24 octubre 2008

CARTA A LA MADRE (QUE TAMBIEN ERA URRACA)


De todo el chongazo sucedido a raíz de la detención de Magaly Medina (cuestionable desde todo punto de vista, según mi modesta opinión), lo más rescatable haya sido la actualización de aquella notable carta que escribió Giovanni Mendoza Medina, hijo de la Urraca (y estudiante de comunicaciones) a su madre, publicada en la edición Nº 48 de la gran revista peruana Etiqueta Negra (a quien hay que felicitar por la suculenta página web que han lanzado al cyberespacio). Escrita en mayo del año pasado, guarda notable actualidad por las confesiones que hace, así como el lenguaje, cínico, desenfadado, estoico y, sobre todo, conmovedor. Algunos extractos:

Mis profesores de periodismo también hablan de ti. Siempre hablan (mal) de ti. En asignaturas de todo tipo te han lanzado adjetivos de todo calibre: «Mala periodista», «inmoral» o –éste es uno de mis preferidos– «personaje lleno de envidia y resentimiento, encargado de destruir hogares a su paso». Dicen que en contra de ti deben emprenderse cruzadas para limpiar la TV peruana, es decir, para librarla de tu malévola presencia: salvar a los espectadores indefensos que no saben lo que hacen cuando disfrutan cada minuto de tu programa. Alguna vez escuché que te llamaron «bastarda», querida mamá. Sólo eso faltaba, me dije. Ya antes habían escrito ficciones sobre tus relaciones amorosas, sobre las supuestas infidelidades de las que fuiste víctima. Han escrito tanto (y tú te has defendido tan poco) que a veces pienso que nada de eso te fastidia.

(...)

Tomémoslo con humor, mamá, pensemos que será interesante lo que dirán después, cuando me convierta en periodista y mis colegas de tu querida prensa agoten su tinta en odiosas ideas sobre nuestro parentesco. Serán
páginas cautivantes, terribles, quizá molestas. Siempre desafiantes: ¿se verá el hijo obligado a superar a su famosa progenitora? «El hijo de la Urraca la tendrá difícil», comentará alguien frente a un quiosco de periódicos o en alguna universidad como la mía.

Yo me pregunto, a veces, si serán los fiscales de tu presente los verdugos de mi futuro, y si tus críticos ex amigos serán también mis enemigos. No lo sé, pero supongo que hay que pagar cierto precio cuando llevas en la mochila el peso de un nombre más grande que el tuyo. Pero, querida mamá, te lo aseguro, algún día nos reiremos de esto. Sumaremos más anécdotas a las que hoy podemos contar. «Urraquito alzó vuelo», titulará otro diario de esos. Será muy divertido, ya verás.

Vistas las cosas con distancia, Giovanny no estuvo tan descaminado. Y la Urraca, finalmente, no era tan monstruosamente mediática. Porque, a la franca, esas dos últimas líneas ("Urraquito alzó vuelo"...), escritas por el hijo de la mujer más famosa de la televisión peruana, son, periodística y literariamente hablando, simplemente impagables.

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