Lo que se dejó ver, leer, sentir, escuchar…
(Lo más destacado – y sombrío - del año que se fue) (*)
Loreto Hoy, con la vocación suicida que la caracteriza, me pide que haga un pequeño balance sobre lo que significó para mí aquél 2007 que hace unos días se ha extinguido en medio del implacable paso del tiempo. Y en verdad, trataré de ensayar algunos espacios y algunas caras destacadas, para bien o para mal.
Este fue un año en que la ciudad de Iquitos ha sonado más que nunca en los medios de comunicación, y no necesariamente por los escándalos o por las consideraciones negativas que suelen mostrarse. Y también se ha ido considerando una relación más estrecha con el mundo globalizado, con los ires y venires de una clase política que, con solitarias excepciones, se ha vuelto más piraña y menos discreta y, probablemente con una clase empresarial y profesional adormecida que se ha dejado llevar por el desaliento. Pero también hubo Embrujo, Ñañitas y Tigresas del Oriente. Felizmente, la cultura (literatura, cine, artes plásticas) ha puesto en relieve lo mejor que tiene Loreto, felizmente las generaciones más jóvenes han tomado las riendas de la transformación (a través de las herramientas electrónicas necesarias) mientras el río Amazonas probablemente vaya a ser el gran personaje a través de los cuales nos vayamos a cobijar, gracias a su mágico encanto.
Este 2007, para Iquitos, para IQT, para Loreto han tenido los siguientes hechos para poner en relieve:
Kaliente, caliente. Una canción bastó para desatar la locura. Y todos quedaron embrujados con el movimiento, con el énfasis en la cadencia, con la locura de los tiempos musicales. Y un ritmo de esencia norteña, irónicamente, fue suficiente motor para que el grupo iquiteño Kaliente diera el gran salto fuera de la Amazonía peruana y para que abandonara las noches medianamente tibias y se dejara embriagar por las giras frenéticas alrededor del país. Y tanto en las discotecas más fashion de Larcomar como en los senderos que transportan hacia Acobamba, El Embrujo ha sido declarado, tanto por los pies como los corazones desatados del gran pueblo, como la melodía del 2007.
(Lo más destacado – y sombrío - del año que se fue) (*)
Loreto Hoy, con la vocación suicida que la caracteriza, me pide que haga un pequeño balance sobre lo que significó para mí aquél 2007 que hace unos días se ha extinguido en medio del implacable paso del tiempo. Y en verdad, trataré de ensayar algunos espacios y algunas caras destacadas, para bien o para mal.
Este fue un año en que la ciudad de Iquitos ha sonado más que nunca en los medios de comunicación, y no necesariamente por los escándalos o por las consideraciones negativas que suelen mostrarse. Y también se ha ido considerando una relación más estrecha con el mundo globalizado, con los ires y venires de una clase política que, con solitarias excepciones, se ha vuelto más piraña y menos discreta y, probablemente con una clase empresarial y profesional adormecida que se ha dejado llevar por el desaliento. Pero también hubo Embrujo, Ñañitas y Tigresas del Oriente. Felizmente, la cultura (literatura, cine, artes plásticas) ha puesto en relieve lo mejor que tiene Loreto, felizmente las generaciones más jóvenes han tomado las riendas de la transformación (a través de las herramientas electrónicas necesarias) mientras el río Amazonas probablemente vaya a ser el gran personaje a través de los cuales nos vayamos a cobijar, gracias a su mágico encanto.
Este 2007, para Iquitos, para IQT, para Loreto han tenido los siguientes hechos para poner en relieve:
Kaliente, caliente. Una canción bastó para desatar la locura. Y todos quedaron embrujados con el movimiento, con el énfasis en la cadencia, con la locura de los tiempos musicales. Y un ritmo de esencia norteña, irónicamente, fue suficiente motor para que el grupo iquiteño Kaliente diera el gran salto fuera de la Amazonía peruana y para que abandonara las noches medianamente tibias y se dejara embriagar por las giras frenéticas alrededor del país. Y tanto en las discotecas más fashion de Larcomar como en los senderos que transportan hacia Acobamba, El Embrujo ha sido declarado, tanto por los pies como los corazones desatados del gran pueblo, como la melodía del 2007.
La “charapósfera” (aprendiendo a comunicarte en el mundo globalizado) Y aparecieron en el ciberespacio los referentes de una nueva forma comunicacional, alternativa, a veces diametralmente opuesta a lo que usualmente han sido las formas en los cuales el statu quo ha manejado la expresión. Y los nuevos ciber-comunicadores, aprovechando el blog, del Youtube, la página web interactiva, han generado una riqueza intercultural y una difusión ejemplar de los temas que a cada uno de ellos interesan (y que al fin y al cabo son aquellos que interesan a todos nosotros). Ahí están, como personajes del 2007, la página web de Pro & Contra, el SIAMAZONIA, el servidor Lorito, además de blogs que siempre leo como Globalizado, Ikitozz City, Delaselvasuwebon, Cazi-poko, entre muchos otros (que ya he ido actualizando en la sección Charapas On Line del costado derecho de este blog). En noviembre, algunos nos reunimos en un evento académico. Ahora somos muchos más. La nueva ciudad multimedia, con solo hacerle un click a tu PC. (Además, pronto, un despacho sobre la primera reunión blogger en Iquitos).

Tiempo de cine (o algo que se le parezca). Chullachaqui (dirigido por Dorian Fernández y producido por Audiovisual Films) fue la primera clarinada de alerta. Un grupo de jóvenes autodidactas con ganas de hacer las cosas bien, se reúnen, forman una pequeña productora y recrean en versión urbana y moderna uno de los mitos más clásicos de la Amazonía. Lo demás, publicidad, expectativa y curiosidad. ¿El resultado? Un estreno comercial inusitado, doce mil espectadores en las salas iquiteñas durante cuatro semanas, un auspicioso estreno limeño, una nominación como cortometraje del año en París y el referente inicial de la nueva cinematografía de esta parte del Perú. Luego, han seguido llegando las ganas de hacer cosas, sobre todo los jóvenes (rescatamos Aun nos queda media vida, de alumnos de la facultad de Comunicaciones de la UPI) Además, se presentaron Los Tigres del Pincel (Christian Bendayán) y Los árboles tienen madre (Juan Carlos Galeano). No debemos olvidar, sin ninguna duda, al taller audiovisual de La Restinga, titulado Kinoiquitos. Y el 2008 se viene recargado, según los planes en recurrencia. El séptimo arte está de moda.
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