Contamana nos recibe en su embarcadero oficial con fanfarrias que le sobraron al desvelo. Son las cinco de la mañana de un día viernes. Tras tres días y medio de ilustrativa pero aparentemente interminable travesía (mala comida, paradas intempestivas e injustificadas, tardanzas absurdas, precios exorbitantes para el servicio prestado), la motonave Henry V encalla en la capital de la provincia loretana de Ucayali, con el telón de fondo de una delegación de bailarines que ejecutan acordes de danzas típicas. Entre los cánticos, uno distingue inevitablemente el mega himno “La contamanina”, que inmortalizara en mi recuerdo la infatigable y poderosa voz de Tania Libertad. La imagen de una enorme cruz iluminada sobre la cima de una alta pendiente le da un poderoso sello al claroscuro que se torna cristalino allí en el horizonte.
Llego como parte de la delegación de visitantes que acompañará con actividades varias los festejos por el 108º aniversario de la creación (el 13 de octubre de 1900, el Congreso de la República aprobó el proyecto vinculado que habían presentado los representantes de aquél entonces, Julio Raygada y Clemente Salazar). Mi acompañante, el poeta Percy Vílchez, y el técnico Moncada (convertido súbitamente en fotógrafo oficial de la gira) debemos presentar algunas publicaciones de Tierra Nueva Editores, estrenar el documental “Amazónico Soy” y ubicar algunas locaciones para el próximo largometraje de Audiovisual Films que el realizador Dorian Fernández empezará a filmar el primer trimestre del 2009. El sol ya empieza a ser abrasador y el camino del puerto hacia el centro es de tierra, la cual conecta con un malecón largo, bien iluminado y bastante apacible. La ciudad de treinta mil personas aún se despereza.
Como era de esperar, los hospedajes se han repletado (la Asociación de Profesionales Ucayalinos-APU, entre otras instituciones, ha repatriado un verdadero enjambre de paisanos para la ocasión). Gracias a la buena voluntad y disposición de la propietaria, conseguimos un pequeño, modesto pero acogedor espacio en el hospedaje más antiguo y conocido de Contamana, el Hotel Mechita. Mercedes Valera de Del Águila nos ubica y más tarde, nos empieza a comentar las incidencias del clima y la idiosincrasia del lugar. Con una arquitectura tropical que privilegia la modalidad de los cuartos amplios, habitaciones con paredes de madera antigua, el Mechita es casi un patrimonio provincial, cuyo valor principal como servicio es el trato casero, familiar, hospitalario. El esposo de la señora Valera y copropietario del lugar, Eduardo Del Águila Bardales, (“Negro”, para conocidos y no tan conocidos) nos recibe con una sonrisa muy amable, nos lleva por los diversos ambientes de la que también es su ex discoteca Full Star, su radio Studio A y su casa.
Del Águila Bardales, además de ser un gran anfitrión, es un cultivado lector y hombre de gran visión política. No en vano, fue electo tres veces alcalde provincial y su paso por la gestión es reconocido no solo por su capacidad para ponerle oído a las demandas ciudadanas, sino también por su intachable honestidad. De él me dice una vecina antigua: “es uno de los pocos políticos que salió del poder más pobre que cuando ingresó” (cosa que, más allá de los coloquialismos, es absolutamente cierta). Mientras me muestra algunas fotos familiares, le cuento esta anécdota a mi entrevistado, y le pregunto por la ironía de que en momentos de grave crisis nacional, originados por la espantosa red corrupta descubierta dentro del gobierno aprista, él, como veterano y dogmático compañero del partido, él sea uno de los pocos con buena imagen dentro del grupo. Él se ríe, medita un momento y con pragmatismo cartesiano me responde: “el dogmatismo tiene límites, el APRA debe zanjar con los ladrones y corruptos, sobre todo para preservar la organización y la estabilidad del Perú”.
La política anda algo movida por estos días de reencuentros. El divorcio entre el alcalde provincial Luis Zuta, y el gobierno regional, a pesar de tenues intentos por disimularlo, es innegable. Quizás sean rencillas propias de la forma cómo se manejo la escisión del movimiento de Zuta de la alianza electoral con Fuerza Loretana, que a lo postre significó su catapulta para la alcaldía. Además, el anterior hombre fuerte de la comuna, Allan Ruíz Vega, retorna y exhibe un tour de force en las calles, como para que quede claro que aún existe y pesa en el sentimiento popular.
Contamana es una ciudad tranquila, donde el ruido aún no ha destruido del todo su apacibilidad. La fiesta de ocasión es pequeña para los grandes estándares (en algunos casos desorganizada debido a algunas omisiones o desperfectos en los recursos humanos de la administración pública, nada insalvables en todo caso), pero impecable al momento de congregar el sentimiento ciudadano. Y sobre todo, permite que neófitos en sus arterias y paisajes como yo nos culturicemos inmediatamente. Además de espectáculos refulgentes como el Festival de la Canción Contamanina (donde participaron, además, como invitados Malapata y Lucho Vásquez), el surrealista Festival de Comida Amazónica y el impresionante Festival de Farolas y Antorchas (un hermoso espectáculo que ha ido perdiendo vigencia en las ciudades medianas y grandes), destacan otros atractivos. Por ejemplo, reluce con particular espasmo el Arco del Triunfo que mira al río Ucayali, el barrio Seúl (donde existe un antiguo y abandonado cementerio, valioso por su lúgubre y descompuesta apariencia, ideal para cualquier película de terror o algún remake del videoclip “Thriller” de Michael Jackson), el circuito turístico de Maquía, el lago Chía Tipishca, la quebrada Aguas Calientes y la hermosísima catarata Llanto de la Anaconda (imperdonablemente desconocida para el gran público turístico). La comida es barata, aunque no hayan demasiados restaurantes y el menú inexplicablemente sea muy poco variado, sobre todo por la mayor interacción que parece tener la ciudad con gentes foráneas.
El visitante de impacto de esta oportunidad, además del cómico Hernán Vidaurre (que volvía a Contamana después de 25 años y se reencontró con su familia), ha sido el presidente regional, Iván Vásquez, contamanino de nacimiento (quien llegó acompañado del congresista Jorge Foiquiños, el presidente del IPD Marcial Salazar y la Miss Loreto World Mayra Fernández). Lo evidente es que, más allá de simpatías o antipatías, su figura concita bastante movilización popular. Las bases de su movimiento han tirado la casa por la ventana y Vásquez ha vuelto a sentir que el pueblo donde nació ha mirado con cierto agrado su retorno. Sin embargo, también se ha permitido participar en las actividades de la fiesta, bromear harto con los políticos locales, neutralizar con algún esfuerzo los dardos rivales, bañarse de multitud, comer pescado con sus padres Mechita, Eduardo y sus hijos mellizos, así como vestirse con pantalones cortos en el estadio, demostrando que, más que futbolista líbero, es un dribleador y astuto político de canchas grandes.
Una enorme lluvia se avecina y, como en todo lugar donde el trópico erige sus dominios, todos deben esconderse dentro de sus casas y dejar pasar el temporal. La así denominada Perla del Ucayali volverá a retrotraerse por algún tiempo. Pero mañana sería otro día y en la noche iría a inundarse el cielo con fuegos artificiales. Antes de viajar, hay que volver a mirar el río. Así, solo así, sería importante recordar, felizmente, que también de Contamana y también de contamaninos está hecha la historia y el impagable escenario de nuestra Amazonía.
Llego como parte de la delegación de visitantes que acompañará con actividades varias los festejos por el 108º aniversario de la creación (el 13 de octubre de 1900, el Congreso de la República aprobó el proyecto vinculado que habían presentado los representantes de aquél entonces, Julio Raygada y Clemente Salazar). Mi acompañante, el poeta Percy Vílchez, y el técnico Moncada (convertido súbitamente en fotógrafo oficial de la gira) debemos presentar algunas publicaciones de Tierra Nueva Editores, estrenar el documental “Amazónico Soy” y ubicar algunas locaciones para el próximo largometraje de Audiovisual Films que el realizador Dorian Fernández empezará a filmar el primer trimestre del 2009. El sol ya empieza a ser abrasador y el camino del puerto hacia el centro es de tierra, la cual conecta con un malecón largo, bien iluminado y bastante apacible. La ciudad de treinta mil personas aún se despereza.
Como era de esperar, los hospedajes se han repletado (la Asociación de Profesionales Ucayalinos-APU, entre otras instituciones, ha repatriado un verdadero enjambre de paisanos para la ocasión). Gracias a la buena voluntad y disposición de la propietaria, conseguimos un pequeño, modesto pero acogedor espacio en el hospedaje más antiguo y conocido de Contamana, el Hotel Mechita. Mercedes Valera de Del Águila nos ubica y más tarde, nos empieza a comentar las incidencias del clima y la idiosincrasia del lugar. Con una arquitectura tropical que privilegia la modalidad de los cuartos amplios, habitaciones con paredes de madera antigua, el Mechita es casi un patrimonio provincial, cuyo valor principal como servicio es el trato casero, familiar, hospitalario. El esposo de la señora Valera y copropietario del lugar, Eduardo Del Águila Bardales, (“Negro”, para conocidos y no tan conocidos) nos recibe con una sonrisa muy amable, nos lleva por los diversos ambientes de la que también es su ex discoteca Full Star, su radio Studio A y su casa.
Del Águila Bardales, además de ser un gran anfitrión, es un cultivado lector y hombre de gran visión política. No en vano, fue electo tres veces alcalde provincial y su paso por la gestión es reconocido no solo por su capacidad para ponerle oído a las demandas ciudadanas, sino también por su intachable honestidad. De él me dice una vecina antigua: “es uno de los pocos políticos que salió del poder más pobre que cuando ingresó” (cosa que, más allá de los coloquialismos, es absolutamente cierta). Mientras me muestra algunas fotos familiares, le cuento esta anécdota a mi entrevistado, y le pregunto por la ironía de que en momentos de grave crisis nacional, originados por la espantosa red corrupta descubierta dentro del gobierno aprista, él, como veterano y dogmático compañero del partido, él sea uno de los pocos con buena imagen dentro del grupo. Él se ríe, medita un momento y con pragmatismo cartesiano me responde: “el dogmatismo tiene límites, el APRA debe zanjar con los ladrones y corruptos, sobre todo para preservar la organización y la estabilidad del Perú”.
La política anda algo movida por estos días de reencuentros. El divorcio entre el alcalde provincial Luis Zuta, y el gobierno regional, a pesar de tenues intentos por disimularlo, es innegable. Quizás sean rencillas propias de la forma cómo se manejo la escisión del movimiento de Zuta de la alianza electoral con Fuerza Loretana, que a lo postre significó su catapulta para la alcaldía. Además, el anterior hombre fuerte de la comuna, Allan Ruíz Vega, retorna y exhibe un tour de force en las calles, como para que quede claro que aún existe y pesa en el sentimiento popular.
Contamana es una ciudad tranquila, donde el ruido aún no ha destruido del todo su apacibilidad. La fiesta de ocasión es pequeña para los grandes estándares (en algunos casos desorganizada debido a algunas omisiones o desperfectos en los recursos humanos de la administración pública, nada insalvables en todo caso), pero impecable al momento de congregar el sentimiento ciudadano. Y sobre todo, permite que neófitos en sus arterias y paisajes como yo nos culturicemos inmediatamente. Además de espectáculos refulgentes como el Festival de la Canción Contamanina (donde participaron, además, como invitados Malapata y Lucho Vásquez), el surrealista Festival de Comida Amazónica y el impresionante Festival de Farolas y Antorchas (un hermoso espectáculo que ha ido perdiendo vigencia en las ciudades medianas y grandes), destacan otros atractivos. Por ejemplo, reluce con particular espasmo el Arco del Triunfo que mira al río Ucayali, el barrio Seúl (donde existe un antiguo y abandonado cementerio, valioso por su lúgubre y descompuesta apariencia, ideal para cualquier película de terror o algún remake del videoclip “Thriller” de Michael Jackson), el circuito turístico de Maquía, el lago Chía Tipishca, la quebrada Aguas Calientes y la hermosísima catarata Llanto de la Anaconda (imperdonablemente desconocida para el gran público turístico). La comida es barata, aunque no hayan demasiados restaurantes y el menú inexplicablemente sea muy poco variado, sobre todo por la mayor interacción que parece tener la ciudad con gentes foráneas.
El visitante de impacto de esta oportunidad, además del cómico Hernán Vidaurre (que volvía a Contamana después de 25 años y se reencontró con su familia), ha sido el presidente regional, Iván Vásquez, contamanino de nacimiento (quien llegó acompañado del congresista Jorge Foiquiños, el presidente del IPD Marcial Salazar y la Miss Loreto World Mayra Fernández). Lo evidente es que, más allá de simpatías o antipatías, su figura concita bastante movilización popular. Las bases de su movimiento han tirado la casa por la ventana y Vásquez ha vuelto a sentir que el pueblo donde nació ha mirado con cierto agrado su retorno. Sin embargo, también se ha permitido participar en las actividades de la fiesta, bromear harto con los políticos locales, neutralizar con algún esfuerzo los dardos rivales, bañarse de multitud, comer pescado con sus padres Mechita, Eduardo y sus hijos mellizos, así como vestirse con pantalones cortos en el estadio, demostrando que, más que futbolista líbero, es un dribleador y astuto político de canchas grandes.
Una enorme lluvia se avecina y, como en todo lugar donde el trópico erige sus dominios, todos deben esconderse dentro de sus casas y dejar pasar el temporal. La así denominada Perla del Ucayali volverá a retrotraerse por algún tiempo. Pero mañana sería otro día y en la noche iría a inundarse el cielo con fuegos artificiales. Antes de viajar, hay que volver a mirar el río. Así, solo así, sería importante recordar, felizmente, que también de Contamana y también de contamaninos está hecha la historia y el impagable escenario de nuestra Amazonía.
5 comentarios:
Maestro te falto la cancion
La Contamanina
http://es.youtube.com/watch?v=ApywakfPGGM
CONTAMANA! KERIDA! RIO UCAYALI TURBIO Y CORREDISO! CONTAMANA KERIDA NO ERES AJENA A TODOS LOS DOLORES!
Paco, me encanto tu artículo.
Te transporta a una realidad y un mundo que quieres conocer.
No mucho se habla de Ucayali,todo se limita a Iquitos y siento que Ucayali es una ciudad mucho mas autentica y Amazónica.
Hace muchisimo tiempo me regalaron un polo de decia con un estampadao muy divertido Ucayali Tierra de Machos. Tu artículo me hizo recordar.
Saludos
la amazonia peruana es uno de los lugares mas lindo del mundo, felicitaciones por su dia...
See, ese es un clásico, mi viejita la tocaba en acordeón despues de cenar, cuando en las huertas encencian las hogueras para quemar las hojas muertas... tiempos, tiempos aquellos.
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