13 enero 2006

Vivir en Iquitos. Artículo de Gino Ceccarelli


Gino Ceccarelli es un reconocido artista plástico loretano, además de director del Instituto Nacional de Cultura de Loreto y, además uno de los intelectuales más lúcidos y mordaces de la Amazonía peruana. En esta ociasión, nos entrega un sabroso artículo sobre su vida en Iquitos.
Algunos amigos me increparon del tono pesimista de algunos de mis artículos donde intento hacer una radiografía de la sociedad iquiteña, de sus políticos, sus taras sociales y cierta pereza en algunos de sus gobernantes que trabajan sin visión de futuro.

Es cierto que soy muy crítico, no sólo con nuestra ciudad, sino en general con todo lo que me rodea. Cuando vivía en otras ciudades y países, también lo era. No es mi costumbre el ser muy condescendiente o quedarme callado ante el caos, la pereza y la ignorancia.

Aprovechando éstas fiestas de fin de año, donde los niños se llenan de ilusiones y los adultos nos sensibilizamos un poco, aprovecharé para elogiar (a mi manera) las bondades de vivir en una ciudad tan especial como la nuestra, ya que, muchos amigos aún no entienden como he podido cambiar mi residencia parisina por la iquiteña.

Si bien Iquitos no figura en muchos mapamundis y es una isla perdida en medio de este océano verde llamado Amazonía, donde no existe comunicación terrestre con el resto del país, tiene ciertas particularidades dignas de elogiar y tomar en cuenta.

A pesar del incremento de la inseguridad, de la desobediencia ciudadana respecto a las leyes, normas y ordenanzas municipales; a pesar de que muchas de nuestras autoridades y políticos trabajan por intereses personales, figureteros y electoreros, Iquitos sigue siendo un lugar agradable para vivir. Aun podemos salir a las calles, a cualquier hora del día o la noche sin paranoias ni delirios de persecución a diferencia de otras ciudades del Perú.

Nuestra gente es cariñosa, amable y hasta ingenua en muchos aspectos. Tenemos una gran cantidad de espacios de entretenimiento (locales de baile) y balnearios. Con poquísimo dinero uno puede pasar un fin de semana agradable rodeado del maravilloso paisaje natural que nos ofrece la selva. Tenemos un clima que permite estar con ropa ligera todos los días del año. Somos alegres y fiesteros (aunque muchos exageran con las fiestas, las chelas y el ruido). Poca gente vive angustiada (algunos por simple desidia) de los problemas nacionales y mundiales, al punto que a la mayoría no le interesa lo que pasa en otras partes del mundo.

En Iquitos no existen barrios residenciales como en otras ciudades del Perú y del mundo, de manera que las diferencias sociales no son tan marcadas ni vergonzosamente excluyentes como sucede en otros lados donde la “pituquería” vive automarginada y no se “mezcla” con los demás ciudadanos. Somos confiados (demasiado) y buenos amigos. A mucha gente le sobra el tiempo aunque trabajen, y pueden ver y frecuentar a los amigos todos los días. En las grandes urbes, sobre todo en Europa, uno ve a su mejor amigo como mínimo cada quince días y haciendo cita. Nadie te cae a la casa sin antes avisar, no se estila. No hay tiempo para divertirse a cada rato, ni siquiera los ricos pueden darse el lujo de trabajar poco. El ritmo de vida es frenético, estresante y son muy rígidos con la puntualidad.

En nuestra ciudad todo está a diez minutos. No hay embotellamiento vehicular salvo cuando se hacen marchas de protesta o se cierran algunas calles por obras o fiestas. En ciudades como Lima uno puede pasarse dos o tres horas en el auto o en un transporte público solamente para ir y regresar del trabajo. Mucho tiempo perdido y que en Iquitos aun no sabemos aprovechar esta ventaja para producir más.

A veces envidiamos a los turistas que vienen a nuestra región para visitarnos y disfrutar de nuestros paisajes y cultura. Esta gente ha trabajado treinta o cuarenta años para poderse dar ese lujo. Nosotros vivimos aquí y es lamentable que algunos no valoren ni disfruten de las bondades y de la belleza amazónica.

No tenemos el nivel de vida de los gringos, pero sí tenemos calidad de vida. Es decir, sin ganar miles de dólares mensuales, podemos vivir ajustados pero disfrutando de nuestro entorno sin estrés ni angustias existenciales diarias. Aunque no lo crean, en los países ricos existen muchos lugares maravillosos que ellos solo visitan y aprovechan cuando tienen vacaciones.

Nuestra comida es exquisita. Tenemos platos muy variados y consumimos verduras y frutas sin químicos ni pesticidas que en otros países está causando estragos en la salud de la población (cáncer, disfuncionamientos hormonales y genéticos), lamentablemente en nuestra región no todos comen bien y muchos niños están desnutridos. Ese es un problema que debemos atacar con urgencia.

Algo que no debemos olvidar. La belleza, la soltura y la alegría de la mujer amazónica (que no debe ser necesariamente un producto de exportación). Como dice Pepe Alvarez, una mujer loretana vale por tres hombres. Trabajan más, mejor y son las que mantienen la unidad familiar (existen algunas excepciones que confirman la regla).

Es bueno vivir en Iquitos, pero no es bueno que nos resignemos a aceptar las cosas como están, hay demasiadas cosas que tenemos que corregir y crear. Demasiado ruido, demasiada irresponsabilidad social. Es deber de cada ciudadano comprometerse en aportar a su ciudad. Muchas cosas funcionan mal y existe mucha improvisación en los planes de desarrollo. ¿Por qué no ambicionar y trabajar para que Iquitos sea la ciudad más limpia del Perú, por ejemplo? ¿por qué resignarnos a que sólo exista una forma de hacer política en nuestra región? (interesada, mediocre y sin visión).Tenemos que hacer un esfuerzo para integrarnos mejor, Debemos invertir mucho más en trabajo, en educación, en salud y en cultura. En fin, tenemos que ambicionar en ser mejores cada día. Nuestros hijos nos lo agradecerán.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

bueno me llamo Juan Castillo ,e viajado a Iquitos por una semana ,por vacaciones y solo al al saber de que esto iba a ocurrir me ubiera quedado por lo menos un mes ,pero saque mi pasaje de ida y vuelta je,a pesar de los pocos dias en Iquitos e conocido muchas cosas en especial la gente ,realmente es imprecionante la trasparencia y lo seguro que uno puede estar al conocer a la gente de iquitos .realmente me cambio mis planes para vivir, creo que me alegro que este tipo de gente se sienta feliz y tranquila como ahi no existe serenazgo o o pandilleros yo pude estar estar una noche en la casa de un amigo y la puerta estaba abierta ,la gente es muy unidad y todos se ayudan .tiene mucho de cierto este diaro ,pienso en radicar aya ytal vaez casarme ydejarlo todo en esta ciudad gris que se llama Lima .

coco dijo...

A mi tambien me parece una ciudad muy buena. nunca he ido, pero en el futuro ire a loreto a descubrir amazonia y iquitos. aqui en toronto, caada es muy dificil conocer gente. al parecer tendre mas exito en conocer buena gente en iquitos y en su alrededor.