Guillermo Giacosa presenta su libro “Jugar a vivir”, biografía no autorizada, a las ocho en el Dorado Plaza Hotel de Iquitos. En un nuevo esfuerzo la Asociación Tierra Nueva y el diario Pro & Contra hacen posible la llegada de un notable de la comunicación que ayer y hoy también departirá con periodistas en medios de comunicación enlazándose con el público de cada uno de ellos de tal manera que podamos escuchar un enfoque lúcido y descarnizado de nuestra sociedad actual.
Pero una actividad que no debe pasar desapercibida y en la que nuestro diario ha incidido siempre como un objetivo de crecimiento del futuro de las generaciones de nuestro periodismo local es la charla magistral que tendrá en horas de la mañana en la Universidad Particular de Iquitos con estudiantes de esta casa de estudios sobre todo con los de Comunicación. Cada vez que Tierra Nueva se esfuerza en traer una personalidad de la talla de Guillermo lo hace extensiva a las generaciones que tienen la misión de superar los criterios de calidad que se observa en nuestro trabajo local y esperamos que así sea tomado por la comunidad universitaria.
Un argentino asentado hace años en el Perú haciendo periodismo en radio, televisión y prensa escrita, pero es ante todo un maestro de jóvenes, un izquierdista confeso y orgulloso y que por primera vez llega a la Amazonía Peruana. Ha recorrido más de 40 países y eso le permitió conocer diferentes culturas y modos de vida. Conversador por excelencia, de sonrisa fácil y poseedor de un embrujo de alguien que se hace amigo sin conocerlo.
¿Por qué demoraste más de 60 años en venir a la Amazonía?
Porque no quería competir con Tarzán (risas)
Has dicho que tu primera impresión de la Amazonía es que se trata de un país ajeno a lo que normalmente es el Perú ¿Porqué?
Son muchos factores. No sé si es el clima, la forma de vestirse de la gente, la forma de gesticular, de caminar. Las mujeres acá caminan distinto que las mujeres de Lima, me hacen recordar más a las mujeres de Brasil o las panameñas. Iquitos tiene pinceladas de la ciudad de Manaos o Salvador de Bahía, es una mezcla, el comportamiento de la gente es distinto, la veo más abierta, más comunicativa, hasta diría que hay un optimismo que se percibe: Son menos formales, cosa que me agrada muchísimo.
Y qué mejor oportunidad para presentar un libro autobiográfico
Es un placer y por eso les agradezco muchísimo que me hayan invitado. Tengo un cariño enorme por el libro, es un esfuerzo de muchos años donde está comprometida mi emoción, mis sentimientos, es “yo” desde adentro.
¿Es una primera etapa de tu vida, tus viajes por el mundo?
Es eso, pero no solamente en cuanto a vida y trabajo institucional, sino el descubrimiento del amor en otra cultura, ver los límites en otra cultura, lo importante que es salir de esa jaula de oro que es la cultura, para descubrir que el mundo no se termina en tu cultura.
La otra parte de tu vida en el Perú, ¿Está reservada para una segunda etapa del libro?
Yo tengo un defecto. Me cuesta mucho mentir. En mi libro no hay mentiras, puede ser que los diálogos hayan cambiado, pero que respetan la escencia del diálogo. Es una biografía no autorizada porque hay cosas que yo no quería decir, pero me vi obligado a decirlo.
Decir la verdad, lo que trasladaste al periodismo durante años ¿Es una condición de extranjero argentino con mayor libertad o se trata de una convicción de vida e ideológica?
No. Creo que ahí no tiene nada que ver la nacionalidad, es una convicción de vida, la educación que recibí de parte de mis padres. Nunca tuve la necesidad de mentir, cuando no quería ir a la escuela, no iba, cuando hacía una macana (travesura) le decía a mi mamá. Mi tendencia es decir la verdad. De repente en el Perú para decir la verdad tendría que hacerlo poniendo NN, pero nunca diciendo nombres y apellidos porque me ganaría cuatrocientos juicios y eso no quiero.
¿No tienes ganas de ganarte juicios porque quieres quedarte en el Perú?
Cada vez que hago proyectos me sale al revés, en el momento que lo hago se deshacen, me gusta sorprender al destino.
Entonces tenemos Guillermo Giacosa para un buen tiempo
Yo creo que sí, depende también de la naturaleza. Tengo 66 años y el término de vida de los Giacosa es de 73. Todos mis parientes se mueren a esa edad, voy a intentar superar ese record, pero no lo puedo asegurar.
(Entrevista de Héctor Tintaya Feria)
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