07 abril 2008

JUAN DIEGO HUACHAFO


Sí, ya sé, criticar a Juan Diego Flórez en estas circunstancias, en que su fama y prestigio ha tocado todas las estratosferas marketeras posibles es casi una blasfemia.Luego de su fabuloso y muy concurrido matrimonio con Julia Trappe , ocurrido en la Catedral de Lima, nada menos, a cargo del arzobispo Cipriani, realizado en forma bilingüe, con más de quinientos invitados de primer nivel (incluido el presidente de la república y la primera dama), así como toda la orquesta sinfónica y el coro nacional en pleno, donde ha logrado elevarse a la categoría de héroe popular, entonces, publicar un artículo como el escrito por Rodrigo Nuñez Carvallo acuarelista, poeta, promotor cultural y editor de la siempre recordada revista literaria Umbral es casi una afrenta a uno de los símbolos posmodernos del Perú.

Aunque algunas de las frases y adjetivos que Núñez Carvallo le endilga a Flórez y a su entorno son excesivas y probablemente injustas, de todos modos, su pertinencia y la forma cómo ataca las impostaciones y los embustes detrás de los cuales se presenta el ascenso social en el Perú (puestos de manifiesto en la boda del tenor), son necesarios, incluso objetivamente válidos.



JUAN DIEGO HUACHAFO


Gran matrimonio de opereta en la catedral. El tetudo del cardenal los casa en inglés, el chancho del hortelano y su señora esposa se cuelgan de algunos aplausos, y las televisoras venden y trafican con la estupidez limeña.

Eres del jet set si te llegó el parte y un looser si no fuiste invitado. El tenorcito pije que comienza a reventar botones, se liga con una australiana rubia, -debe haber tantas en ese continente como cocodrilos- y convierte el matrimonio en un show mediático. Para el efecto cumple con todas las más cojudas convenciones sociales: virginidad aparente, pompa, pajes y harta falsedad social, pero el champagne es poblete y el vino tabernero. Ceremonia ostentosa para que este miraflorino clasemediero, cumpla todas las expectativas frustradas de su clase. Frac, invitados por cientos, el presidente, la farándula, vestido de novia con cola de nueve metros, carrozas, un ejército de paparazzis. El yuppie trepadorcito termina convertido en patrimonio de nuestra nacionalidad. Claro que se trata de un patriotismo de pisco sour y alfombrita de machupicchu, Todo más falso que campaña de márketin. En fin, pura huachafería.

A decir verdad la ópera siempre fue medio cursilona. Salvo algunas obras compuestas por Mozart, Verdi y algun otro, la mayoría no supera la medianía, musicalmente hablando. Rimbombantes y presuntuosas como la triunfante burguesía europea del XIX, pomposa y vacía, llena de oropel y carente de sustancia era la expresion social de una clase sin nobilitates, sin nobleza espiritual. De allí proviene la palabra snob. Stravinsky, el gran músico, alguna vez comentó del genero: mucho ripio y pocas nueces. Más allá de algunos pasajes, la ópera fue algo así, como música al servicio del arte drámático. Peor aún la opereta y la zarzuela, hechas para el divertimento de la plebe. Porsiaca, no tengo nada contra la plebe, a veces airea los géneros.

Es curioso que el bel canto se haya convertido en una rápida ruta de ascenso social, como el fútbol, más o menos, Recordemos que Caruso y Pavarotti provenían de los sectores más bajos de la sociedad italiana, Bueno, este Acasiete del arte lírico que es Juan Diego, que en lugar de goles hace gorgoritos, convirtió su matrimonio en un paradigma de huachafería, una funesta mezcla de cucufatería y pasatismo, de oportunismo y afán de figuracion, de ostentación y estupidez limeña, que obviamente saldrá en Cosas, esa patética Hola criolla.

Por qué no tienes, Juan Diego, un asesor de imagen si tus neuronas solo te sirven para cantar. Alguien que te hiciera ver que tanta ostentación sólo proviene de carencias agudas en la infancia. Que la imitación siempre es huachafa. Que lo inauténtico es la madre de lo cursi. Que solo presume quien de algo huye. Solo falta que vendan los derechos del matrimonio a Movistar. Porque esa es la cultura que el país necesita: Gian Marco y Juan Diego.

Por qué no te casaste en privado y viniste a hacer descomunal chongo masivo. Eres un huevas. Te has creído lo de la fama y el éxito, y te has dejado llevar por unos siúticos de pacotilla. Me imagino perfecto la cara de la señora madre de Juan Diego. Todo esto lo dices por envidioso. Porque no has subido a la Scala de Milan, o al Metropolitan de Nueva York y mi hijo sí. Seguro no te llegó el parte por cholo. Si no fuiste invitado, no eres pues. No sabotees el éxito del triunfador. Acuérdate de la ideología del perro del hortelano que enarbola nuestro señor presidente Alan. No envidies. Deja comer a tu patrón en paz. para que pueda disfrutar de su riqueza, y deja que Juan Diego disfrute de la suya.

No me das envidia, Juan Diego. Me das vergüenza y un poco de pena. Debe ser terrible tener ese amor por las apariencias. Pero así es la ópera, puro telón y escenografía de cartón, Y como dijo el señor de la flor, no perdamos el mal humor. Un champancito, hermanito, pero que no sea Poblete, pliz.


Rodrigo Nùñez

7 comentarios:

Anónimo dijo...

!!!GENIAL¡¡¡

Lástima que Paco Bardales no se ha aventurado a comentar el susodicho evento, hubiese sido más que interesante conocer la opinión del blogger, pero vamos, hay lo que hay y Rodrigo Núñez, sólo por hoy te prendo una velita misionera; y es que tanta estupidez y huachafada criolla y medieval pensé que era ya cosa del pasado, guardado y refundido allí donde ni las monjas del santa catalina ponen un ojo desde que arrojaron al olvido sus cilicios. Esperemos nada más que esto no se ponga de moda, sino el próximo año veremos a algún clasemediero miraflorino ex plebe cerrar alguna plaza con gente snob por todos lados y periodistas repitiendo en vivo el pasaje corintios de la biblia. Patético. Patético. Pera esa es nuestra sociedad Limeña, alimeñada diría, huachafa, falsa, hipócrita por los cuatro costados y donde enseñan a la gente que es mejor ser la china tudela que el mismísimo Proust.

Ay Lima. Qué será de ti.

=)

Anónimo dijo...

La huachafería cosa del pasado? No te pases! Es el feeling de Lima y sus ocupantes alimeñados (casi poblanos), su carta de presentación , su DNI o su DNA, si se quiere. Algo que sólo es develado cuando suceden aquellos cinco minutos de fama asignados -teóricamente- a cada mortal ó se revela con la posesión de una buena cantidad de billete (y ambas cosas le sobran al protagonista). No falta nunca un crítico (para completar la huachafería limense), que se santigüe y banalize el show del recién casado, blasfemando (cómo se habrá enterado?)por la calidad del vino (en una ciudad donde se toma hasta racumín!, huácala con el refinaniento, también huachafo por cierto, del enólogo Núñez). Tampoco falta un gil(qué huachafo nic, pavarotti!), que clama -con suspiro final- para que esto no se repita, por dios! qué deseo más huachafo!, en estos tiempos de mass media global, youtube mediante. Ni con la velita misionera de Ortiz Pajuelo.
Finamente, no sé quiénes serán más patéticamente huachafos: el citado Juan Diego, por realizar lo que le dió la jodida gana; sus puntuales invitados de ternito y oropel, incluyendo a los aprovechados vecinos de la Plaza Mayor y también los empobrecidos pero siempre empechugados aristócratas (quién se mezcla con quién?);y no faltaba más! las figuritas de cera del cine y la tv local (Vanessa, mi amor!, Qué diablos hacías allí? Te esperaba en Barranco!); o son más huachafas las tías que se apretujaban frente a la Catedral, contenidas inmisericordemente por cercas metálicas, gozando masoquistamente (solazo por encima), en vivo y en directo el espectáculo; o, los televidentes aletargados de los sábados por la tarde (14 y picos de sintonía!, ni los discursos presidenciales a la Nación);o, los miles de viewers (así se escribirá?) que visualizan vídeos de JD subidos diligentemente al youtube (cada quien quiere treparse a la huachafería como pueda!) desde el mismo sábado; o, Jaime Bayli, huachafo refinado y encima celofán, por huevear reiteradamente el domingo por la noche: "...a mi me invitaron pero no fuí, me cité con Tongo..." (tío, no te invitaron así que, sufre peruano, sufre!); o, el regente de este blogg que puso aquí este tema (como quien tira la piedra y esconde la mano), o yo, que estoy escribiendo esto, perdiendo miserablemente el tiempo!
Anónimo loretano.

Anónimo dijo...

De acuerdo contigo Pavarotti.

Anónimo dijo...

estoy conpletamente de acuerdo con pavarotti, lo de juan diego fue una completa huachafada y que verguenza por todos esos periodistas y medios escritos que publicaron ¡la realeza se no casa!, por favor! y toda esta gente que los aplaudia dando pie a que todo este show continuara.

Anónimo dijo...

estoy completamente de acuerdo con pavarotti,esta boda de juan diego fue una total huachaferia,y lo que mas me llegó fue que los diarios y algunos programas de tv lo celebraran diciendo ¡bravo , se caso nuestra magestad! ¡la boda de la realeza! que estupidez mas grande, y lo peor fue toda esa gente a las afueras de la catedral ovacionandolos.

Anónimo dijo...

ayyyyyyyyyy,me revienta esto de que mi comentario tenga que se leido por el propietariuo del blog antes, no puede ser ni aqui nos dejan expresar libremente!!!!!!!!!

Paco Bardales dijo...

Tranquilo, comentarista, has sido publicado en su integridad.

Gracias por postear