LA BASURA - Y EL SAPITO - DE MI ALCALDE

El Alcalde de Iquitos, Salomón Abensur, es probablemente uno de los peores que han pasado en los últimos tiempos por esta ciudad. Constatar ello no me alegra, sobre todo porque Abensur parece ser un tipo ingenuo, sin mucha preparación en estas lides, que había logrado un triunfo debido a una contienda polarizada en la cual ninguna de las opciones planteadas parecía convencer al electorado. Heredero de una tradición política que abrió camino su padre, el ex alcalde y ex armador Joaquín Abensur. Las cosas, como se han ido viendo en este poco más de un año de gestión, han sido clamorosamente desfavorables para su adminsitración (de las que, a pesar de todo, este Diario ha expresado con el mayor respeto y objetividad, sin estidencias).

Y ahora, el nuevo problema de Abensur es la basura. Por un pretendido capricho, se decidió no recoger la basura de la ciudad. Fue ante la decisión de cerrar definitivamente, mediante orden judicial, el botadero municipal que se había colocado a escasos metros de la reserva natural Allpahuayo-Mishana. Hablamos del año pasado, y supuestamente dicha medida iba a aliviar el problema de los gallinazos de la zona adyacente al Aeropuerto Internacional. Aunque, desde el principio, sonaba extraño lo que quería hacer en esa zona (en la que, aparentemente estaba en juego intereses céconómicos de financistas de la campaña de Abensur)

De dicha situación, se produjo una acción de amparo contra el mismo planteada por organizaciones ambientalistas (entre ellas CANATURA, PRONATURALEZA), Red ambiental loretana-RAL, y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental). La orden judicial ha salido favorable en primera instancia para la poablación, que veía con terribles ojos que el alcalde tuviera tan terrible idea contra la conservación ambiental.

La situación devino en un conflicto permanente, en la cual un oscuro señor que funge de Gerente General de la Municipalidad, decidió, con la complicidad del Alcalde, sacar a todos los trabajadores de SNP (los que deben favores políticos por su inclusión laboral) para que salieran en marcha por las calles de la ciudad, regando basura en las instalaciones del Poder judicial, en un acto por demas irracional y negligente. Acto seguido, dejó de recoger la basura por dos días. Iquitos se llenó de hediondez.

La idea era simple: enfrentar a la población con los ambientalistas.

Solo que el tiro le salió por la culata. Y tan descomunal tontería tenía que revertir al Alcalde.

La opinión pública ha rechazado con vehemencia esta ridiculez y ha forzado a que Salomón Abensur se retracte y decida nuevamente recoger la basura. Tanto la representante de la Defensoría del Pueblo, Lila Reyes, como el presidente de la Corte Superior de Justicia de Loreto, Aristóteles Álvarez, han calificado de negativa de Abensur como riesgosa, intrasigente y sin mucho sentido. Álvarez incluso ha indicado como irresponsable la decisión del alcalde.

Hasta el momento, reina una tensa calma y se empieza a solucionar lentamente el recojo de basura, aunque a regañadientes. Lo que, en todo caso, ha generado una victoria moral para la sociedad organziada ante la prepotencia sin cerebro de algunos miembros de la Municipalidad, capitaneados por el propio Abensur.

Yo quiero reiterar que la paulatina descomposición social y urbana a la que se está sometiendo a Iquitos ha iniciado un acelerado proceso. De ello, muchas actividades tienesn que ver con la

Y para rematar, les tengo uan respuesta de antología del alcalde de Maynas, ante la negativa de acatar la orden judicial.

"Yo soy una persona graduada en administración, no en términos legales. A mí la sentencia me dice: se proceda a la clausura del relleno. Cholo yo no entiendo otro castellano más. Cuando me critiques en tu medio, dame una solución. Pero que bonito es criticar y no dar una ayuda a la autoridad. Que me disculpen los ambientalistas, pero a ellos mas les interesa proteger a un sapito, que la propia vida humana"

Ahora ya no tendrá al sapito que le defienda y tendrá que ir con su basura a otra parte.