Aparte de mantener la atención de los medios de comunicación ,el nuevo presidente de Bolivia, Evo Morales, acaba de sorprender a más de un analista con la propuesta de que podría firmar un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, medida que, sin embargo repudiaba furiosamente durante su campaña electoral y su belicosa trayectoria como dirigente cocalero de su país.
Morales parece en estos últimos días sufrir aceleradamente una metamorfosis de demagogo placero e insensato en medido estadista, que no duda en visitar Europa y rodearse de mandatarios pro-capitalistas, además de que sus futuros jefes de economía ha señalado que muchas de las propuestas incendiarias y populistas que prometió no podrán ser puestas en práctica. El presidente boliviano, entonces, se encamina entre dos fuegos: la estabilidad económica o la estupidez seudo socialista, azuzada por sus antiguos partidarios, quienes, en la línea de sus antiguos infundios, le han dado 90 días para aplicar las promesas de campaña, o de lo contrario iniciarán un movimiento social incendiario y catastrófico para sacarlo del poder. A pesar de su discurso enrevesado y demagógico de asunción de mando, lo más probable es que aquello no sea sino un exabrupto para las galerías que pronto chocará con la clamorosa realidad.
En esa línea, es posible que aquél 51% de la ciudadanía boliviana que votó por Morales rápidamente se decepcione, lo cual generará un problema de estabilidad en dicho país, de por sí ya convulso por ciertas prédicas irracionales, alarmistas y racistas. El propio Morales es fruto de ellas. Como el ex presidente Carlos Meza le señaló anteriormente - cuando el airado Evo movilizaba a las masas para derrocarlo - una cosa es estar fuera del poder y otra con la sartén por el mango y haciendo lo mejor para el desarrollo del país.
El problema es que los izquierdosos de todas las latitudes, incluyendo gentes locales que viven fuera del Perú pero hacen análisis latinoamericano con elementos esquemáticos y harto prejuicio ideológico, parecen haber visto en este descendiente de indígenas el hombre ideal para revelar una vez más sus furores exotistas y experimentos dialécticos. Y claro, a estos respetables tontos útiles, que odian a USA de George Bush o el capitalismo salvaje europeo, pero no dudan en aceptar sus becas, en anhelar su estilo de vida o realizar intercambios económicos con su diabólica moneda, se creen honestamente el sofisma de que con Morales, así como con alimañas de la misma especie que empiezan a pulular en la región andina, tipo Hugo Chávez y Ollanta Humala, podrá conseguirse la paz con justicia social, la modernización de las estructuras industriales y la abundancia de recursos naturales.
Lamentablemente, los tontos útiles del nacionalismo trasnochado no pueden entender que la izquierda puede tener un rostro más democrático, liberal, de apertura al mercado y la mismo tiempo tener una profunda sensibilidad y defensa de los valores de defensa del ser humano. No se han dado cuenta que existe un socialismo a la europea, como en España, Francia o Inglaterra; que existe una Michelle Bachelet en Chile, que cree en una economía saneada y nada intervencionista; tampoco un Tabaré Vásquez en Uruguay que firmará un TLC con USA; que existe un “Lula” Da Silva en Brasil que los aburre porque se ha convertido en un líder pragmático antes que un agitador de plazuela. Sólo se imaginan que existe el cómico sub-comandante Marcos, que Punta del Este es tan sólo una forma de mandar al-carajo al ALCA de la mano del folclórico Diego Maradona, que el dinosaurio Fidel Castro será eterno e inmortal como Mumrra de los Thundercats y que Simón Bolivar se ha encarnado en la Venezuela de Chávez y en los oscuros abismos de la familia Humala en Perú.
De lo que se alimenta esta propuesta suicida es de la ignorancia y del resentimiento. Del resentimiento, porque atiza viejas taras como la lucha de clases y practica un racismo a la inversa, diferenciando “nacionales” y “ciudadanos con derechos” sobre la base del color de la piel, según el ideólogo del ridículo, Isaac Humala, padre de Ollanta y Antauro, al fin y al cabo dos caras de la misma moneda paterna. Y se alimenta de la ignorancia, porque sólo levanta banderas sensoriales, que no resisten una racionalidad básica y un análisis más allá de las lecciones del doctor Frankestein.
Por ejemplo, en Bolivia, el gran ausente de los debates electorales fue Evo Morales, quien sabía que al momento de confrontar ideas, propuestas y planes con sus contrincantes Jorge Quiroga y Samuel Doria Medina, mejor preparados y más coherentes, iba a quedar muy mal parado. Y eso es lo que concentra al mismo tiempo Humala, que sólo se dedica a criticar al sistema tradicional, a veces con insultos, infamias y palabrotas rústicas, y no dice lo que va a hacer honestamente por el Perú. En el caso peruano, el caos, la desorganización y el lumpen del movimiento humalista es clamoroso, y una profecía de la catástrofe que le espera al país si ganan las elecciones.
La famosa república bolivariana de Venezuela es tan sólo una ilusión, un cuento que ha demostrado la ineptitud de Chávez para manejar a su país, que vive de los petrodólares, pero al mismo tiempo ha contraído su sistema de inversiones, a pesar de la bonanza de la demanda de hidrocarburos en el mercado mundial. Mientras en los últimos cinco años el precio del petróleo ha aumentado casi ocho veces, la pobreza en dicho país, según cifras oficiales, subió del 43 al 53 por ciento. El reporte anual del PNUD reportó que Venezuela cayó del lugar número 68 en el mundo del 2004 al lugar 75 el año 2005. La pobreza extrema ha pasado del 17 al 23 por ciento y la desnutrición del 11 al 17 por ciento. Un país que tiene una bomba de tiempo económica, con libertad de prensa maniatada, bravatas autoritarias del régimen, agudización de los conflictos sociales, escuadrones de matones financiados por el Estado y un payaso que canta el himno nacional del Perú pensando que es el de Bolivia ¿por qué sigue mayoritariamente aún a Chávez? Esta sigue siendo una gran incógnita que quizás en el futuro pueda dilucidarse, como en esos raros harakiris que de vez en cuando aplican los sectores más desesperados y menos informados de las respectivas naciones.
Lo que sí no cabe para estos ingenuos izquierdosos y “progres”, socialistas de cafetín, es acusar a gentes como Mario Vargas Llosa y a quienes critican la amenaza que estos gorilas perdidos en la niebla (Chávez, Morales y Humala), lejanos de la democracia, el desarrollo y la modernidad pretenden cernir sobre nuestros pueblos, de conservadores y discriminadores. Parece incluso que la fiebre revolucionaria les impide leer bien. Ojalá, en todo caso que, aquellos furores cesen y la inteligencia y la razón triunfen. Además, defender a Evo Morales sólo porque usa chompas multicolores y huachafas es de un candor francamente inexplicable. ¡Ah, los tontos útiles de la izquierda “políticamente correcta”! La demagogia parece haberles quitado hasta el buen gusto y el sentido de la estética.
Morales parece en estos últimos días sufrir aceleradamente una metamorfosis de demagogo placero e insensato en medido estadista, que no duda en visitar Europa y rodearse de mandatarios pro-capitalistas, además de que sus futuros jefes de economía ha señalado que muchas de las propuestas incendiarias y populistas que prometió no podrán ser puestas en práctica. El presidente boliviano, entonces, se encamina entre dos fuegos: la estabilidad económica o la estupidez seudo socialista, azuzada por sus antiguos partidarios, quienes, en la línea de sus antiguos infundios, le han dado 90 días para aplicar las promesas de campaña, o de lo contrario iniciarán un movimiento social incendiario y catastrófico para sacarlo del poder. A pesar de su discurso enrevesado y demagógico de asunción de mando, lo más probable es que aquello no sea sino un exabrupto para las galerías que pronto chocará con la clamorosa realidad.
En esa línea, es posible que aquél 51% de la ciudadanía boliviana que votó por Morales rápidamente se decepcione, lo cual generará un problema de estabilidad en dicho país, de por sí ya convulso por ciertas prédicas irracionales, alarmistas y racistas. El propio Morales es fruto de ellas. Como el ex presidente Carlos Meza le señaló anteriormente - cuando el airado Evo movilizaba a las masas para derrocarlo - una cosa es estar fuera del poder y otra con la sartén por el mango y haciendo lo mejor para el desarrollo del país.
El problema es que los izquierdosos de todas las latitudes, incluyendo gentes locales que viven fuera del Perú pero hacen análisis latinoamericano con elementos esquemáticos y harto prejuicio ideológico, parecen haber visto en este descendiente de indígenas el hombre ideal para revelar una vez más sus furores exotistas y experimentos dialécticos. Y claro, a estos respetables tontos útiles, que odian a USA de George Bush o el capitalismo salvaje europeo, pero no dudan en aceptar sus becas, en anhelar su estilo de vida o realizar intercambios económicos con su diabólica moneda, se creen honestamente el sofisma de que con Morales, así como con alimañas de la misma especie que empiezan a pulular en la región andina, tipo Hugo Chávez y Ollanta Humala, podrá conseguirse la paz con justicia social, la modernización de las estructuras industriales y la abundancia de recursos naturales.
Lamentablemente, los tontos útiles del nacionalismo trasnochado no pueden entender que la izquierda puede tener un rostro más democrático, liberal, de apertura al mercado y la mismo tiempo tener una profunda sensibilidad y defensa de los valores de defensa del ser humano. No se han dado cuenta que existe un socialismo a la europea, como en España, Francia o Inglaterra; que existe una Michelle Bachelet en Chile, que cree en una economía saneada y nada intervencionista; tampoco un Tabaré Vásquez en Uruguay que firmará un TLC con USA; que existe un “Lula” Da Silva en Brasil que los aburre porque se ha convertido en un líder pragmático antes que un agitador de plazuela. Sólo se imaginan que existe el cómico sub-comandante Marcos, que Punta del Este es tan sólo una forma de mandar al-carajo al ALCA de la mano del folclórico Diego Maradona, que el dinosaurio Fidel Castro será eterno e inmortal como Mumrra de los Thundercats y que Simón Bolivar se ha encarnado en la Venezuela de Chávez y en los oscuros abismos de la familia Humala en Perú.
De lo que se alimenta esta propuesta suicida es de la ignorancia y del resentimiento. Del resentimiento, porque atiza viejas taras como la lucha de clases y practica un racismo a la inversa, diferenciando “nacionales” y “ciudadanos con derechos” sobre la base del color de la piel, según el ideólogo del ridículo, Isaac Humala, padre de Ollanta y Antauro, al fin y al cabo dos caras de la misma moneda paterna. Y se alimenta de la ignorancia, porque sólo levanta banderas sensoriales, que no resisten una racionalidad básica y un análisis más allá de las lecciones del doctor Frankestein.
Por ejemplo, en Bolivia, el gran ausente de los debates electorales fue Evo Morales, quien sabía que al momento de confrontar ideas, propuestas y planes con sus contrincantes Jorge Quiroga y Samuel Doria Medina, mejor preparados y más coherentes, iba a quedar muy mal parado. Y eso es lo que concentra al mismo tiempo Humala, que sólo se dedica a criticar al sistema tradicional, a veces con insultos, infamias y palabrotas rústicas, y no dice lo que va a hacer honestamente por el Perú. En el caso peruano, el caos, la desorganización y el lumpen del movimiento humalista es clamoroso, y una profecía de la catástrofe que le espera al país si ganan las elecciones.
La famosa república bolivariana de Venezuela es tan sólo una ilusión, un cuento que ha demostrado la ineptitud de Chávez para manejar a su país, que vive de los petrodólares, pero al mismo tiempo ha contraído su sistema de inversiones, a pesar de la bonanza de la demanda de hidrocarburos en el mercado mundial. Mientras en los últimos cinco años el precio del petróleo ha aumentado casi ocho veces, la pobreza en dicho país, según cifras oficiales, subió del 43 al 53 por ciento. El reporte anual del PNUD reportó que Venezuela cayó del lugar número 68 en el mundo del 2004 al lugar 75 el año 2005. La pobreza extrema ha pasado del 17 al 23 por ciento y la desnutrición del 11 al 17 por ciento. Un país que tiene una bomba de tiempo económica, con libertad de prensa maniatada, bravatas autoritarias del régimen, agudización de los conflictos sociales, escuadrones de matones financiados por el Estado y un payaso que canta el himno nacional del Perú pensando que es el de Bolivia ¿por qué sigue mayoritariamente aún a Chávez? Esta sigue siendo una gran incógnita que quizás en el futuro pueda dilucidarse, como en esos raros harakiris que de vez en cuando aplican los sectores más desesperados y menos informados de las respectivas naciones.
Lo que sí no cabe para estos ingenuos izquierdosos y “progres”, socialistas de cafetín, es acusar a gentes como Mario Vargas Llosa y a quienes critican la amenaza que estos gorilas perdidos en la niebla (Chávez, Morales y Humala), lejanos de la democracia, el desarrollo y la modernidad pretenden cernir sobre nuestros pueblos, de conservadores y discriminadores. Parece incluso que la fiebre revolucionaria les impide leer bien. Ojalá, en todo caso que, aquellos furores cesen y la inteligencia y la razón triunfen. Además, defender a Evo Morales sólo porque usa chompas multicolores y huachafas es de un candor francamente inexplicable. ¡Ah, los tontos útiles de la izquierda “políticamente correcta”! La demagogia parece haberles quitado hasta el buen gusto y el sentido de la estética.
1 comentario:
Estimado amigo Francisco Bardales:
Soy un asiduo lector del diario para el que escribes tus "inteligentes comentarios", debo reconocer antes de todo que ciertamente no careces de talento para escribir, pero con tu artículo del 23 de enero del año en curso, titulado Gorilas en la niebla, has demostrado los everísticos límites de tu capacidad de análisis, y tu cortedad de horizonte intelectual.
Lamento tener que recordarte que una cosa es hacer literatura, y otra análisis político y social, pues tu análisis de ese artículo lleva la impronta de tu status socioeconómico, lo cual no es necesariamente un defecto; pero pareces haber elegido ser uno más de los "intelectuales" defensores del status quo, del sistema, con lo cual tu labor intelectual y periodística se ve envilecida al grado del "tonto útil" que tanto te agrada ver en los demás. Porque puedes pertenecer a la burguesía loretana y san isidrina, si te place, pero eso no debería significar que asumas acrítica y maniqueamente los presupuestos del Pensamiento Único que caracteriza a las estúpidamente consumidoras y borreguiles clases pudientes de nuestro país. Identificar crecimiento humano y social con el predominio de "una" ideología y su concresión violenta y compulsiva en todos los ámbitos de la vida social, es realmente totalitario e inaceptable.
Tal vez te parezca plausible suscribir ociosa y negligentemente las profecías de Francis Fukuyama, expresada en su obra "El Fin de la Historia y el ültimo Hombre", en la que se asume el triunfo del Capitalismo sobre el Socialismo Real, y el predominio hegemónico de la ideología Neoliberal... en realidad mirándote al espejo y al ir a Belén en algún momento de tu atareada vida, no sientes un cosquilleo en tu conciencia, un malestar vital que te invade progresivamente y te dices a tí mismo: algo no funciona, algo no está bien, algo no cuadra, en mi embotada mente (imagino que entre otras cosas por las alegres y calientes noches iquiteñas, de las que por lo demás confieso gozar culposamente); por supuesto para sacudirte un poco de la visión de la realidad que el sistema te impone de mil formas, debes renunciar aunque sea por un instante a la satisfacción de tus necesidades inmediatas y a la "preocupación" constante por el corto plazo, debes romper el cristal egocéntrico que esconde a tu mirada la verdadera realidad. Debes ser capaz de salir de tí, abrirte a la realidad, entregarte a ella, sin imponerle a priori los esquemas que tu educación burguesa ha tejido en torno a tí.
Y tal vez, solo tal vez, seas capaz de mirar desde fuera el sistema que oprime al 99% de la humanidad para beneficiar a ese 1%, que no duda en instrumentalizarnos para conseguir sus ilegítimos, inconfesables e inhumanos propósitos. ¡Despierta!, presumes de tu capacidad y tu labor intelectual, pues ennoblécela:
Empieza a buscar información en la red:
Consejo para las Relaciones Internacionales (CFR, por sus siglas en inglés).
Comisión Trilateral.
Grupo Bilderberg.
James Hansen y la Nasa.
Abramov.
El Clan Rockefeller.
Noam Chomsky.
Ignacio Ramonet.
Le Monde Diplomatique.
Jacques Derrida.
Georges Soros.
"Sigue al Conejo Alicia", eso te lo digo metafóricamente, los 5 últimos de la lista son de mi equipo: "Movimiento Alter Globalización", demás está decirte que buscamos y promovemos una dirección alterna a la que el sistema Neoliberal le ha impreso a la Globalización, ¡vamos muchacho!, no me decepciones, rompe la iluisión de tu falsa comodidad y seguridad.
Saludos a toda la gente de...¿cómo la llaman los amigos?, ah sí el Bitinto.
No todo es Noa, Berimbau, mi estimado Paquito, el mundo está ahí, abre bien los ojos, no seas mezquino con tu mente, tu conciencia y tu alma. Tu querido status quo es bien, bien frágil, como una copa de cristal, y cuanto más se cieguen, más fragmentos trágicos habrán.
Saludos
Julius.neo
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