Por: Guadalupe Muñoz
Dicen que la mejor manera de conocer cómo es en realidad un chico es cuando está ebrio. No hay mejor -o peor- estado para conocer los más importantes y recónditos rasgos de su personalidad que casi nunca muestran pero no podrán disimular en esta situación. Cuando están ebrios, no sólo pueden aflorar dichos rasgos sino que les aparecen mil y un personalidades, algunas que incomodan, otras que preocupan y otras que simplemente causan risa.
Aquí, algunas de ellas:
El terco. Está hasta el queso pero quiere seguir en la fiesta, no es raro escuchar: "Pedrito, vamos, ya esta tarde, has tomado demasiado" y Pedrito responde "¿yo? si yo estoy bien, tú anda a dormir, yo todavía tengo para rato". Es una pérdida de tiempo si insistes con un: "mírate no puedes ni pararte" porque él se creerá acróbata y saldrá con: "si quieres me paro en un pie para que veas que estoy bien, mírame, mírame".
El consejero. Después de cierta cantidad de alcohol en la sangre, le brota el espíritu psicoanalista. Las frases más comunes van así: "Juanito ven, ven amigo, yoo, yoo te dije, Fresita no era para ti. Mírame a mí, soltero, sin problemas, sin rendir cuentas a nadie..." Así, mil y un palabras. El ganso del amigo, para variar, le da razón: "Es verdad, eso me pasa por confiado…"
El que alucina cosas. Un ejemplo claro en la fiesta de cumpleaños de mi amiga. Todos ya se estaban retirando y sobraba por ahí un amigo que por su catastrófico estado etílico queríamos que mejor vaya a descansar. Le sugerimos: "Miguelito, ya es tarde mejor anda a tu casa". Su repuesta fue: "Ya voy a ir. Que pase la lluvia". Sorprendentemente no había llovido en todo el día.
El bailarín. Casi siempre está aislado en las fiestas, cuando alguna chica le invita a bailar siempre dice: "a la siguiente flaquita", clásica respuesta para no demostrar su dificultad dancística y prefiere pasarla moviendo un pie durante toda la noche. Pero cuando toma demás, esos temores quedan en el olvido y sale el John Travolta que siempre quisieron ser. Los pasos no coinciden con el ritmo de la música pero eso no importa, ellos creerán tener el ritmo. Casi siempre termina siendo el centro de la pista.
El soltero: Ya lleva tres años con la novia, que por cierto puede estar ausente como puede estar a algunos metros, pero para él eso le tiene sin cuidado, querrá enamorar a todas. Y para variar creerá que con sus clásicos poemas de la época de changué tipo: "Uy creo que el cielo tiene hueco que se han escapado los angelitos!". La flaca dirá "¡Yaaaaa..."!.
El "lanza". Se la puede pasar cortejando a alguna chica sin dar a entender la verdad de sus sentimientos, como puede no haberle dicho nunca nada, pero no se anima a aflorar sus más oscuros tormentos pasionales. Esperan estar con algunos tragos encimas y ahí si suelta la sopa: "Luchita, nunca te lo había dicho pero estas bien buena".
El cariñoso. Solo basta tener el suficiente alcohol en la sangre como para no pasar el dosaje etílico y le brota todo el amor y la meloseria sepultada. Si está cerca alguna chica que le gusta querrá abrazarla, besarla y hacer todo lo que antes no pudo o no le dejaron hacer, valga especificar. En estos casos, hasta pueden desfilar algunas cachetadas (Espero que algún vecino no se sienta ofendido).
El que se le moja la canoa: Tan caballero, tan varón, tan correcto, pero basta algunas copitas demás y el "simón" oculto querrá hacer su aparición. Una dama perfilada saldrá de lo que hasta horas antes era un chico con los pantalones bien puestos y en el peor de los casos empezaran a cortejar al resto de sus congéneres,
El llorón. A tal grado llega la efervescencia del alcohol que ayuda a aflorar todas las penas. Casi siempre son las decepciones amorosas que convierten hasta al hombre más insensible en una magdalena inconsolable.
El dormilón. Lo peor que ha podido pasar hace un mes fue que un amigo que me invitó a salir se pasó de tragos y quedó dormido en plena discoteca. No si imaginan el trabajo que me costó sacarlo. Como él, he visto muchos casos, sobre todo en fiestas familiares, que luego de tomar hasta decir basta, buscan alguna sillita, sobre todo en el patio de la casa, y ahí se quedan profundamente dormidos. No es raro escuchar algunos ronquidos y ver un chorrito de sustancia salivosa caer de un lado de boca.
Aquí, algunas de ellas:
El terco. Está hasta el queso pero quiere seguir en la fiesta, no es raro escuchar: "Pedrito, vamos, ya esta tarde, has tomado demasiado" y Pedrito responde "¿yo? si yo estoy bien, tú anda a dormir, yo todavía tengo para rato". Es una pérdida de tiempo si insistes con un: "mírate no puedes ni pararte" porque él se creerá acróbata y saldrá con: "si quieres me paro en un pie para que veas que estoy bien, mírame, mírame".
El consejero. Después de cierta cantidad de alcohol en la sangre, le brota el espíritu psicoanalista. Las frases más comunes van así: "Juanito ven, ven amigo, yoo, yoo te dije, Fresita no era para ti. Mírame a mí, soltero, sin problemas, sin rendir cuentas a nadie..." Así, mil y un palabras. El ganso del amigo, para variar, le da razón: "Es verdad, eso me pasa por confiado…"
El que alucina cosas. Un ejemplo claro en la fiesta de cumpleaños de mi amiga. Todos ya se estaban retirando y sobraba por ahí un amigo que por su catastrófico estado etílico queríamos que mejor vaya a descansar. Le sugerimos: "Miguelito, ya es tarde mejor anda a tu casa". Su repuesta fue: "Ya voy a ir. Que pase la lluvia". Sorprendentemente no había llovido en todo el día.
El bailarín. Casi siempre está aislado en las fiestas, cuando alguna chica le invita a bailar siempre dice: "a la siguiente flaquita", clásica respuesta para no demostrar su dificultad dancística y prefiere pasarla moviendo un pie durante toda la noche. Pero cuando toma demás, esos temores quedan en el olvido y sale el John Travolta que siempre quisieron ser. Los pasos no coinciden con el ritmo de la música pero eso no importa, ellos creerán tener el ritmo. Casi siempre termina siendo el centro de la pista.
El soltero: Ya lleva tres años con la novia, que por cierto puede estar ausente como puede estar a algunos metros, pero para él eso le tiene sin cuidado, querrá enamorar a todas. Y para variar creerá que con sus clásicos poemas de la época de changué tipo: "Uy creo que el cielo tiene hueco que se han escapado los angelitos!". La flaca dirá "¡Yaaaaa..."!.
El "lanza". Se la puede pasar cortejando a alguna chica sin dar a entender la verdad de sus sentimientos, como puede no haberle dicho nunca nada, pero no se anima a aflorar sus más oscuros tormentos pasionales. Esperan estar con algunos tragos encimas y ahí si suelta la sopa: "Luchita, nunca te lo había dicho pero estas bien buena".
El cariñoso. Solo basta tener el suficiente alcohol en la sangre como para no pasar el dosaje etílico y le brota todo el amor y la meloseria sepultada. Si está cerca alguna chica que le gusta querrá abrazarla, besarla y hacer todo lo que antes no pudo o no le dejaron hacer, valga especificar. En estos casos, hasta pueden desfilar algunas cachetadas (Espero que algún vecino no se sienta ofendido).
El que se le moja la canoa: Tan caballero, tan varón, tan correcto, pero basta algunas copitas demás y el "simón" oculto querrá hacer su aparición. Una dama perfilada saldrá de lo que hasta horas antes era un chico con los pantalones bien puestos y en el peor de los casos empezaran a cortejar al resto de sus congéneres,
El llorón. A tal grado llega la efervescencia del alcohol que ayuda a aflorar todas las penas. Casi siempre son las decepciones amorosas que convierten hasta al hombre más insensible en una magdalena inconsolable.
El dormilón. Lo peor que ha podido pasar hace un mes fue que un amigo que me invitó a salir se pasó de tragos y quedó dormido en plena discoteca. No si imaginan el trabajo que me costó sacarlo. Como él, he visto muchos casos, sobre todo en fiestas familiares, que luego de tomar hasta decir basta, buscan alguna sillita, sobre todo en el patio de la casa, y ahí se quedan profundamente dormidos. No es raro escuchar algunos ronquidos y ver un chorrito de sustancia salivosa caer de un lado de boca.
La lista es larga. Ahí quedan: el pleitista, que por cualquier cosa querrá agarrarse a golpes con el mundo; el súper héroe, que alucinará tener grandes poderes como para cargar cosas; el conchudo, que aunque ya no haya más bebida, querrá seguir tomando; el Schumacher, que querrá ir a mil por hora en su carro, moto o lo que sea. Y muchos más etcétereras . ¿ Algún chico ya se identificó con algunos de estas joyas alcohòlicas?...
4 comentarios:
No te olvidsh amixit..., hic!!!...ustedes las jermas también chupan... hic!!! Y qué bien chupan!...@#$&?...hic!!!...son más esponjas que ... garganta de lata! xmimare! hic!...salú por eso!...hic!!!
Guada...aceptarías un par de tragos, hic!... yo no me quedo dormidozzzzzzzzzzzzzzzzzz...zzzz...hic!...zzzzzzzzzzz
Jaja es cierto, hay mujeres que tienen un aguante!! Y también hacen ciertos espectáculos bochornosos dignos de carcajadas. Algún día lo trataremos.
Y con relación a la invitación. Por el momento mi médico me tiene prohibido el alcohol.
Saludos.
Guadalupe.
Qué pasa con la gentita? Le corren al alcohol o qué? El administrador no chupa, porque tiene "úlceras", y tú tienes "prescripción" médica (sospecho de ese "médico"); en fin! con cocona ice nomás ps (no me salgas con los bronquios ahora...!). Today is friday!!
Ojalá que la abstención sea una plaga en Iquitos, con tanto choborra que hay!
ups! quería preguntar si el patita de la foto es un ejemplo de borracho o está tratando de ver su pico ( con semejante huataza chelera!)...que use un espejo!!!
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