¡NOS QUEDAMOS SIN AGUAJE!

Loreto consume de 20 a 50 toneladas de aguaje diariamente. La sobreexplotación y la tala indiscriminada está provocando una enorme escasez de nuestro fruto emblemático, perjudicando el consumo masivo de este producto y su comercialización, pues muchas familias tienen sus ingresos a través de puestos de venta y heladería a base del aguaje silvestre, además de afectar a la fauna silvestre, ya que para muchos animales dichos frutos son su principal fuente de alimentación.


El biólogo José Álvarez Alonso dio a conocer que aparentemente una causa de esta escasez sería la tala destructiva, donde casi 800 a mil sacos son desembarcados diariamente en el puerto, eso significa que talan diariamente sólo para abastecer Iquitos, posiblemente entre 500 y 100 hembras y eso tiene un gran impacto.

“Esta no es la temporada de mayor producción de aguaje en Loreto. La producción más alta se da a mediados de año, pero aún siendo así, nunca faltó”, señaló. Esta producción procedía del Alto Tigre, Napo, Ucayali y Bajo Amazonas. Entonces, en esas zonas donde los aguajales no son tan extensos, aparentemente la tala ya provocó una merma significativa. En Loreto se calcula que tenemos entre cuatro y cinco millones de hectáreas de aguajales. Según estudios, los aguajales están a menos de dos horas de los pueblos más cercanos a Iquitos, pero estos son puros machos. “Es decir, las hembras fueron virtualmente exterminadas”. Loreto consume de 20 a 50 toneladas de aguaje diariamente.

Los vendedores afirman que la escasez de aguaje les hace pelear para conseguir el producto cuando llega a los puertos. Normalmente un saco de aguaje cuesta entre 30 y 40 soles, pero por estos días llega a costar 100 nuevos soles, según señala Jessica Fasanando, una comerciante que tiene su puesto de aguaje en Nanay. Por su parte, Carlos Reátegui, propietario de la tradicional Chupetería “Shamboo” manifestó que la escasez de esta fruta está bajando considerablemente sus ventas, ya que los clientes están acostumbrados al aguaje y su demanda es grande. También dijo que a raíz de la escasez tuvieron que traer aguaje desde el Ucayali, pero la cantidad no necesariamente abastecerá el mercado.

Datos

- El aguaje se vende cuatro unidades por un sol e incluso cinco aguajes por dos soles.
- Algunos conocedores dicen que hace años un friaje provocó una escasez, pero sin esos reportes.
- Otros señalan que el ungurahui será el producto que empezará a reemplazar al aguaje, irremediablemente.

Escrito por Lorena Nube Yactayo para Diario Pro&Contra

Pd: En un reciente artículo publicado en el Semanario Kanatari, el biólogo José Alvarez Alonso ha señalado, en un artículo titulado "El aguaje: árbol del paraíso, árbol de la avaricia" que en los últimos meses Iquitos está sufriendo una escasez de aguaje como nunca ha ocurrido, a decir de los antiguos. Si bien los primeros meses del año no son los de mayor producción (los extensos aguajales del Marañón, bajo Ucayali y Amazonas producen en general a mediados de año), nunca faltó aguaje en esta época en la ciudad, ni siquiera durante el fenómeno de El Niño. Los iquiteños están alarmados, porque la escasez ya va para cuatro meses, y no tiene visos de acabar. Ciertamente sería una exageración decir que el aguaje se está acabando. Quedan todavía millones de aguajes en la región, y para junio seguro que los aguajales del Marañón volverán a llenar nuestros mercados para delicia de las y los loretanos. Pero las zonas que tradicionalmente abastecían aguaje en estos meses es claro que no lo están haciendo ahora. No se tiene certeza de las causas, que pueden ser varias. Algunos sugieren que el cambio climático puede que tenga algo que ver; sin embargo, se tiene noticia que en Tarapoto, Moyabamba y Pucallpa no se padece esta escasez, lo que de alguna forma desmiente esta teoría. Una de las causas más obvias parece ser la tala excesiva, que sin duda está afectando más a las zonas con aguajales de menor tamaño y más accesibles desde el río, como los de las cabeceras de los ríos Napo, Tigre, Pastaza y otros que abastecían a Iquitos en estos meses del año. Sin embargo, si la tala destructiva tuviera toda la culpa, el descenso habría sido más gradual.

Sean cuales sean las causas, está claro que la falta de aguaje es una clara señal de alarma de que algo grave está pasando en nuestra Amazonía, y es una llamada para tomar medidas urgentes. Porque no sólo es el aguaje: otro ejemplo es el pescado, que está cada día más escaso, lo que está afectando seriamente la nutrición de las clases más humildes, tanto rurales como urbanas. Hay que tener en cuenta que la matanza de aguajes también está afectando seriamente a la fauna silvestre que se alimenta de sus frutos.

Pero la visión de nuestros políticos es más inmediatista que la de una huangana en el aguajal: sólo piensan en la comida (¿coimida?) que tiene delante. ¿Habrá alguno que sea realmente un estadista, que piense en las futuras generaciones, y no sólo en las siguientes elecciones? De momento, algunos sólo piensan en las siguientes coimisiones…