Los audios que pretendieron remecer el cotarro político la semana pasada (los cuales, finalmente, terminaron diluyéndose en el tiempo) descubrieron un asunto mayor: el uso malintencionado, sistemático y delincuencial de los sistemas de escucha subrepticia, de la cual estarían haciendo uso algunos personajes siniestros de la mediocre política loretana. Uno de ellos, principalmente es Homero Llerena, regidor de la Municipalidad de Maynas y uno de los más nefastos productos de la degradación de los niveles de seriedad y preparación en los que ha caído el devenir local.
Jaime Vásquez escribe una columna muy fuerte contra el accionar de Llerena en el artículo titulado "Regidores y cochinada" del diario Pro & Contra:
"El regidor ha hecho de la política un estiércol. Ha hecho de las sesiones de Concejo un corral. Ha hecho del trabajo edil un gallinero. Nadie en su sano juicio puede avalar que un tipo con mentiras vaya a una oficina, grabe la conversación, edite la misma y salga como una especie de He Man selvático en busca de notoriedad chabacana. Nadie que se respete a sí mismo puede vanagloriarse de la obtención de audios que perjudican a terceros sólo bajo el manto de la oposición a una gestión edil. Los que quieren aprovecharse con la difusión de audios grabados con engaño no se dan cuenta que ellos mismos podrían se sujetos de una denuncia que acabaría mandándoles a la cárcel. Nadie puede combatir el crimen matando. Nadie puede alzar las banderas de la moralidad pública apelando a la inmoralidad que significa grabar conversaciones privadas para usarlas en contra de quien no accede a sus peticiones.
(...) Digo todo esto porque he escuchado el audio donde un pelele graba la conversación que sostuvo con un sacerdote y cree que con esto tiene un arma para defenderse cuando es evidente que puede ser usado en su contra. Estoy indignado con el comportamiento de ese pelele porque ha hecho de la política una cochinada y en su malévolo afán quiere que ambos términos sean sinónimos cuando hay gente que precisamente intenta todo lo contrario.
El audio que refiere Vásquez en este último párrafo es la presunta conversación (grabada en forma oculta) que tuvo Llerena con el sacerdote español Joaquín García, director del CETA, el año pasado, a raíz del Festival Regional del Libro. Llerena, en ese entonces amigo íntimo del alcalde Salomón Abensur, sistemáticamente intentó boicotear el mismo y se dio el lujo de cometer el delito de falsificar la firma del padre García para cobrar un cheque de cinco mil nuevos soles que debía ser destinado a dicho evento cultural. La forma cómo usa Llerena los audios para su propia conveniencia es no solo ilícita, sino también hedionda, en cualquier circunstancia. Aunque no se habla directamente de chantaje en este caso, no sería raro que este mequetrefe político haya intentado hacerlo con alguien tan respetable como García.
El semanario La Verdad hace un comentario sobre LLerena en su último Tábano:
NUNCA HE CONOCIDO un sinvergüenza, como ese falsificador de firmas que se cobra cheques bancarios ajenos. ¡Qué tal tipejo, para no tener sangre en la cara! Resulta que ahora, el señor es el preocupado porque en Maynas haya transparencia, honestidad, honradez, apunta con el dedo a los otros corruptos como él, exige la salida del fulano y va a los canales, a las radios para que le entrevisten. Si el autor de la falsificación de la firma del Padre Joaquín, hubiera sido un muchacho malo de esos que andan de medio lao', ya estaría tras las rejas, fichado, con su número bien puesto en el pecho. ¿Por qué no esta rata municipal?
Jaime Vásquez escribe una columna muy fuerte contra el accionar de Llerena en el artículo titulado "Regidores y cochinada" del diario Pro & Contra:
"El regidor ha hecho de la política un estiércol. Ha hecho de las sesiones de Concejo un corral. Ha hecho del trabajo edil un gallinero. Nadie en su sano juicio puede avalar que un tipo con mentiras vaya a una oficina, grabe la conversación, edite la misma y salga como una especie de He Man selvático en busca de notoriedad chabacana. Nadie que se respete a sí mismo puede vanagloriarse de la obtención de audios que perjudican a terceros sólo bajo el manto de la oposición a una gestión edil. Los que quieren aprovecharse con la difusión de audios grabados con engaño no se dan cuenta que ellos mismos podrían se sujetos de una denuncia que acabaría mandándoles a la cárcel. Nadie puede combatir el crimen matando. Nadie puede alzar las banderas de la moralidad pública apelando a la inmoralidad que significa grabar conversaciones privadas para usarlas en contra de quien no accede a sus peticiones.
(...) Digo todo esto porque he escuchado el audio donde un pelele graba la conversación que sostuvo con un sacerdote y cree que con esto tiene un arma para defenderse cuando es evidente que puede ser usado en su contra. Estoy indignado con el comportamiento de ese pelele porque ha hecho de la política una cochinada y en su malévolo afán quiere que ambos términos sean sinónimos cuando hay gente que precisamente intenta todo lo contrario.
El audio que refiere Vásquez en este último párrafo es la presunta conversación (grabada en forma oculta) que tuvo Llerena con el sacerdote español Joaquín García, director del CETA, el año pasado, a raíz del Festival Regional del Libro. Llerena, en ese entonces amigo íntimo del alcalde Salomón Abensur, sistemáticamente intentó boicotear el mismo y se dio el lujo de cometer el delito de falsificar la firma del padre García para cobrar un cheque de cinco mil nuevos soles que debía ser destinado a dicho evento cultural. La forma cómo usa Llerena los audios para su propia conveniencia es no solo ilícita, sino también hedionda, en cualquier circunstancia. Aunque no se habla directamente de chantaje en este caso, no sería raro que este mequetrefe político haya intentado hacerlo con alguien tan respetable como García.
El semanario La Verdad hace un comentario sobre LLerena en su último Tábano:
NUNCA HE CONOCIDO un sinvergüenza, como ese falsificador de firmas que se cobra cheques bancarios ajenos. ¡Qué tal tipejo, para no tener sangre en la cara! Resulta que ahora, el señor es el preocupado porque en Maynas haya transparencia, honestidad, honradez, apunta con el dedo a los otros corruptos como él, exige la salida del fulano y va a los canales, a las radios para que le entrevisten. Si el autor de la falsificación de la firma del Padre Joaquín, hubiera sido un muchacho malo de esos que andan de medio lao', ya estaría tras las rejas, fichado, con su número bien puesto en el pecho. ¿Por qué no esta rata municipal?
Llerena, producto de otro nefasto personaje político local como Charles Zevallos, fue parte del círculo predilecto de Abensur durante mucho tiempo, mientras hubo conveniencia. Ahora, que no logró todos sus objetivos, medrando con el erario público y con las gollerías del más vil poder, simplemente decidió cobrarle la factura al Alcalde.
3 comentarios:
indigna y da asco, pero no hay nada nuevo bajo el sol, el aparato politico esta cohino, empezando desde arriba. cual seria la solusion? he ahi el detalle!!
saludos
Mequetrefe le queda chico... Sátrapa, repugnante, gusano, porquería, etc. le quedarían mejor, y temo quedarme corto con los apelativos...
Pobre Iquitos, enfin, es el pueblo "sabio" que que decidió poner esa gentuza para "conducir" nuestro destino...
Que le quemen en la plaza de armas. Este mequetrefe!!!
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