No soy fan de Rihanna, aquella cimbreante morena nacida en Barbados que se ha convertido en una de las representantes más emblemáticas de la movida musical pop a nivel musical, aunque no dejo de pensar que tiene su mérito.
A lo que sí me he vuelto casi una suerte de culposo adicto consumidor (en especial su última temporada) es del famoso show American Idol, uno de los más importantes y populares de los Estados Unidos, una suerte de reality transmitido por la cadena FOX, donde jóvenes desconocidos deseosos de ser estrellas musicales pasan por una serie de interminables audiciones y presentaciones en vivo, que incluyen además un jurado formado por tres jurados (Randy Jackson, Paula Abdul y el siempre visceral Simon Cowell) y un sistema de votación abierto al público, que semana tras semana va votando por sus favoritos, hasta llegar a encontrar el ansiado "ídolo americano" que entrará en el estrellato y la megaproducción. De más está decir que los momentos cumbres tienen las audiencias más espectaculares de la televisión gringa. Y ha dado pie a que se rieguen por el mundo este tipo de programas, con diversos nombres o con el mismo a través de su franquicia.
Pues, hace unos días, se llevó a cabo el siempre famoso Idol Gives Back (con una cantidad de personalidades y famosos ayudando a que se lleve a cabo una suerte de teletón televisada), y en esta oportunidad, se juntaron los talentos del Idol y Rihanna. Los top cantantes del show toman por asalto la canción Don't stop the music (un éxito de todas las discotecas y radios en el mundo) y lo transforman en un show alucinante de baile, con el concurso de los bailarines del famoso programa de baile So you think you can dance, ideal de todos los bailarincitos de programas como Desafío y fama o Habacilar.
El resultado es totalmente explosivo.
No paren la música, por favor.
A lo que sí me he vuelto casi una suerte de culposo adicto consumidor (en especial su última temporada) es del famoso show American Idol, uno de los más importantes y populares de los Estados Unidos, una suerte de reality transmitido por la cadena FOX, donde jóvenes desconocidos deseosos de ser estrellas musicales pasan por una serie de interminables audiciones y presentaciones en vivo, que incluyen además un jurado formado por tres jurados (Randy Jackson, Paula Abdul y el siempre visceral Simon Cowell) y un sistema de votación abierto al público, que semana tras semana va votando por sus favoritos, hasta llegar a encontrar el ansiado "ídolo americano" que entrará en el estrellato y la megaproducción. De más está decir que los momentos cumbres tienen las audiencias más espectaculares de la televisión gringa. Y ha dado pie a que se rieguen por el mundo este tipo de programas, con diversos nombres o con el mismo a través de su franquicia.
Pues, hace unos días, se llevó a cabo el siempre famoso Idol Gives Back (con una cantidad de personalidades y famosos ayudando a que se lleve a cabo una suerte de teletón televisada), y en esta oportunidad, se juntaron los talentos del Idol y Rihanna. Los top cantantes del show toman por asalto la canción Don't stop the music (un éxito de todas las discotecas y radios en el mundo) y lo transforman en un show alucinante de baile, con el concurso de los bailarines del famoso programa de baile So you think you can dance, ideal de todos los bailarincitos de programas como Desafío y fama o Habacilar.
El resultado es totalmente explosivo.
No paren la música, por favor.
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