16 enero 2006

HUMALA: ¿EL NUEVO TOLEDO?


Ollanta Humala ha pasado a liderar desde esta semana los sondeos de preferencias para la presidencia de la república, de las elecciones generales que se realizarán de acá a menos de tres meses. Según la encuesta más seria de todas, la de la compañía Apoyo, difundida el día de ayer, Humala alcanza a nivel nacional el 28% de la intención de voto, mientras Lourdes Flores Nano ha pasado al segundo lugar, con el 25%. Alán García se mantiene muy rezagado inmediatamente después con el 15%, mientras Valentín Paniagua se desploma en el cuarto lugar, con apenas el 10%.

Lo interesante es que, en lo que a nosotros corresponde, la encuesta, difundida por el diario El Comercio en exclusiva y rebotada al mundo entero, señala que en la región de la llamada Selva, que incluye la región Loreto y, particularmente, Iquitos, Humala ha alcanzado un impresionante 34%, 16 puntos porcentuales más de los que había logrado en el sondeo de diciembre. Es decir, casi doblando su popularidad, con una escalada impresionante, que deja a García maltrecho con el 17%, a Flores muy atrás con 15% y a Paniagua en caída libre (pues baja del 26% del mes pasado a sólo 15% en el presente).

Lo interesante que se puede destacar es que Humala retoma el control del discurso, y ha levantado vuelo impresionantemente en Loreto. De ahí que la mayoría de los grupos políticos regionalistas, en forma oportunista, por demás, se suban al coche de sus ideales. El líder del partido nacionalista, que ha demostrado no tener programa de gobierno, ni cuadros técnicos preparados hasta el día de hoy, crece como la espuma, y estaría a punto de tomar esa categoría de avance imparable sostenido que lo haga redituar, acaso, la gesta de Alejandro Toledo, quien en esta región, logró, en primeras vueltas de las elecciones del año 2000 y 2001, sorprendentes 48% y 62%, respectivamente.

Aunque las diferencias entre uno y otro candidato son obvias. El actual presidente ya no era un improvisado sin plan de gobierno cuando logró dichos porcentajes. Además, su discurso había dejado de ser sólo populista y se concentraba en términos de moderación e ideológicamente de centro. Mucho menos tenía ideas autoritarias - al punto que era considerado uno de los gestores del retorno a la democracia, arrebatada por el fujimorismo- , tal como los que muestra el actual favorito de los sectores más necesitados y menos informados del país. En todo caso, las similitudes son muy interesantes y sintomáticas.

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