perfume de su celo o el humor inconfundible que delata nuestro miedo, esas leves emanaciones catapultan los deseos, los desbocan, los desorbitan. Es por eso que, entre el acero líquido de los ríos y las carnosas heliconias, el amor se vuelve siempre una fiesta de fruta.
(...)Ahora entiendo por qué ese salvaje desmesurado al que llamaban Fitzcarraldo, el loco del caucho, se había obsesionado absurdamente con traer a Caruso para que, a la sombra de las altísimas ceibas, reemplazara a la novena sinfonía de los paiches mientras -cual esclavos egipcios edificando las pirámides- cientos de indígenas morían de extenuación o de malaria, intentando en vano terminar de construir su embarcación enloquecida.
(...)Más que bravatas o alardes de matona omnipotencia, yo siempre he creído que las tempestades no son otra cosa que la culminación de un probable y esporádico onanismo del Creador. Tiene que ser eso lo que ocurre cuando el firmamento todo se estremece y se viene abajo de tan repentina manera: es Papalindo, el grandísimo, que, por obra y gracia de su mano poderosa y de la lujuria infinita de su eterna soltería, no se contiene más y se nos precipita, se nos viene encima el muy bendito.
(...) Es así como ese formidable calato salvaje al que apodamos Dios -blandiendo su líquida cerbatana-nos acribilla a todos sin contemplaciones, con la hermosa ráfaga de su agua maldita, con su alharaquiento láser de científico demente: esa es la solución al secreto mejor guardado de la espesura: las tormentas selváticas son los orgasmos solitarios del Señor.
Buena, ah. Pero mejor si lees el artículo completo.
05 julio 2007
LOS COSTOS ECONOMICOS DE LAS EXONERACIONES DE SELVA
- Las regiones donde rigen las exoneraciones tributarias de selva, como Ucayali, Madre de Dios, Amazonas y Alto Amazonas (Loreto), son las que menos crecen en generación de empleo y producción.
- En Iquitos el empleo sólo creció 0,3% en empresas de 10 y más trabajadores, respecto al mismo período del año anterior, según cifras difundidas por el Ministerio de Trabajo. Mientras que en ciudades donde se si pagan impuestos, como Trujillo el empleo creció 22%; en Arequipa 12,6%; en Talara 18%.
- En el 2006, el valor bruto de la producción de bienes en Loreto cayó 0,4% respecto al año anterior, cuando la economía nacional creció ese año 8%.
- La cantidad de combustible que se comercializa en Madre de Dios es comprable a 25 galones de gasolina de consumo por día por automóvil, cuando en Lima su consumo es menos de un galón por día.
- El Fisco deja de recibir al año unos S/.832 millones por las exoneraciones a la región selva, lo que representa un 0,29% del PBI.
- Las 10 empresas más grandes del Amazonas se llevan el 100% de los beneficios del reintegro tributario que se otorgó a esa zona en el año 2005.
- Las empresas más grandes de Loreto concentran el 92% de los beneficios del reintegro tributario que goza esa zona. También en Madre de Dios pocas empresas concentran el 81% de estos beneficios; en Ucayali el 70% y en San Martín el 96%.
- El costo fiscal de las exoneraciones para este año es 274 millones de soles.
- En el 2006, mientras que el Lima la compra promedio diario por auto de gasolina fue de 0,7 galones, en Madre de Dios fue de 19,5 galones; en Loreto 8,6 galones; en Ucayali 5,6 galones; en San Martin 3,4 y en Amazonas 1,6%.
Fuente: MEF, BCR, Pablo Secada (Instituto Peruano de Economía), todo condensado por RPP.